Galio parte 4

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Para asombro de los demacianos, el sonido provenía del imponente coloso que tenían a sus espaldas. Galio se estaba moviendo, y hablando, completamente solo. De alguna manera, la acumulación de magia absorbida le había dado vida.

Los espectadores atónitos miraron boquiabiertos al titán, esforzándose por dar sentido a lo que estaban viendo. Antes de que pudieran comprenderlo, otro proyectil ardiente descendió hacia el campamento Demaciano en la trayectoria perfecta para aniquilar a los pocos soldados que quedaban. Galio se arrojó frente a las tropas, protegiéndolas y absorbiendo el ataque con su macizo marco de piedra.

Galio se volvió hacia la fuente del proyectil y vio a cinco humanos pequeños en las laderas de la montaña vecina.

"¡Enemigos magos! ¡Hagamos violencia! " Gritó el coloso.

Mientras saltaba por la ladera de la montaña, los noxianos concentraron todo su esfuerzo en un concentrado embudo de energía arcana que habría derretido casi cualquier piedra en Valoran. Pero cuando el embudo se disipó, los magos vieron que el titán permanecía de pie, con los ojos cerrados y brillando cálidamente, como si estuviera bebiendo la magia ofensiva. Luego, con un entusiasmo casi juvenil, Galio continuó subiendo las laderas y aplastó el Puño Arcano contra la tierra escarpada.

Cuando las fuerzas noxianas restantes huyeron, los demacianos sobrevivientes estallaron con vítores de victoria. Estaban ansiosos por agradecer al centinela petricita que les había salvado la vida, pero tan rápido como había cobrado vida, el temible protector había dejado de moverse, volviendo a la misma pose que siempre había sostenido en su pedestal.

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