Agosto. Inseguro.

406 51 12
                                    

Johnny había estado rebosante de felicidad aquella mañana, al menos hasta que descubrió un arreglo de flores es el cesto de basura de la cocina. Conocía esas flores, las había escogido con especial dedicación el día anterior.

Poco conocedor en cuestión de las flores, fue ayudado por la dueña de la florería y armó pacientemente el ramo perfecto para su novio. No había sido su primera vez en regalar flores, pero sí era la primera vez que se las daba a un hombre y la primera vez que había tenido sumo cuidado en escoger cada una de las diez flores; había querido decirle a Mark lo mucho que lo quería a través de cada una.

Y ahora ese ramo estaba en la basura.

Dolió descubrir lo poco que a Mark le importaba su regalo y dolió más que lo desechara sin más, que casi lo exhibiera en la basura. Pensó que, al menos, Mark pudo haber buscado deshacerse del regalo en secreto, hasta parecía que quería ser descubierto.

Esa mañana salió del departamento sin saludar a Mark. Y transcurrió todo el día sin que lo contactara. Lo peor y lo que más hirió a Johnny, fue que Mark tampoco intentó comunicarse con él.

Así que, cuando volvió al departamento, cerca de media noche, se sorprendió al encontrar a Mark esperándolo, sentado en el sillón más grande de la sala, mirándolo fijamente.

—Wow, pensé que no llegarías—fue lo primero que dijo el menor, su tono denotaba molestia.

Johnny se enojó. ¿Mark estaba enojado? ¡Genial! Porque él también lo estaba.

—Pensé mucho si venir o no. Vine cuando creí que ya te habías dormido—respondió.

Caminó hacia la habitación, quería ignorar a Mark e ignorar el dolor que sentía. Prefería dormir y hablar a la mañana siguiente, porque no quería pelear.

—No me ignores, Johnny—dijo en cuanto se dio cuenta de que no iría a sentarse a su lado.

—No quiero hablar ahora, Mark. Vamos a dormir—pidió, su voz se suavizó y estaba seguro de que pudo escucharse su cansancio.

—Me has ignorado todo el día y ahora dices que quieres dormir. Johnny...—se detuvo.

Él no esperó más. Se metió a la habitación y se acostó en cuanto se quitó la ropa. Mark no tardó en entrar, hecho una furia, se dio cuenta por la puerta azotándose. Johnny se había cubierto hasta la cabeza con las sábanas. Estaba realmente dolido, no deseaba pelear. Quería calmar su dolor antes de enfrentarse a Mark.

—¿Por qué me estás ignorando? John, ¿qué hice?—dijo en cuanto se acostó. Ahora también sonaba cansado.

Johnny pensó que se dormiría también si no contestaba y podrían hablar al día siguiente.

—Dime qué hice. ¡Maldición, quiero saber qué te pasa, por qué me has ignorado!—otra vez estaba enojado.

Pero Johnny no respondió ni se movió cuando Mark quiso girarlo para tenerlo de frente.

—¡Maldito cavernícola!—alzó la voz.

Pero fue todo lo que Johnny escuchó y sintió cómo el menor dio media vuelta para darle la espalda.

Mark no tardó en dormirse, pero él no pudo. Pese a que estaba agotado y que tenía sueño, no pudo dormir.

Cuando el sol iluminó la habitación, Johnny estaba peor que el día anterior. Estaba de mal humor y todavía no creía ser capaz de hablar con Mark.

Durante las horas de vigilia, su mente lo llevó a pensar en todo lo que esa relación con Mark estaba hiriéndolo poco a poco desde que comenzaron a ser novios casi dos años atrás. Lo de las flores no había sido el primer desprecio de Mark. Los eventos de esa naturaleza ya se habían acumulado en gran cantidad. Y Johnny ya estaba cansado de esperar a que Mark se detuviera.

{JohnMark NCT} Inseguro.Where stories live. Discover now