Paternidad

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Hace aproximadamente una semana sus dos grandes amigos de la preparatoria habían muerto. Dean Thomas y Seamus Finnigan se habían conocido gracias a Harry, él los había presentado en una fiesta, Dean era compañero de Harry en deportes mientras Seamus era uno de sociales. Fue amor a primera vista, según le dijeron semanas después de comenzar a salir, y desde ese día no se habían separado, ellos estaban tan agradecidos con Harry que cuando se casaron este había sido su padrino, y cuando llego su tesoro, su hermoso hijo Samuel Thomas no dudaron en hacerlo su ahijado, por este motivo, al perder la vida en el trágico accidente de avión rumbo al hogar de Seamus, él bebe se había quedo con los Weasley por petición de Harry (entiéndase su nula capacidad de cuidar de un bebe). Después del funeral donde el moreno dio su pésame a la abuela de Seamus (único pariente sanguíneo del pequeño Samuel) esta le dijo que ella no podía hacerse cargo del bebe, que a petición de ella y de sus queridos amigos, que, si algo les pasaba el niño tenia que ir a vivir con él, su padrino y único tutor legal ante las autoridades. Por mas que lo pensara no podía negarse, el pequeño no podía ir con su abuela por la edad avanzada de esta, y no permitiría que los agentes de servicios de lo familiar se lo llevaran a una casa hogar, asi que aun sabiendo que no era el mas apto para cuidar del pequeño Samuel, termino llevándoselo a su pequeño departamento, donde pronto vio que no era el adecuado para el niño. Por eso ahora se encontraba viendo su nuevo hogar, un centro de departamentos familiares. Cambio su pequeño departamento de tres estancias por uno de siete, ahora vivía en un piso con tres recamaras, un baño, sala, comedor y cocina, no había gran cosa y todo era de colores neutros entre beige, blanco y café, sus sillones de colores negros adornaban la sala con una alfombra roja y sobre esta una mesa de centro, en la cocina estaba una barra con vista al comedor de madera y todo lo relacionado a la estufa, alacena y taburetes todo era negro cromado, había adecuado una de las recamaras para el bebe, todo en ella estaba de colores blanco y azul, con muchos juguetes y lo necesario para el aseo y cambio del bebe, de lo demás solo eran cosas menores, no tenia tantas cosas aunque ya había pensado ir adecuando todo lo que le faltaba.

Una semana después de mudarse, regreso a la oficina, (un edificio grande de unos 20 pisos), solo le habían dado un descanso para que pusiera orden lo del funeral y sepelio de sus amigos. Llego con el bebe y una gran pañalera, siendo observado por todo aquel con quien se encontraba.

— ¿Pero qué crees que haces? – un pelirrojo con pecas en su piel blanca le detuvo en la entrada de la oficina de homicidios. Miro al moreno de arriba abajo —que mal te vez

— Gracias por recordármelo—el moreno suspiro, las ojeras pronunciadas por no dormir bien, se hacían mas grande con el correr de los días.

— De nada—el pelirrojo sonrió divertido y vio al bebe—bueno el caso es que hace el aquí, este no es lugar para un bebe Harry.

— Ya suenas como a tu novia – le comento con gracia el moreno. —y si lo sé, pero no tengo donde dejarlo.

— Algo se me pega – le miro con una sonrisa y el niño veía todo con curiosidad. – pues si hermano, pero no creo que...

— Lo se Ron – le miro con suplica y el pelirrojo solo rodo los ojos, algo le decía que eso no era una buena idea.

Sin comentar mas ambos se adentraron en las oficinas, siendo ahora el blanco de cuchicheos y miradas de desaprobación por el menor. El resto de la mañana paso lento, el constante llanto del bebe tenia todo el departamento de homicidios en un constante estado de estrés, por mas que Harry o Ron trataran de calmarlo el niño no mas no cedía, ya le habían dado de comer ya lo habían cambiado, trataron de jugar con él y nada. Fue hasta el mediodía cuando una castaña entro en el departamento con el jefe de este mismo.

— Hermione – la voz de Ron se escuchaba pesada.

— Muchachos – un hombre edad madura se hizo notar.

— Jefe – dijeron ambos jóvenes y de inmediato se pusieron de pie.

— Harry ¿podemos hablar un momento? – la castaña le sonrió y le quito al bebe de sus brazos para dárselo al superior de los jóvenes, quienes sorprendidos vieron como el infante dejo de llorar y comenzó a reír en brazos del mayor.

Hermione arrastro al moreno a una oficina apartada, el oji verde solo la miro esperando a que la otra hablara. La castaña se paseo un poco de un lado a otro antes de encararlo, le extendió una carpeta, que el moreno no vio que traía.

— ¿Qué es esto? – el moreno tomo el folder desconfiado.

— Son quejas de todos los departamentos – dijo con suavidad—en tres horas eh tenido mas quejas que en lo que lleva del año, tus compañeros no están estables con él bebe.

— Pero...-- el moreno no podía creer lo que leía, todos los departamentos desde la recepción hasta los altos mandos se habían quejado del llanto de Samuel, ¿Qué el llanto del pequeño era muy fuerte?

— Harry sé que esto es nuevo para ti y para todos, pero necesitas ayuda – y ahí estaba la voz maternal con la que ganaba los casos de custodia de su departamento.

— No creo que la necesite Hermi. – y su terquedad hablo, él sabía que necesitaba esa ayuda, pero no se dejaría vencer por un bebe.

— Por el amor de dios Harry, solo mírate, tienes ojeras, la barba mas larga que te eh visto, te salieron arrugas, la ropa que traes tiene manchas de algo que no quiero saber que es. — la castaña le recalco, notando después la penumbra que crecía alrededor de su amigo—escucha solo quiero ayudarte y también lo hago por el pequeño Sam.

— Hermione yo...-- la mujer no lo dejo terminar.

— No me agradezcas, ya mandé tu solicitud—dijo mientras le entregaba un panfleto que reconoció de inmediato, en el papel se exponía la compañía especializadas en cuidado de niños, una institución que la policía utilizaba cuando los casos involucraban menores de edad. La castaña observo como el moreno se quedaba sumido en sus pensamientos y opto por salir de la habitación.

El moreno se quedo observando el folleto. No era mala idea contratara una niñera y regresar al trabajo sin ninguna distracción, pero solo había un pequeño problema, y es que se había encariñado con el pequeño diablillo. Suspiro, ya no había opción de cancelar la solicitud, bueno al menos podría ir a casa y verificar que tan calificadas estaban esas niñeras.

Si. El pensaba que iba a ser fácil.

My Little BabyWhere stories live. Discover now