ʚ˚₊‧ ✿ ꒱꒱🏎️𖦹 ׂ 𓈒 🏁 / ⋆ ۪⊹˚˖
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-ˋ₊˚.ᶜᵃˡˡ ᵐᵉ [𝐒𝐭✪𝐫𝐛𝐨𝐲 // 𝐒𝐭✰𝐫𝐠𝐢𝐫𝐥]! ✦⌇༉‧₊˚
➥ [Las historias siguen a los piloto de Fórmula 1, que enfrenta tanto los desafíos de la pista como los enredos de su vida personal], [Sin embargo, en...
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Emilia lloraba sin parar con su cabeza puesta en el regazo de su madre, que acariciaba su cabeza delicadamente buscando reducir el dolor de su hija.
Hace unas horas por Twitter se habían comenzado a difundir rumores sobre una supuesta infidelidad por parte de Mauro pidiéndole contenido sexual a una persona cualquiera. Emilia realmente no quería caer en esos chismes, pues sabía desde el día uno que, al ser personas famosas, su relación podía ser tumbada en cualquier ocasión.
Recibir millas de notificaciones y llamadas de sus conocidos preguntando si estaba bien le confirmaba a Emilia que todo era real y estaba viviendo una horrible pesadilla. Pensar que aquella persona que le juraba amor pudiera lastimarla de esa forma y es como si le hubieran arrancado el corazón y se lo hubieran pisoteado sin remordimiento alguno.
No quería ver a Mauro ni en persona, lo bloqueó de todos lados sin dudar. Lo primero que hizo cuando se enteró de la noticia fue armar su valija y se fue hacia su provincia, Nogoyá, buscando el apoyo de su mamá, que apenas vio lo destrozada que estaba su hija, simplemente la abrazó sin emitir palabra alguna. Su madre le estaba dando su espacio para desahogarse emocionalmente primero.
Al ver que el llanto menguaba, Gabriela decidió hacer la pregunta sensata, esperando que su hija ya haya botado todas las lágrimas de un corazón roto.
— Hija, ¿qué pasó? — Emilia se enderezó esta vez, poniendo su cabeza en el hombro de su madre, mirando un punto fijo de la pared.
— Ma, tengo el corazón hecho trizas por la persona que más yo amaba. — el cansancio mental hizo que su voz saliera apagada y con dolor. — Mauro, él, me engañó con una mina cualquiera y lo más horrible fue que me enteré por las redes sociales y estoy quedando como la cornuda del año.
A Gabriela le costaba asimilar que aquel pibe que su hija le presentó hace tres años ya hubiera sido capaz de cometer tal bajeza hacia su propia hija. No podía creerlo cuando ella era testigo de primera mano el cómo Emilia y Mauro irradiaban tanto amor cuando estaban juntos, como aquellas miradas de cariño que se dedicaban unos al otro.
—Me quiero morir, mamá. Aparte, Mauro y yo estábamos haciendo aviones para llevar nuestra relación a un paso más allá y todo se fue haciendo pedazos.
Emilia, a lo largo de su vida, tuvo novios, pero ninguno llegó a dolerle tanto como ese chico de cara tatuada. No podía decir que sentía odio por él, ya que era un sentimiento muy grande, pero sí sentía mucha rabia por la situación y, a la par, mucha tristeza por aquellos planes que tenían juntos y que no se podrán realizar.
— Me cuesta asimilar que el mismo Mauro que vino hasta acá para pedirle tu mano a tu papá sea el mismo que te rompió el corazón de la manera más fea posible. Tranquila, hija, debes tomarte el tiempo para analizar las cosas y tomar una decisión adecuada. Por ahora, ¿por qué no te das un baño para que te sientas mejor? Te prepararé tu dulce favorito.