~ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 66~

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La maldita maquina de café se había tragado el dinero de Taehyung y no le había dado nada de café a cambio. Había intentado pateándola, incluso golpeándola pero nada.

— Pedazo de mierda— maldijo y trató de poner algo más de dinero. Lo mismo sucedió, le robo su dinero y nada salió. Miró el reloj y maldijo otra vez. Tenía que regresar, se había ido por mucho tiempo y eso era atentar contra el destino. A Jungkook no se le permitía estar solo, ni siquiera se le permitía dejar la sala del tribunal sin una escolta policial adecuada y si alguien se daba cuenta,entonces...

Sus pensamientos fueron cortados por al menos cuatro policías corriendo por el pasillo, corriendo hacia la habitación donde había dejado a Jungkook. Los ojos de Taehyung se ampliaron. Oh, mierda. Estaba jodido. Ambos lo estaban. ¡Fue sólo un pequeño descanso para tomar aire y tener algo de silencio, nadie debía darse cuenta!

Entendió que puedo haber sido un poco ingenuo. La gente estaba obligada a notificarlo, sin importar lo breve que tuviera que ser la pausa. Estaba boquiabierto cuando los vio, honestamente no había pensado en las consecuencias, todo lo que había pensado era en sacar a Jungkook de allí. Sus sentimientos nublaban su juicio, lo sabía.

Estaba a punto de ir allí y confesar, decirles que era su culpa y que había obligado a Jungkook a salir, pero se quedo paralizado cuando escuchó un grito resonar en el pasillo entero.

Estaba corriendo antes de que se diera cuenta, su corazón latía en su garganta. Había escuchado antes esos gritos y rogaba para que no fuera muy tarde para detener lo que estaba pasando.

No entendía lo que pudo haber sucedido. Había dejado a Jungkook completamente bien. estresado y temblando pero bien.

Llegó a las sala de reuniones y estaba a punto de tirarla a bajo cuando se abrió por si sola y dejo salir a la Sra. Jung con el rostro blanco. Taehyung se detuvo en seco y la miro. Inmediatamente comprendió lo que había pasado y le dedico la mirada más desagradable que pudo antes de abrirse paso a la sala de reuniones. Otro grito destrozado llego a sus oídos antes de presenciar la escena. 

—¡Basta!— gritó inmediatamente, su rostro palideció— ¡Jesús, déjenlo ir, lo están empeorando!—Pero ninguno de los tres hombres lo soltaron, todos lo ignoraron, Taehyung caminó entre la habitación. 

— ¡Oye!— gritó cuando Jungkook soltó otro grito de dolor al momento que le retorcieron los brazos en una posición que parecía muy dolorosa mientras le ordenaban que dejara de gritar—Oye, eso no sirve de nada para detenerlo, eres un completo est...—

—¿Quién eres tú?— escupió uno de ellos, luchando por calmar a Jungkook— Tú has estado aquí por cuánto tiempo ¿seis meses? ¿Qué te hace pensar que puedes...?—

— He estudiado psicología— mintió Taehyung— Se cómo hacerlo, ¿de acuerdo? Sólo salgan, creo que es el uniforme.—

Las cejas del hombre se alzaron a medida que seguía luchando contra el cuerpo de Jungkook. Taehyung lo miraba preocupado, quería que todos salieran antes de que las cosas empeoraran. Si Jungkook iba demasiado lejos entonces...

—¿Seguro que puedes manejarlo... chico?—preguntó uno de los hombres, asintiendo con la cabeza hacia Jungkook.— Hay una razón de que él sea, Hmm, bien conocido.

Taehyung le hizo un gesto rudo de asentimiento, tratando de parecer una persona que sabía algo acerca de psicología. Tal vez sabían que eran amigos, tal vez no, pero era mejor no tomar riesgos.

— Puedo manejarlo,—dijo con los dientes apretados— ¿Les importaría salir de la habitación?—

— Yo no se nada de eso—dijo uno antes de gruñir a Jungkook para que dejara de gritar— en primer lugar, ni siquiera debería estar aquí, quien incluso...—

* 𝕆𝕦𝕥𝕣𝕚𝕘𝕙𝕥 𝔻𝕖𝕔𝕖𝕡𝕥𝕚𝕠𝕟 *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora