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Daniel

Una mirada a su izquierda y tiene en claro que todavía no puede hacer alguna pregunta personal, sin esperar a cambio que Attis le dé un puñetazo, cosa que verdaderamente no quiere. Quiere comenzar una plática, pero desde que los ancianos los habían dejado en la entrada de la ciudad, no sabe qué decir. Iniciar con una disculpa podría ser lo peor porque si el asunto que ocurrió con Dora ya estaba en el pasado, hablar de él solo causaría problemas. Está muy seguro de ello.

Caminan calle abajo, los grandes departamentos adornan el entorno y le dan cierta belleza a la vista, aunque para él solo sean recordatorios de horribles momentos. Claro que en esa ciudad no había sido, sin embargo todas las ciudades poseen lo mismo: personas malas.

Por años vivió en la calle, no por obligación claro, fue más por decisión propia. Para no estar con sus padres y la tan horrible manía que tenían: recordarle a su hermana o lo estúpida que fue al embarazarse de un cabrón mantenido sin futuro. Claro que estaba con ellos en esa parte, pero su hermana no había tenido la culpa... no del todo al menos. Julia era un ser lleno de luz, siempre sonriendo y dando un poco de ella a todos, ayudando hasta cuando ella se veía envuelta en problemas. Tal vez eso fue lo que la llevo al suelo.

Niega con la cabeza, queriendo alejar el pasado de su mente. Sujeta con fuerza el arnés de la mochila y traga un poco de saliva, necesita una hamburguesa pronto.

— ¿Crees que podamos ya comer algo? —pregunta, viendo hacia Attis quien está a mitad de un bostezo. — O podemos descansar, si gustas.

— Estoy bien.

— Bostezar a las tres de la tarde no es normal.

— No he dormido bien por...

— ¿unos días?

— Semanas. —vuelve a bostezar, deteniéndose esta vez para ver a su alrededor. Él también hace lo mismo y sus pupilas se dilatan al ver una hermosa M color amarilla cruzando la calle.

— Vamos ahí, yo invito.

No espera respuesta, solo cruza la calle sin importarle mucho si viene un carro o no; el hambre es con algo que no quiere volver a cargar, mucho tiempo vivió con ella. Por otro lado, siempre se era mejor platicar cuando se está comiendo. Entra al local, recibiendo unas cuantas miradas, pero no le importa. Está acostumbrado, gracias a Jericho y Susykyo, quienes no hacían más que presumirlo como el hijo que tanto aman. Sonríe sin poder evitarlo.

Llega hasta la caja, en donde una chica de cabello negro sonríe forzadamente, antes de verlo bien porque entonces su sonrisa se vuelve coqueta e incluso saca un poco más el pecho, pobre. No sabe que él solo tiene ojos para una bella dama de hermosos ojos.

— Buenas tardes, ¿qué vas a pedir?

— Dos hamburguesas grandes con tocino y papas fritas, y dos aguas minerales. Por favor.

— Por supuesto. ¿Para comer aquí?

— Sí...

— Espera —Attis se pone a su lado y él ve divertido como la chica boquea, claro, ahora las atenciones van al muchacho pelirrojo. —, serán para llevar, por favor. —la chica asiente mecánicamente, sin apartar los ojos del zorro y este le sonríe de lado, logrando que la pobre chica sea flechada de sobre manera. — Gracias.

Se cruza de brazos, mientras suelta una risa baja. No puede creerlo, pero no sería de extrañar o ¿sí? Ambos caminan tranquilos a una de las mesas después de pagar y se sientan en lado contrario del otro, bueno, eso sí era de esperarse. Attis lo odia, por lo que tiene entendido, pero... ¿acaso no había roto con Dora? Tal vez esa era la razón por la cual lleva semanas sin dormir ¿Habrá sido por su culpa? No, después de aquella noche ya no se acercó a ella, claro que le envió una carta disculpándose por lo sucedido, pero eso definitivamente no vale como una disculpa. Tiene que hacerlo de frente, lo sabe, pero le aterra pensar que volverá a verla llorar.

Attis / Daniel (Nuevas Especies Fanfic #15)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora