Sam era una niña de 15 años de edad, muy dedicada a sus responsabilidades, unida más que todo a su madre Victoria quien fue la única con la que ha compartido momentos muy especiales de su vida ya que su padre Ernesto es un hombre de negocios y por viajar por deberes de su empresa no puede estar todo el tiempo en su casa compartiendo con su esposa e hija pero aún así es muy unido a ellas, siempre respaldándolas. Ella siempre es óptima a las condiciones de vida que se le presenten sean buenas o sean malas y como toda mujer es muy detallista en lo que se el presenta ella.Tenía una vida que era muy difícil para no decir imposible de que se aburriera fácilmente de lo que vivía.
Iba a su escuela todos los días a estudiar y era algo cotidiano en su vida como a todo joven hoy en día. Su salón era uno de los cuáles mas tenía chicas que chicos,pero al mismo tiempo esto la aburría a ella ya que estaba entrando a una edad en donde ella quería experimentar el relacionarse con chicos. En los descansos de su escuela iba con sus amigas Ana y Sofy a la cafetería del patio central a comer y quitarse el estrés que le acumulaba la clase pero al mismo tiempo veía los chicos que eran más lindos que también salían desde sus otros salones posiblemente a hacer lo mismo.
Ella en parte se ponía triste por saber que no tenía amigos hombres y al mismo tiempo nerviosa por saber de que si les hablaba les parecería a ellos algo muy raro y tal vez ganarse una mala primera impresión sobre ella.
Sus amigas Ana y Sofy eran exactamente iguales ya que pertenecían al mismo salón que ella, al que no tenía casi hombres, o... bueno, lindos.
Siempre querían estar con los chicos populares pero se preguntaban entre ellas de forma indirecta entre miradas.
-¿Cómo?
En fin, las tres se veían agarradas de las manos de sus novios caminando libremente sin que les importara la opinión de alguien, viviendo momentos únicos en los cuales disfrutasen de si mismas, de sus novios y que sus novios disfrutaran de ellas. Pensaban que eso era amor.
Pero al mismo tiempo veían que les hacía falta algo y era importante, mas que todo gracioso. Les hacía falta los novios, al escuchar esto probablemente de gracia, ya que si se imaginan todo eso y no tienen los novios se puede intentar cogerlas de burla.
Al fin y al cabo eran jovencitas de entre 17 y 19 años, que aún siguen soñando que los momentos de amor se definen en momentos románticos con una vida de cuento de hadas, imáginandose que viven en una burbuja de amor con sus parejas.
Cuando en realidad el amor se define en los momentos díficiles, en los cuáles sepasan por adversidades de dificultad y obstáculos.
Cuando se imaginan pajaritos flotando en el aire y un jardín de primavera alrededor de ellas con su pareja mientras caminan cogidos de la mano viéndose fijamente a los ojos intentando decirsen un montón de cosas como:
Te amo desde que sale el sol hasta que se pone, te amo desde que sale la luna hasta que se pone, debido a que no paro de pensar en ti mi amo.
¿Cómo podré olvidarte algún día? Si eres mi sol y mi tierra
Cuando eso únicamente son los momentos tranquilos, de gozo, en los que se disfruta, en los que prevalece la armonía y en los que se fortalece el amor convirtiéndolo en algo especial.
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¿Camino con o sin rumbo?
RomanceEn la siguiente historia contaré un poco sobre como la sociedad actúa ante las personas con inclinaciones sexuales diferentes al suyo, normalmente estamos en un mundo cambiante en el tan moderno siglo XXI por el que estamos pasando y viviendo una se...