Cap. 6: 80% enemigos, 20% amigos

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Capítulo 6: 80% enemigos, 20% amigos

Con mi repentina amistad con Rei y Ayami, increíblemente, los rumores sobre mí empezaron a disminuir y hasta por un tiempo dejé de recibir confesiones a la semana. Mis compañeros masculinos ya no hacían bromas sobre el “playboy”, ahora me saludaban y si tenía suerte, hasta me unía a sus conversaciones.

-¿Y qué es lo que te gusta hacer, Hinata?- me preguntó uno de ellos.

-¿Eh? Me gusta…- y lo pensé un momento.

¿Sería bueno decirles la verdad a mis compañeros? Más que la verdad, ¿sería bueno decirles mi no tan “secreto” sueño a mis compañeros? ¿O tal vez cometería un error al confiar plenamente en ellos?

-¿Te gusta…?- repitió mi compañero de asiento.

-No le gustan los ponies si es lo que quieren saber- Rei se interpuso entre todos. Ayami estaba en la puerta conteniendo a Nana con los brazos. Quería huir como siempre.

-¡Hey! Miren a quién tenemos aquí- dijo otro de los chicos- Kohatsu Rei, la mujer de hielo.

-Que no te haga caso no quiere decir que lo sea- y luego se dirigió a mí- Vamos, Hinata.

Me levanté luego de asegurarme de que tenía dinero para comprarme el almuerzo. Mi compañero se quedó con ganas de seguir haciéndole bromas a Rei. Me pregunto si debí haberla defendido… después de todo eso era lo que los amigos hacían.

-Kohatsu-san...-dije cabizbajo- lo siento.

-¿Por qué?- y me miró con desinterés.

-Te insultaron delante de mí y no te pude defender.

-Pffff. ¿Insulto?- y me dio una fuerte palmada en la espalda- Eso es algo inmaduro.

Había olvidado que Rei no solía tomarle importancia a cosas como esas. O tal vez le importaba pero no lo hacía notar cuando estaba con nosotros... o, al menos, cuando estaba conmigo.

Hoy íbamos a almorzar en la azotea. Nunca antes había almorzado allí aunque sí recibí unas cuantas confesiones en ese lugar. Aún así, la idea me agradaba.

Cuando llegamos, Nana se sentó lejos de nosotros. Se había hecho una costumbre que lo hiciera aunque otras veces intentaba estar relativamente más cerca y pelear de todo conmigo.

-¿Hoy también ignorarás a Terashima-kun?- Ayami intentaba incluir, nuevamente, a Nana en la conversación.

-¡Já!- y empezaba a comer más rápido- No conozco a ningún Terashima.

-Si estás lejos no podré invitarte de mi almuerzo- Rei ponía uno de sus planes en acción- Mi abuela hizo sus deliciosas bolas de arroz.

Nana se detuvo por un instante y luego giró su cabeza hacia nuestra dirección.

-¿Q-quién dice que me g-gustan esas t-tonterías?

-¡Nana!-Ayami le reprendía- Te crecerá la nariz como a Pinocho.

-Bueno, disculpa. Fue una confusión entonces.- y Rei se acercó a mí- Terashima, puedes coger dos.

-¿En serio está bien?

-Sí, ya que sólo somos tres. Hoy te toca repetir; mañana, a Ayami; pasado, a mí... y así sucesivamente.

-Bien, entonces... ¡muchas gracias!- y justo cuando iba a recibir las bolas de arroz, un palillo golpeó mi mano. Nana lo había lanzado desde donde estaba.

-¡Nana!-le volvió a gritar Ayami- Pudo haber lastimado a alguien.

-¡T-tenía que proteger lo que es mío!- y se sentó entre Ayami y Rei. Luego de eso, y a insistencia de Ayami, pidió disculpas... a regañadientes.

You will shine to me!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora