Si realmente supiera, el miedo se echo atrás quizás por ver la oscuridad de mi alma.
Di y di tanto de mi que se me olvido guardarme algo para ser.
Justo ahora caen lagrimas cansadas con un peso decepcionante aplastante, ven el fin llegar y solo pueden huir de lo que se avecina.
Una catástrofe natural, tsunami en la isla de mis pupilas, temblores sísmicos y psíquicos en la mente atormentada y por ultimo un huracán masculino entre pecho y espalda.
Desastre, una destrucción que deja Pompeya en un castillo de arena.
Quizás ya no vuelva no a retomar una sola frase ni unas pocas palabras pues de mis sentimientos ya no quedo nada.