Capítulo 22

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Beverly y yo nos habíamos recuperado con totalidad. Ahora podía moverme y no sentir ganas de morir.

Stan decidió romper con la falsa relación, ahora estaba más que claro que nadie diría nada malo sobre el.

Por lo tanto eso significa que nada de ciertos celos de Beverly. Ahora intentábamos quitar algún rastro de miedo sobre mostrar nuestra relación. Su tía lo sabía, era momento de que mi madre lo supiera ya.

- Mamá -digo suavemente, y tomo sus manos- Hay algo que tengo que decirte.

- Me estás preocupando -es lo único que ella dice.

- Es algo que tuve que decírtelo desde hace años -tomo una bocanada de aire- Sabes que yo jamás te presenté a un chico, ¿no?.

- Ya... Ya dilo.

- A mi me gustan las chicas.

Quizá fui muy sincera. Pero no podía descifrar su rostro, estaba sorprendida, pero no sabría si decir enojada, triste, o sino le importaba.

- Lo siento.

Pero en sus labios se forma una media sonrisa. Aunque en sus ojos se reflejan unas cuantas lágrimas.

- No te disculpes, tontita -dice, a la vez que me abraza- ¿Crees que no lo sabía?.

- ¿N-No te enojas?.

- No podría enojarme por algo así, ____ -susurra en mi oído- Nada hará que deje de quererte.

Supe que no tendría que habérmelo guardado durante años. Pero tenía miedo. Ahora tenía un peso menos de encima, porque sólo me importaba ella. Su aceptación.

[...]

-Te veo muy feliz -dice Beverly. Volteo y me encuentro con sus ojos azules mirándome con curiosidad.

-Ayer pasó algo muy bueno -le sonrío.

-¿En serio? -Bev me devuelve la sonrisa- Cuéntame, linda.

Me quedo mirando nuestras manos entrelazadas, inconscientemente río un poco.

- Le conté a mamá sobre mi orientación sexual -confieso, recordando el momento.

- No hace falta que me digas que sucedió luego -se acerca a mí mejilla y la besa- Me alegra oír eso.

- No creí que reaccionaría así, tuve miedo.

- Ahora sabes que todo está bien, cariño -dice la pelirroja.

- De maravilla.

- Richie y Eddie también estarán felices -mi rostro se ilumina.

- Olvidé contárselo -suspiro- Mamá tendrá sorpresa doble.

Jugamos un rato en el lago, lanzando piedras, luego charlamos sobre lo que ha pasado todo este tiempo. Hasta que le sueño logra vencerme.

- Hey, no te duermas -pide Beverly, abro mis ojos por completo- Vamos a mi casa, aquí nos atacará un lobo.

- No hay lobos -susurro- Pero leones si. Así que mueve tu lindo trasero.

- Grosera -saca su lengua, con burla.

- ¿Qué?

Me levanto del césped, y abrazo sus hombros, me acerco a ella y la beso.

- Es cierto.

- Ya, vamos -corresponde a mi abrazo, y nos marchamos del lago- Apenas llegues irás a dormir.

- No voy a discutir por eso -río- Pero solo si duermes conmigo.

- ¿Crees que yo no tengo sueño? Mira mis ojeras -las señala con burla.

- Claro, y mira las mías.

Seguimos charlando durante todo el camino. Hasta que llegamos, justo al anochecer. Solo subimos a su cuarto, y me lanzo en sus cómodas sábanas.

- ¿No quieres algo de comer? -me pregunta llegando al cuarto.

- Lo único que necesito es dormir.

Beverly me observa con una sonrisa en su rostro. Tira su mochila en alguna parte y se quita la camiseta.

- Y que estés a mi lado -lo ultimo lo susurro palmeando el lugar vacío a mi lado- Por favor.

- Sabes que jamás te negaré algo así, ___.

Con cuidado se recuesta, toma un extremo de la sabana y con esta nos cubre. Esto hace que me relaje. Más aún cuando siento sus brazos rodearme.

- Descansa.


[...]

Toda la semana transcurrió con normalidad. Los perdedores seguían siendo bobos y lindos a su manera, Beverly y yo pasábamos mucho tiempo juntas. Como antes.


- Edds y yo cumplimos cuatro años juntos -dice Richie con nostalgia.

- Felicidades -lo abrazo rápidamente- No se en que momento pasaron los años.

- Ni yo, vi crecer a mi pequeño Edward Kaspbrak -lleva su mano a su pecho- ¿Que hay de Bev y tú?.

- Bueno, no puedo creer que estemos juntas después de tanto.

- Siempre supe que estarían juntas, el verdadero amor siempre sale adelante a pesar de todo.

- Wow...

- ¿Que? -pregunta confundido.

- Nunca te oí hablar tan serio en toda mi vida -Richie y yo reímos.

- Ya sé -le resta importancia- Que nadie se entere.

- De acuerdo.

- ¡Llegamos! -exclama Stan.

Stan, Bev y Eddie llegan con los helados. Entusiasmados toman asiento en la banca, y los reparten.

- ¿Vainilla? -le pregunto a Beverly- ¿Cómo lo sabes?.

- Cariño, sé mucho sobre ti -presume.

- No lo dudo.

- Ustedes dos, ¿no deberían hacer algo especial hoy? -pregunta Stan a los chicos.

- Ahm, si, pero no sabemos que -dice Eddie dudoso.

- Yo gane esto -Stan les muestra un tipo de boleto- Es una reserva para el Black Jack, no es muy romántico, pero...

- ¿¡Bromas?! ¡Ahí venden las mejores pizzas! -exclama él de gafas aceptando el boleto- Gracias, Stan.

- Gracias -vuelve a agradecer el pequeño.

- Y luego iremos a mi casa.

Eddie se sonroja a más no poder, Stan y Beverly ríen por la ternura que causa.

- Tozier, no cagues el momento.

- No pude evitarlo -se excusa- Sorry not sorry.


Mi Linda Pelirroja -Beverly Marsh-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora