Autoengaño

340 40 12
                                    

—¡Por la soltería!— Gritó y todos a su alrededor lo vitorearon.

El bartender le pasó relleno el tarro y se lo bebió de un solo trago, ganándose así la admiración de sus amigos, se sentía bien y estaba bien. Hacía más de un mes que él y Loki habían terminado, habían discutido tantas veces que pensó que aquella sólo era una más pero en esta ocasión el pelinegro no volvió y quizá eso había sido lo mejor.

Thor sabía que su relación no era la más funcional pero Loki tenía algo que lo hacía amarlo con locura y dedicarle una devoción inmensa, quizá por ello Loki siempre le buscaba cuando se sentía mal.

Ahora se daba cuenta de lo ingenuo que había sido al siempre caer en las mentiras del menor. Era tan hermoso como peligroso.

—Me alegra verte mejor— Dijo Bucky palmenado la espalda de su amigo.

—Gracias— Respondió el rubio con una gran sonrisa.

—Estoy muy orgulloso de ti, ese tipo era un pequeño bastardo que no te merecía.

Thor se había dicho que ya no le importaba lo que dijesen de Loki, se lo tenía bien merecido, pero su pecho se estrujo al escuchar aquellas palabras, rio por lo bajo y pidió un nuevo trago.

—¿Cómo estas tú?

No quería hablar más sobre su egocéntrico ex, ya había pensado mucho sobre él las primeras dos semanas desde que terminaron, y aunque no quisera admitirlo, aún ahora se le hacía un pequeño nudo en la garganta.

—Sigo siendo un asco— Respondió su amigo, recorriendo el lugar con la vista.

—Deberías salir con alguien, estar solo tanto tiempo no te hace bien.

—No gracias— Dijo su amigo sonriendo —Sólo mira lo que te ha echo a ti.

Ambos rieron, aquella sensación de felicidad le resultaba extraña especialmente porque era Loki el único que le hacía sentirse tan bien. Su juerga duró hasta altas horas de la madrugada, cuando Bucky recibió una llamada y salió corriendo sin dar siquiera una explicación. Thor se había acostumbrado a ello, a los escapes de su amigo, algo le decía que en realidad no estaba tan solo como su amigo aparentaba.

Decidio caminar a casa pues se sentía algo mareado, hacía mucho tiempo que no se embriagaba de aquella manera. Loki siempre se encargaba de que no tomará de más. Por alguna razón todo se relacionaba con Loki, quizá era la oscuridad y la soledad a esa hora de la madrugada quienes le hacía extrañar tanto a aquel esbelto y palido chico.

¿Cuántas veces habían roto? 52, si, las tenía bien contadas pero ningún problema había sido tan grande como para separarlos. Entonces qué había cambiado, quizá el discutir tanto ya lo había cansado. Loki se fue y por primera vez Thor no corrió tras él.

El clima comenzaba a cambiar, las mañanas llegaban a ser bastante frías y aquella madrugada no era la excepción. Entró en el gran edificio y presionó el botón de su piso en el elevador, el lugar estaba desierto o eso le pareció hasta que su vista se cruzó con aquel bulto recargado contra su puerta.

Por un segundo se olvidó de cómo respirar ¿Podía dar la vuelta e irse de ahí? Los largos cabellos negros brillaban bajo la luz del pasillo, sus ropas elegantes desencajaban con su apariencia desgastada. Permaneció observandolo a la distancia, sabía que si se acercaba un sólo paso más, si veía aquellos ojos, si escuchaba su encantadora voz todas esas barreras que había creado en las pasadas semanas se desmoronarían. Thor dio un paso atrás.

—¿Thor?

La voz de Loki tembló.

—Te estaba esperando.

Su corazón se acongojó.

¿A quién engañaba? Nunca podría olvidar su amor por ese chico. Se encaminó a lado del joven y le tendió la mano.

—Vamos dentro— Dijo sonriendo.

Una Vez MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora