Nuestra Noche

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-Sólo tú podías hacer temblar mis piernas y mi cuerpo, el éxtasis que siento en estos momentos es incontrolable... ¡¡¡quiero más de ti!!!- gimió Serena casi sin aliento- ¡¡¡No te detengas, no dejes de besarme, soy toda tuya!!! – Darien , No pudo evitar sentir el éxtasis cuando te escucho, lo dio a entender a través de un grave gemido que escapó de sus ya hinchados labios- .. ¡¡Oh, Darién!!

-¡¡¡Eres mi droga Serena Tsukino!!! Sólo tú puedes volverme loco de mil formas diferentes... tu cuerpo, tus ojos, tu boca… ¡¡¡eres perfecta amor mío!!! Conoces cada punto débil y sensible, una caricia tuya me lleva a los lugares que no te imaginas, solo tú me haces tocar el cielo...- le reveló Darien en medio del éxtasis, ya había callado por mucho lo que sentía o más bien ocultaba bajo una capa de indiferencia, que por fin hoy se vio rota.

-¡Oh Darien!- lo besó profundamente expresando con el mismo todo el amor que sentía- Es hora de demostrarte físicamente todo el amor que siento por ti querido Darién- ella lo miró un momento a los ojos con duda y tras vacilar un poco se atrevió a decirle lo que la acongojaba- ¿No te molestará si hago esto?- mientras recorría lentamente con su lengua sus enormes pectorales, sus manos traviesas comenzaron a desabrochar su pantalón, su enorme amiguito estaba pidiendo a gritos salir de su prisión, y ella gustosa le daría la libertad que ansiaba, él no decía nada pero sus gemidos de placer le indicaban que iba por buen camino.

-¡¡Ohhh Serena!!! ¡¡¡Ahhh!!- ella una vez lo liberó le puso más atención y al verlo frente a sus narices sus ansias de comerlo eran muy fuertes, primero comenzó a acariciarlo hasta que vio como emanaba una gota de semen, con ansias la lamió degustando su exquisito sabor…No tardó en notar cuán excitada estaba, sus bragas estaban totalmente empapadas, su corazón latía a mil revoluciones, así que se dejó llevar por todo ello y comenzó a comerlo como hambrienta, los gemidos de él cada vez eran más fuertes hasta que por fin estalló en su boca, y bebió hasta la última gota de todo lo que le ofrecía - ¡Serena! ¡Mi cuerpo hierve como el infierno!- le sonrió pícaramente- Pequeño conejo es mi turno- la posicionó en la cama abierta de piernas para poderla degustar a gusto, la olió primero por encima de sus bragas para luego sacárselas con los dientes.  Ella… Ella es... No encontraba las palabras exactas para explicar lo que significaba para él, se acercó ansiosos y la lamió entera.

-¡Oh Darien! – se revolvió bajo su toque y eso lo animó a seguir, ansiaba probarla al igual que ella lo hizo con él. Su único deseo en esos momentos era devorar su cuerpo, beber sus jugos y probarla entera- ¡Ahhh Darién! ... por... favor... no pares...- le suplicaba y el siguió con su tarea, pero fue más allá introduciendo 2 de sus dedos en su interior, mientras que con su manos libre masajeaba sus grandes y voluptuosos senos, su lengua lamía sin control todos sus pliegues, sus movimientos y gemidos incontrolados le indicaban que estaba cerca, así que en un último sorbo le ofreció todo lo que ansiaba y que bebió gustoso. Su sabor era mejor de lo que pudo siquiera imaginar ¡Como quisiera que esto nunca acabara!

-¡Oh Serena! ¡Nunca imaginé estar así Contigo!- ella le sonrió en respuesta.

-Yo tampoco Darien- la calló abruptamente con un beso mientras la acariciaba lentamente por todo su cuerpo, necesitaba sentirla, hacerla suya y marcarla para siempre. Así se enredaron dándose placer y conociéndose uno al otro hasta que llegó el momento más importarte…Su primera vez juntos, antes de hacerlo se miraron fijamente a los ojos expresando más de lo que se podía expresar con palabras, pero aun así decidieron sellar con ellas.

-Te amo Serena- ella lo abrazó emocionaba.

-Yo también te amo Darien.- se sonrieron y se perdieron en un beso intenso mientras él la penetraba poco a poco, mientras más entraba más convencido estaba que Serena era la mujer de su vida. Una vez dentro comenzó un vaivén suave para luego ir acelerando poco a poco hasta que ambos alcanzaron juntos y por primera vez el tan ansiado orgasmo, esperando poder repetirlo muchas más veces a lo largo de toda su vida.

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