Podía escuchar el latido de su propio corazón, sus manos empezaban a sudar y desviaba sus ojos lo más que alcanzaba, ¿cómo había terminado así? Obvio que debía ser Sue, su amiga y compañera, una combatiente fuerte y que se metía en problemas y los solucionaba ella sola, su actitud llegaba a desesperar a casi todos los del equipo, en cambio a él no, y lograba ayudarle en lo que necesitaba. Pero, no tenía que meterlo a el a una situación incómoda.
– ¿C-café? – pronuncio la de ojos olivo con una obvia sonrisa forzada – o ¿chocolate caliente?
– Chocolate, por favor – dijo con una sonrisa casi forzada por el nerviosismo que sentía en aquellos momentos.
Veía a todos con cierta curiosidad, pero aun así mantenía su distancia. Un suspiro pesado salió de sus labios al no tener nada que hacer más que observar y esperar, sin duda conocer gente nueva no era lo suyo; prefería estar en la comodidad de su casa y pasarse ahí casi todo el día o más bien el día entero.
El cálido líquido se acercó a sus manos y con una media sonrisa acepto gustoso, acerco el dulce brebaje quedando encantado con su dulce sabor, no era muy dulzón y tampoco tan amargo; era la extraña combinación de ambos.
– Espero que te guste – menciono la azabache –. Me llaman Mirai, espero que no te importe llamarme así.
– No hay problema Señorita –dijo el de ojos heterocromos un tanto inquieto viendo a la chica – y sobre el chocolate esta divino.
– ¿Señorita? – pregunto el de cabellos azabache procesando lo que había dicho el castaño – Perdón, pero no soy mujer.
– Lo siento, es que bueno su apariencia es muy semejante a la de una joven y bueno... pensé que – balbuceaba el de cabellos castaños por su error, nunca antes le había pasado y hacerlo resultaba bastante sorpresivo – espero y me perdone, Mirai.
– No se preocupe, no es el primero y no será el último – murmurando lo último cabizbajo, pensando en lo que debía hacer para dejar su apariencia del sexo femenino, lo que daría por ello.
– ¿Y como esta? – pregunto el paralitico con aquel rostro tan impasible como ya era costumbre verlo, mientras movía ligeramente sus manos.
– Esta mejor que nunca – dijo la marioneta con una sonrisa de oreja a oreja, metiéndose en la conversación como siempre – debe de haber mucho.-
– Silencio Puppet – el paralitico agarraba aquellos hilos fuertemente y los enredaba haciendo sufrir al de hebras blancas, que parecía sufrir de la peor forma posible –. No es necesario hablar de más.
– S-sí, Grant.
No pudo evitar pensar en que la mayoría de los nombres ya se los sabia; la de cabellos beige Aomi, la de cabellos castaño claro Kazuto, el paralitico Grant, la marioneta Puppet y el de cabellos azabache Mirai. Pero un chico de cabellera negruzca al fondo no había dicho nada, pero tampoco haría nada que le incomodara solo por alimentar su curiosidad.
– Bueno, está bien – declaro el azabache con una leve sonrisa, mientras su mirada revelaba aquel detalle –. Ya debería estar mucho mejor o al menos eso pienso yo.
Cualquier pesar se fue al decir aquellas simples palabras, el aire del ambiente era totalmente diferente dando a entender los sentimientos de todos, la de cabellos beige sonreía alegremente y los otros mostraban un rostro de alivio total, en serio parecían preocuparse por aquella chica.
– De seguro tendrá mucha hambre luego – pronuncio alegre la de cabellos beige – le iré a preparar algo inmediatamente.
– Voy contigo – dijo la de cabellos castaño claro con un rostro tan sereno como el agua – hoy habrá fiesta, invitare a todos. No puedo olvidar el confeti como la última vez.
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Sueño Muerto
Historia Corta|Original|| No sabia muy bien como había llegado a tal situación o mas bien lo le importaba, el solo sentir aquellos labios sobre los suyos le enloquecía y aquella fragancia solo le hacia perder su poca cordura. Deseaba que aquello durase para siemp...