Oso de peluche

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Debía ser especial, hoy era el cumpleaños de Rachel. Y Zack recuerda lo que sucedió hace 3 años, en el primer cumpleaños de Ray que pasaron juntos.

El cielo estaba completamente nublado, y no había dejado de nevar desde la madrugada. Rachel y Zack no habían dormido esa noche: querían ver como la ciudad se pintaba de blanco desde la ventana de su habitación. En especial Zack, que le intrigaba la nieve.
Por ello, en la mañana temprano Zack no podía levantarse de la cama, estaba demasiado cansado. Rachel por el contrario de Zack, no podía dormir bien. Hoy era el día de su cumpleaños y amargos recuerdos pasaban por su mente.
Decidió ir a la cocina y preparar algo para ella. Zack no se despertaría hasta medio día por lo que estaría sola toda la mañana.
Tras desayunar, regresó a la habitación que compartía con Zack. Él seguía dormido. Ella se acurrucó a un lado de él, quien se encontraba acostado de lado. Al notar la presencia de Ray la abrazó.

- Eres muy cálida. Eres mi tetera humana.
- Si.
- Ray.
- ¿Qué sucede, Zack?
- Feliz cumpleaños.
- ¿Eh? No sabía que...
- Tonta, claro que lo se.
- ¿Cómo lo sabes?
- Bueno, eso no es importante. – Zack abrazó aún más a Ray, haciendo que su cabeza se recostara en el pecho de él.
- Grácias, Zack.
- Durmamos, Ray.
- Si.

No había planeado nada en especial para este año, pero si que le había comprado un obsequio esta vez.
No lo había planeado demasiado, simplemente un día que le tocó ir de compras, vió una tienda de regalos, entro y compro lo primero que vio: aunque salió corriendo ya que la señorita del mostrador le había preguntado si era para su novia. Cosa que a Zack le avergonzó y huyó de ese lugar.

- Hey, Zack, ¿Qué haces?
- Toma, un regalo.
- ¿Eh? – Zack le lanzó una bola de papel celofán con una listón mal puesto. Ray lo atrapó mirando con curiosidad el regalo.
- ¿¡Qué tanto lo miras!? ¡Ábrelo! – Ray asintió y procedió a desenvolverlo. Al terminar miró con felicidad el obsequio: un oso de peluche.
Sus ojos lo decían todo, una vez más Zack volvió a ver los ojos llenos de vida de Ray.

Esta vez, sin deseos de asesinarla. Lo único que pudo sentir fue: amor.
Ella la única capaz de lograr que alguien como él sintiera aquellas emociones.

Zack y Ray: Nuestros Días Juntos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora