Capítulo 3.

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Todos sus domingos comenzaban de la misma manera: despertaba a causa del peso de Xu Bao sobre su cuerpo, acompañado de su voz canturreando "Buenos días".

Lu Han abrió los ojos y se movió un poco en la cama, sonriendo con ternura en cuanto vio al pequeño pelinegro encima de él. No le molestaba que Xu Bao se hiciera cargo de despertarlo los fines de semana.

—Buenos días, Xu Bao —le dijo con voz suave, acariciando su cabello, sabiendo que nada le gustaba más que empezar su día así.

—Hmm...

—¿Qué pasa?

—¿Juegas conmigo? —Le preguntó, mirándolo de manera casi suplicante.

—¡Claro! —Exclamó—. Lo bueno de no estudiar ni trabajar los domingos es que puedo jugar más contigo —atrapó al niño entre sus brazos y le llenó el rostro de besos, haciéndolo reír un poco.

Lu Han en verdad deseaba tener más tiempo para su hijo, por lo que adoraba los fines de semana. No sólo descansaba mejor, sino que también podía compartir momentos increíbles con Xu Bao. Lo había visto crecer durante los últimos cuatro años, y no mentía al decir que nada lo hacía más feliz.

Sin descuidar las cosas importantes del día a día como asearse y comer bien, jugó con Xu Bao hasta que, cuando el reloj estuvo a tan sólo diez minutos de marcar las seis de la tarde, su teléfono sonó con una llamada entrante por parte de Xiu Min.

El pequeño volteó a ver a su padre con cierta preocupación, pues sabía que a veces su jefe lo llamaba para pedirle que fuera a trabajar unas cuantas horas, incluso si era domingo. Se relajó al escuchar que el castaño saludaba al chico al cual cariñosamente llamaba "Tío Min".

—¡Lu, abrieron un nuevo restaurante cerca de la estación en la cual Jong Dae y yo nos conocimos! —Le contó emocionado—. A que no adivinas quién me invitó a cenar en ese lugar...

—Jong Dae —contestó sin tener que detenerse a pensar por mucho tiempo, pues la respuesta era obvia.

—¡Sí!

—¡Me alegro mucho, Xiu Min! —Dijo honestamente—. Disfruta tu cita. Ya sabes que Jong Dae te adora y sólo debes ser tú mismo.

—Eh... ¿Cita?

—Sí... O... ¿No es una cita? —Preguntó algo confundido.

—No... Bueno, no exactamente —dejó salir una risa leve—. De hecho, por eso te llamé.

—¿Ah, sí? —No entendía qué estaba pasando.

—Iré a ese nuevo restaurante con Jong Dae y con sus amigos —le explicó—. Cuando me dijo que también podía invitar a otras personas, pensé en ti de inmediato. No estás ocupado hoy, ¿o sí?

—No, no estoy ocupado, pero... ¿No sería extraño tenerme ahí?

—¡Para nada, Lu! Te estoy diciendo que es más como una salida entre amigos... y una pareja, que somos Jong Dae y yo —respondió—. Verás, él invitó a unos chicos que son amigos suyos de la universidad... Se Hun y Chan Yeol, si la memoria no me falla —volvió a reír con suavidad—. Y yo... Bueno, yo los invito a Kyung Soo, a Xu Bao y a ti. Será divertido.

—No lo sé, Xiu Min...

—¡Por favor, Lu! Después de una larga semana de trabajo, estoy seguro de que te hará bien salir y relajarte un poco. El restaurante es familiar, así que no debes preocuparte por el pequeño Xu Bao, puedes traerlo sin problemas —agregó—. Nos veremos en una hora, y te puedes ir temprano si así lo necesitas. Prometo que no intentaré detenerte.

De nosotros [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora