Hermanos.

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Keith fue el primero en reaccionar, lanzo un gruñido furioso, tomo su chaqueta roja y se la arrebato de los hombros a Katie, tomo a la chica de la sudadera verde por el cuello y la levanto algunos centímetros del suelo.

—Asi que escogiste bando...asi que te sentiste superior a todos nosotros como para jodernos, ¿eh? — la había dejado caer al suelo por culpa de Shiro, que había tratado de detenerlo, Allura la sujeto tranquila, levantando su camiseta y topándose con la verdad, Pidge era una chica.

La miro con dolor y decepción, estaba a nada de decir algo, cuando Keith se logró liberar del agarre del mayor y volvió a tomar a Pidge, con mayor fuerza que antes.

—¿No creen que fue suficiente? ¡Tiraron su mochila por una ventana, patearon su entrepierna, le escupieron a la cara, le dieron golpes e incluso desearon su muerte! — Keith ya no estaba hablando, con cada palabra, su voz se levantaba, Hunk aparto la vista, cuando Katie le pidió ayuda con los ojos.

—Te creíamos su amigo — sus ojos destellaban ira, rozando con la locura —¡Te creíamos nuestro maldito amigo! — Esas palabras dolieron incluso mas, que el golpe que recibió en su mejilla cuando fue soltada, había terminado en el piso, sujetando su herida, sus lagrimas no eran nada, comparadas a las que Keith soltaba en silencio.

—Pidge, o como sea que te llames, juro que si te veo cerca de Voltron o de Lance, una vez mas...tu y esas malditas hijas de puta no correrán con la misma suerte de tener solo un golpe en la mejilla. — le gruño, antes de tomar su mochila y salir del aula.

Pidge lloraba en silencio, aun en el piso.

—Siempre creí, que cada persona era hermosa por si sola, que las personas hacían del mundo un lugar maravilloso y hermoso cuando todo se juntaba pero...— Shiro guardo silencio —Ahora creo que también existen personas verdaderamente horrendas. — El paladín negro no se tomó ni un segundo en mirarla, salió de la habitación a paso calmado, dejando sus pasos  resonar en el silencio, provocando una tensión que se cortaba con el cuchillo.

Pidge quería excusarse, disculparse, vio a Hunk a los ojos y tomo sus manos, balbuceaba disculpas una y otra vez, pero el contrario mantenía sus ojos ahora cerrados.

—Estuve a lado de Lance desde que tengo memoria, a sido mi mejor amigo por años, y es la persona más valiosa que tengo en mi vida. — murmuro, bajito, tratando de no romper también en llanto —Lance piensa que el no hace nada por mi, pero demonios, el me dio su amistad, un lugar en su vida, risas, valor para estar con Shay, Lance a dado tanto por mi que no me imagino una vida sin el...Pidge. — se deshizo del agarre, para horror de la Holt mas pequeña —Yo no soy a quien debas pedir perdón, pero, no puedo prometerte que te daré la oportunidad de volverlo a herir, Lance es la persona mas importante en mi vida y tu...tu ahora solo eres una conocida. Una conocida cruel que no merece ni mi amistad, ni mi lealtad, ni nada de mi...— se levantó, siendo tan gentil como siempre, fue el que más calo hondo en el corazón de Katie.

Allura estaba junto a Koran, en silencio, miraban a esa chica llorar, cuando se calmo un poco, ambos paladines recogieron el llavero y el escudo, guardándolos en la bolsa de papel, para horror de la castaña, no se lo dieron ni lo guardaron, lo tiraron a la basura.

—Quédate la sudadera y cierra el salón cuando te marches. — Comenzó Allura, sin mirarla, pero la mas joven de las dos, sabia que también estaba llorando, la voz rota le delataba —Y por favor, no vuelvas a hablarnos nunca mas. —

...

Pidge se había encerrado en su habitación cuando llego de la escuela, sin ver a sus padres o a su hermano a la cara, los tres miembros de la familia de la mas joven, se miraban entre si.

Mentiras /Plance/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora