Uno, dos, tres... Cuatro veces más. Los golpes en su puerta no cesaban.
― ¡Park!
―Vete a casa, Jeon, no pienso abrir. ―Contestó el castaño, apoyando su peso en la puerta.
Pudo sentir otro golpe más, lleno de furia, por parte del menor.
― ¡Armaré un escándalo! ―Notó por su voz que estaba bebido.
No pasaron más de un par de minutos antes que el chico empezara lo que había prometido. Incluso escuchó como rompía algo de vidrio, Jimin deseaba que fuera una botella y no alguna ventana.
― ¡Por favor! ―La súplica en el tono rasgó algo en su pecho. Pero tenía que ser fuerte. Sencillamente no podía dejar avanzar más aquello.
Y no podía echarle la culpa a Jungkook. Porque el culpable de toda esa situación era él, nadie más que Park Jimin
Jeon Jungkook era uno de sus mejores amigos, a quien consentía desde que se conocieron. ¡Oh, cierto! Y la persona de quien estaba perdidamente enamorado. Y ahí es donde estaba el problema, siempre le aceptó cada capricho, cada petición... Simplemente no lo podía evitar, y de un tiempo para acá se dio cuenta que lo que le impedía decirle "no" al azabache era ese sentimiento enfermizo. Enfermizo porque le hacía casi esclavo absoluto del chico, que ahora aporreaba con más fuerza su puerta.
― ¡Abre, maldición!
Apretando los párpados, suspiró. Se levantó y sacudió el polvo que pudo haberse pegado mientras estaba en el suelo. Con firmeza, que siendo honestos no sentía, quitó el seguro de la puerta, abriéndola.
Parado frente a él, y un tanto tambaleante, se hallaba Jungkook. La mirada un tanto perdida y los ojos brillosos, producto del alcohol.
―No contestaste ―se quejó―. ¿Por qué? ¿Por qué no me fuiste a recoger al bar? ―Su ceño fruncido hacía ver su rostro más aniñado, más tierno...
¡Basta! Concéntrate, detuvo su pensamiento Jimin.
―Te dije que ya no lo haría.
―No puedes. ―Le acusó, como si el que estuviera equivocado fuera él, y no al revés.
―Es tarde. Ve a casa, con Yoongi.
―No quiero que me vea así.
Sí, Jungkook tenía pareja desde hace unos cuantos meses, un chico bastante tranquilo, pero agradable al conocerlo mejor, llamado Min Yoongi . A Jimin realmente le agradaba el pelirrubio, pero no podía dejar de sentir eso que los mortales conocen como celos, leves pero igual de dolorosos. Jungkook no dejaba que Yoongi viera esa faceta suya, no quería desmoronar su imagen ante el chico. Lo que hacía sentir peor a Jimin.
―Déjame pasar. De lo contrario haré más alboroto ―alargó la 'o' balanceándose sobre sus pies, perdiendo el equilibrio y cayendo en los brazos del castaño.
Resignado, Jimin arrastró hacia dentro al menor, cerrando la puerta con la punta del pie. Con un poco de dificultad, por el espacio, cargó a Jungkook al estilo nupcial. El pelinegro rodeando su cuello con los brazos. El olor a alcohol empapando su olfato.
Un cálido y suave roce se posó al filo de su mandíbula.
―Jungkook, detente, por favor. ―El aludido solo negó tercamente, bajando un poco más sus labios hasta su cuello.
―Lo necesito, hyung.
―Jeon hablo en serio.
Un beso más profundo presionó por su yugular.
―Yo igual.
Sin mucho miramiento, le soltó sobre el sofá. No creía poder contenerse mucho si seguía con su perdición en brazos.
Necesitaba agua, y una ducha muy fría.
―Iré a traerte unas almohadas y cobijas pa-
―Jimin, por favor ―suplicó una vez más, aferrándose a la manga de su camisa. Su boca entreabierta, esos labios rojizos y su mirada llena de algo más que el sopor, y que Park reconoció como lujuria.
Tragó grueso.
Hubo mucho tiempo atrás en el que eran solo amigos, pero de alguna forma terminaron en aquel tipo de relación: una extraña mezcla, y que los demás clasificarían como 'amigos con derecho', ya que el chico adoraba ser acariciado por su hyung, y Jimin se había conformado con ello. Sin llegar a tener sexo como tal, solo roces subidos de tono ―el menor queriendo llegar a más. Aunque, por supuesto, cuando se dio cuenta de la relación de Jungkook con Yoongi, trató de parar. Tanto por pudor y respeto, como por los mismos celos. Pero su intento quedó en vano. Al igual que en esa ocasión, si no lograba detener a Jungkook.
―Jimin... ―repitió el pelinegro poniéndose de rodillas en el sofá, quedando a la altura de su mentón, por lo que Jimin bajó la mirada.
Jungkook aprovechó para tironear del mayor sobre él. Ahora ambos sobre el mueble, que crujió ante su peso.
―No, suéltame.
Sin ceder, Jungkook comenzó de nuevo a besar a Jimin, oliendo el delicioso perfume de su mayor. Apegándose lo más que pudo al pecho del castaño, buscó sus labios para presionarlos a los suyos, con voracidad. Mordió el labio del otro al sentir como aún se oponía, consiguiendo que abriera su boca, y con ello, dio paso a su lengua.
Jimin, con la mente revuelta, solo atinó a poner sus brazos a los lados de la cabeza del azabache, que movía ―casi frenético― sus caderas bajo las suyas, creando fricción. Una excitante, pero tortuosa.
―Jung... ―empezó a decir siendo acallado por otro feroz beso.
Sintió como las piernas del chico se enredaban alrededor de su cadera, incitándolo a más con el vaivén de su cintura.
― ¿Acaso pelearon con Yoongi? ―Logró preguntar.
Jungkook deteniéndose. Jimin, respirando agitado, supo que había acertado.
Usualmente, además de que Jungkook lo buscaba porque le encanta que lo mime, también le servía como el paño de lágrimas y consuelo, donde podía desahogar sus penas. Y era precisamente por lo que Jimin quería terminar del todo ese tipo relación.
Porque lo único que salía de todo aquello era Jungkook mintiéndole a alguien que no lo merecía, y Jimin con el corazón un poquito más roto y difícil de reparar.
―Ya veo... ―Se separó de él, levantándose.― Iré a traer lo que te dije.
Jungkook, sintiendo de repente frío al perder la calidez de Jimin, miró nada más la espalda del más mayor alejarse. Se tiró sobre el sofá, entrelazando sus manos sobre su abdomen.
De verdad deseaba al castaño. Lo necesitaba. Estaba en su límite. Ansiaba besar su pecho, mordisquearlo y dejar marcas rojizas, prueba de que estuvieron juntos, y que le pertenecía. Le encantaba, que la mañana siguiente a una noche bastante movida entre ellos, ver esas tonalidades rojizas y moradas sobre el cuerpo de su hyung, le hacía sentir poderoso ―orgulloso, se podría decir.
Puso un cojín sobre su boca, dejando salir un grito frustrado.
Él sabía que era demasiado pedir de su parte, pero no podía evadir dicho sentimiento, menos cuando se trataba de Jimin. Él lo necesitaba. Sus besos, sus abrazos, sus caricias, su todo. Todo él era su fetiche.
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Un Poco Insano [Adap] [Jikook]
FanfictionLa relación entre Jeon Jungkook y Park Jimin era lo que todos comúnmente conocen como una relación tóxica. Uno simplemente desea al otro en su cama, mientras el otro simplemente desea el amor ajeno. »Todos los derechos reservados a; Abitanxious