EPÍLOGO.

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Friedrich Nietzsche dijo una vez: “Sólo cuando construimos el futuro tenemos derecho a juzgar el pasado”.

Epílogo.

—¿Estas nerviosa? —me preguntó el hombre a mi lado que sostenía mi brazo con suavidad.

Las personas a nuestro alrededor estaban de pie, ¿por qué demonios no podían quedarse sentado y fingir que no estaban presentes? Estaba a nada de vomitar, sentía náuseas y no sabía si era por los nervios o por los síntomas de mi embarazo, pero estaba enloqueciendo y al mismo tiempo me encontraba feliz, ansiosa y emocionada por estar caminando hacia el altar donde esa persona cuya sonrisa cuadraba me enloquece de amor, me estaba esperaba.

¿Estará igual de emocionado que yo?

—¿Por qué lo estaría? —pregunté con ironía— No es como si no hubiera hecho esto antes, oh, espera, jamás he hecho esto antes.

Su risa calmo mis nervios mientras daba el primer paso hacia. —Estarás bien.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque Taehyung es tu pieza faltante —No pude esconder la confusión de sus palabras y él me miro de reojo con gracia antes de explicarme—. Si algún día pierdes una parte de tu corazón recuerda que no está mal equivocarse y enamorarse del chico equivocado, pero para volver a armarlo debes aprender de tus errores, avanzar y descubrir que si el destino cree que es bueno para ti lo pondrá nuevamente en tu camino, ya sea en la misma persona u otra —sus hombros se tensaron ligeramente mientras explicaba sus palabras, supongo que aun había cosas que él debía cambiar—. El hombre frente a nosotros fue considerado el chico equivocado porque no era el momento adecuado, pero luego volvió para entregarte esa pieza faltante y esta vez todo está a su favor.

Supongo que lo era, ya no sentía el vacío en mi pecho al ver a Taehyung o recordarlo. Finalmente, estaba bien y Jungkook lo sabía, por eso, me entrego a mi primer y único amor con una sonrisa.

Pero no podía dejarlo así.

—Espero encuentres tu pieza faltante —le susurré, pero él, con una sonrisa mucho más grande, miro hacia un lado y observo a SeoMin.

—Ya la encontré.

Supe entonces que todo estaba bien.

Finalmente, estábamos bien. 





“Cuento verdadero, cuento inventado, cuenta el tuyo que el mío se ha acabado”.

(No es un cuento, pero entiendes el concepto)

Fin.

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora