Esto Es Un Drabble. (?)

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El día que Pietro se enteró que llevaba al hijo de Stephen en su interior, miles de ideas pasaron por su mente. La primera fue de mera alegría, casi como un instinto. La segunda fue imaginarse un rostro de emoción en su pareja cuando le diese la noticia. Y a esa... Siguieron muchas no muy agradables.
Las dudas le carcomían por dentro. Aquel era un tema que nunca habían tocado, ¿Y si no quería hijos? ¿Y si no era el indicado para eso? ¿Y si algo pasaba? ¿Y si...?
Había estado a nada del ataque de pánico o cuando menos de ansiedad con ese rumbo de ideas, motivo por el que decidió quedarse la información y no compartirla a nadie más que a la chica que más estimaba (aparte de su hermana), Emily. Ni siquiera Wanda podía saber, porque seguro ella se encargaba de que el hechicero se enterara y... No. Mejor así, gracias.
Sabía que no podía ocultarlo por siempre, pero mientras pudiese lo haría. Yep.
El segundo mes, dado que ya había pasado uno para cuando se enteró, transcurrió sin demasiados eventos. Sí, a veces se despertaba con náuseas o se mareaba de la nada, pero no era tan importante como para que le arruinaría el día o algo. Si a caso recibía una mirada extrañada, que él se encargaba de eliminar con un montón de besos... O algo más.
Con el transcurso del tercer mes los problemas reales empezaron a aparecer. Con su ropa normal no era evidente, pero su traje era muy ajustado, y si miraba _esa_ zona en específico podía notar la ligera curvatura. Se encargó de que Stephen no lo viera con él puesto, no bajando la velocidad hasta que no se hubiese cambiado.
Recibía los regaños de Emily, ya no sólo por ocultarlo, si no por seguir en su lugar como Vengador. Sus preocupaciones sobre él lastimándose demostraron tener cierto fundamento cuando, a media batalla le golpearon tan fuerte la cabeza que salió despedido por los aires, chocándose contra el suelo.
Su visión se tornó borrosa por unos segundos, seguido de manchas negras y luces opacas. No se podía poner de pie, apenas pudo arrastrarse lo suficientemente lejos para no ser pisado por error.
Terminó por devolver su desayuno, sintiendo la mano suave de la chica en su espalda. Fue enviado a revisión tan pronto como la batalla terminó, mientras Emily trataba de explicar la situación.
Había sentido miedo, no podía decir que no. Por muchas que fueran sus dudas, realmente quería tener a ese bebé, y si por su estupidez lo perdía...
Afortunadamente, el único daño se lo había llevado él, y su cuerpo ya estaba casi terminando de arreglarlo. Fue enviado a casa sin oportunidad suya de replicar, mínimo hasta que el pequeño o pequeña naciera.

—No vas a creer lo que sucedió hoy. Pudiste ser viudo.—

Comenta con toda la broma del mundo nada más entrar corriendo a la habitación donde su amado se encontraba. Dejó la bolsa de hielo que le habían dado en la mesa, sintiendo que el dolor menguaba.

—Por una vez algo fue más rápido que yo... Bueno, no. Pero no me di cuenta a tiempo, y entonces ¡Bam!—

Hizo mímica con sus manos, interpretando el momento.

—Y entonces no veía nada. Gracias a Emily sigo aquí. Me llevó con el médico y dice que estoy bien. Mi mayor preocupación era el bebé pero también está sano y...—

Su mirada se dirigió a la del hombre frente a él. La expresión de Stephen era un dilema, y antes de tener la oportunidad de preguntarle recuerda lo que dijo.
_El bebé_.
Y aún tenía el traje puesto.
Maldita sea.

—Puedo explicarlo.—

Dijo poco después, con una sonrisa nerviosa.

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2018 ⏰

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