Capítulo 23

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*Mina:

-Disculpe señorita- me acerqué a una de las enfermeras que se encontraba en el centro de atención al cliente.

-Sí dígame- dejó de hacer unas cosas en el computador para poder atenderme.

-La paciente Yoo Jeongyeon no se encuentra en su habitación, ella debía de estar ahí todavía- mi voz estaba comenzando a alterarse, cosa que Chae notó y comenzó a acariciar mi espalda para que me calmara.

-Yoo Jeongyeon...- volvió a su computador y escribió el nombre de mi amiga- ella aparece en los registros, pero no dice nada que deba estar en su habitación- la chica volvió a mirarme subiendo sus lentes que se había rodado del puente de la nariz- ¿no la llamaron por algún tipo de emergencia o algo?-

-No, nos habían dicho que ella tenía que durar un tiempo aquí hospitalizada debido al daño que sufrió- esto ya me estaba empezando a impacientar bastante, el hecho de no conseguir a Jeongyeon y que me digan que en su registro ella no debería estar en su habitación me frustraba.

-Si desea la puede buscar en sala de emergencias, en rehabilitación y por último que nadie desea buscar a un familiar ahí es en Trauma Shock- ella tenia razón el último lugar donde no la quiero encontrar es en trauma shock, allí llevaban a las persona que estaban en estado terminal, personas que ya no tenían esperanzas en este mundo.

-Muchas gracias- realicé una reverencia y volví a tomar la mano de Chae para dirigirnos a sala de emergencias (historias inéditas, ah, no xd)

*Jihyo:

-Luces muy hermosa- la chica de la que siempre he estado enamorada se encontraba sentada frente a mi mientras tomábamos un café, la había invitado luego de su trabajo de medio tiempo.

-Gracias Jihyo- pasó un mechón de cabello detrás de su oreja- tu también luces linda- me miró muy tierna. 

-Gracias Chewy- guiñé un ojo.

-Me invitaste porque me querías decir algo ¿cierto?- se acomodó en la silla y luego tomó un sorbo de su café.

-Correcto- desde hace días había reunido todo el valor para poder decirle esto.

-Bien, te escucho- descansó su quijada en sus manos, se veía tan hermosa, tan tierna, tan ella *¡Maldición!*  eso me ponía aún más nerviosa.

-Bueno...- comencé a jugar con mis dedos, lo hacía cuando estaba nerviosa y Tzuyu lo había notado, tomó mis manos y las separó dejándolas descansar de nuevo en la mesa, yo le devolví una cálida sonrisa- ¿te acuerdas esa noche en que te dije que me gustas?-

-Sí, lo recuerdo- me dio más tranquilidad que al recordarlo no se haya sentido incomoda o haya hecho mala cara.

-Bien pues, hoy te diré absolutamente todo lo que siento por ti- lo dije lo más rápido posible- estos cinco años que llevamos conociéndonos han sido los más felices teniéndote como amiga, poco a poco fue creciendo otro sentimiento que no era amistad sino amor, sentirme atraída por ti con cada gesto, con cada movimiento, con cada palabra, con tan solo respirar me enamorabas más y más, hasta que no me pude ver más sumergida en tu inmensa belleza y estar sin salida en un habitación donde mi única fortaleza eres tú. Te amo Tzuyu- bajé mi cabeza esperando que me rechazara.

-Jihyo-su voz tan suave y delicada me animó a subir la cabeza- yo...

-Hola preciosa- esa voz me resultaba tan familiar pero no recordaba de donde era. Alcé mi vista y grande fue la sorpresa que me llevé al ver al patán de mi ex.

-¿Qué haces aquí?- me levanté de la silla y me paré a su frente para desafiarlo.

-Oye oye tranquila- río, pero esa risa yo la conozco, es una risa malvada, creo que no hay maldad más grande que se compare con esa- solo quería saludarte, muñeca- guiñó su ojo, me repugna tanto este tipo.

Nunca me lo imaginéWhere stories live. Discover now