Bakugou Katsuki era como la tierra sin arar. Frívolo, marchitado y sin color como los diamantes sin pulir. Era un niño bañado en la sangre impúdica que corroe a los villanos; esos que, con porte de hidalguía, caballerosos y atrevidos, osaron jugar con el destino. Estaba cubierto por la sombra de su odio o, tal vez, de su indiferencia hacia la vida. Su único objetivo era ser quién portara el manto del sueño, aquel que mostraría el buen camino al inocente sin temblar durante el proceso como un héroe con la capa corroída.
Y-.
También era valiente, heroico y, al fin y al cabo, un niño de quince años. Soñaba en bañarse en la gloria, en estar en el puesto número uno y superar a aquellos que resurgieron de la derrota. Sus pesadillas, horrorosas e inertes, calaban en su cabeza como una abeja a las flores sin polinizar. Temía, sí. Temía quedarse estancado en sus errores y no seguir avanzado, en no llevar la ventaja y, por sobre todas las cosas, temía que algún día el mundo lo olvidara, dejándolo atrás como a los héroes que pasaron a la historia sin pena ni gloria.
Pero, como había oscuridad, también existía la luz. Centellante como una estrella fugaz, con la sonrisa de fuego que rompe la materia, que prende su día y que queman la carne y le calcina el corazón. Su luz tenía el cabello de acuarelas sabor a chocolate, los ojos almendrados y las mejillas echas de algodón de fresa. Usaba faldas otoñales, moños de color bermejo e idolatraba a la Mujer Maravilla.
Su luz tenía nombre y ese era Ochako Uraraka.
Ochako era como las brisas que corroen su cuerpo en la primavera. Dulce, amable y humilde como ninguna otra. Amaba las cosas tiernas, tenía libretas llenas de pegatinas y su bolso estaba adornado con un colgante de oso. Pero por sobre todas las cosas, Ochako era valiente y tenaz como la llama que aviva su corazón. Era lo suficientemente fuerte como para golpear a Katsuki sin temblar. Sus huesos estaban adornados por rocas negras, por rubíes y por polvo estelar que lo motivaban a seguir, a luchar y a pelear por lo que era correcto.
Por ello, Bakugou quería a Ochako. La quería como una madre a su hijo, como un hermano a su hermana y como un hombre a su amante. Y no importaba que ella corriera tras el niño prodigio con pecas surcándole en las mejillas, pues Katsuki no se rendiría y la alcanzaría hasta estar a su lado.
Entonces.
Katsuki es un niño enamorado con furor en los ojos, de sonrisa macabra y con fuego en el corazón.
El sería el mejor héroe y les demostraría a todos ( -en especial a esa niña con la cara de ángel) que él podía ser una persona con fulgor espiritual como si el fénix naciera de sus pies. Con álgida experiencia, domador de hombres y glorioso guerrero, Katsuki Bakugou conquistaría el corazón de los héroes y de Ochako.
| Justo 500 palabras juju. :b
-Spxiler

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Héroe
Fanfictiono1. - "Su luz tenía nombre y ese era Ochako Uraraka" [ Drabble Kacchako ]