El matrimonio no es más que una sentencia de muerte.

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Los personajes no me perteneces, si no a Gorila senpai, Hideaki sorachi,tampoco la imagen de portada, esa pertenece a su respectivo dueño , lo único que me pertenece es la historia.

Aclaraciones:

Semi Au

Este fic participa en la semana Okikagu del grupo de fb "Amamos el OkiKagu / we love Okikagu" Día 2: boda.

Advertencia : malas palabras, insinuaciones sexuales.

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El matrimonio no es más que una sentencia de muerte.

"El matrimonio es como una sentencia de muerte, mientras más te comprometes más cerca de la muerte estás. "

Debía haber un error, si eso debía ser, ella no podía haber accedido aquello, ni en sus más locos sueños.

Ella no podía estar haciendo eso con él.

Se suponía que se odiaban, no perdían oportunidad alguna de golpearse, ella odiaba al capitán de la primera división, Sougo Okita ,el maldito sádico, y este a ella, eran como el agua y el aceite, Kagura solía decirle que era un maldito bastardo sádico y él no la bajaba de guarra.

Entonces ¿cómo es que terminaron así? Kagura con un vestido más blanco que la leche y Sougo con un traje negro y su sentencia de muerte.

Esto no debía ser posible.

Debía ser un error. De todos los escenarios jamás imaginó que terminaría así. Mucho menos que su situación de odio terminará de aquella manera.

— ¿Pero qué mierda está pasando, aru?— grito la chica sin poder creerlo.

Okita no le respondió, parecía hablar con aquel verdugo que estaba sellando esa maldita hoja, donde afirmaba que eran marido y mujer.

Kagura debía hacer algo rápido antes de que todo fuera legal, no entendía cómo había accedido a casarse, si lo único que deseaba era apretar su garganta hasta que no pudiera más; así que la pequeña Yato se levantó directo a golpear a ese sádico bastardo.

Sin embargo no esperaba que su "esposo" le regalará una mirada, una que hizo por un momento dudar a Kagura, no obstante el muy maldito comenzó a sonreír de forma ladina, una sensación extraña la invadió, no sabía si tenía miedo o tenía ganas de vomitar. Así que hizo lo segundo, vomito a un costado.

—Uh, tranquila china, necesito que esté bien para nuestra noche de bodas, te aseguró que será una noche llena de placer — su sonrisa se extendió por todo su rostro, sus ojos color sangre brillaron, como si se tratara de la misma muerte que la acechaba.

—¡Felicidades! –Gintoki la abrazo mientras le regalaba una mirada de lástima, a su lado se encontraba el otaku cuatro ojos, Shinpachi, quien no dejaba de llorar como magdalena.

—No puedo creerlo—lloraba el cuatro ojos— se suponía que tú nunca te casarías, al final te adoptaría como mi hija.

—Tendrás que cuidarla cabrón...— Amenazó Gintoki a cierto chico de cabellos castaños. Okita simplemente se encogió de hombros, como si fuera un angelito.

—Tranquilo jefe, la azotare todas las noches. –a decir aquello, Sougo sacó un látigo negro, Kagura simplemente abrió la boca dispuesta a replicar.

— ¡Mira cabrón!—el líder de los Yorozuya lo tomó de cuello, Kagura sonrió encantada que su "Papi adoptivo" golpeará a ese maldito bastardo.

El matrimonio no es más que una sentencia de muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora