W Magazine

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Westminster, Londres Inglaterra, las calles repletas de gente que sólo piensan hacia donde van sin contemplar el hermoso atardecer de Londres, las nubes toman un color rojizo y la luz del sol desciende con cada segundo.

Rachel Evans era una de las tantas chicas que estaban esa tarde en Regent Street comprando como si el mañana no existiera. Salió con tantas bolsas en las manos que tuvo que llamar a un transporte para que le ayudara con todo, mientras subía todas sus compras intercambiaba mensajes con su amiga Alison.

Al subir al auto la chica notó que el hombre que conducía no llevaba ninguna identificación como para saber su nombre o si tenía idea hacia donde iban, Rachel empezó a temer lo peor así que intentó bajarse del auto pero este se cerró por completo y el hombre aceleró el carro.

La chica no decía ninguna palabra sólo mensajeaba a su amiga para que llamara a la Policía, para su mala suerte el conductor notó lo que hacía por lo que tomó su teléfono y lo lanzó por la ventana haciendo que Rachel se preocupara aún más

-Hey -dijo la chica tratando de parecer calmada- sabes si quieres mis cosas quedatelas pero por favor no me hagas daño

- No hables niña me sirve más tu vida que tus cosas -sonrió con su asquerosa dentadura amarilla- si te llevo por unos días tendré una cantidad razonable de dinero para tu rescate en cambio si vendo toda la porquería que compraste no sacaré más de 59 libras

Rachel prefirió cerrar la boca y tratar de mirar por donde iba,rápidamente reconoció un edificio, W Magazine, la famosa revista de moda en la que trabajaba su padre hace unos años, pudo notar que habían personas hablando afuera del lugar y un grupo más grande que venía desde adentro, de seguro ellos la ayudarían si grita. No lo pensó más y decidió actuar, abrió la puerta como pudo y empezó a gritar hacia el grupo de personas tratando de no caer del vehículo.

-Ayuda por favor -gritaba lo más fuerte que podía y peleaba con el conductor para que no la tirara del carro- necesito ayuda por favor

Rachel no duró más de 10 segundos pidiendo auxilio cuando el conductor la empujó del carro y aceleró llevándose todas sus cosas mientras ella quedaba tirada en plena avenida aturdida y asustada. Intentó levantarse como pudo y cuando lo logró un auto color rojo venía a toda velocidad y sin intenciones de frenar, su cuerpo no respondía por lo que sólo pudo cerrar los ojos y esperar el impacto. Cuando esperaba lo peor sintió que algo la sacaba del camino y la abrazaba con fuerza en la acera.

-Demonios ¿estas bien?

-¿Quien eres? -Rachel abrió los ojos asustada viendo a la persona que la había sacado del camino - gracias -fue lo último que pudo decir antes de desmayarse en sus brazos-

El hombre la había salvado de una muerte segura y estaba decidido a cuidarla hasta despertar. Dejó todo lo que tenía que hacer y se tomó la tarde para llevarla a un hospital.

- Lo siento mañana a primera hora estoy aquí y seguimos no puedo dejarla a su suerte -tomó a la chica y la subió a su auto que no estaba muy lejos y la llegó directamente a un hospital-

Pasaban las horas y Rachel aún no despertaba, Tom no podía dejarla ahí hasta que despertara alguien debía explicarle todo lo que pasó y porque terminó en el hospital cuando no tenía planeado estar ahí.

-¿Familiares de Rachel Evans?

-Lo siento no soy familia pero la traje aquí sufrió un accidente justo frente a mí- el chico se acerca nervioso donde se encuentra el doctor-

-Entiendo ella acaba de despertar ¿Quiere pasar a verla?

-Por supuesto -Tom camino detrás del doctor hacia la habitación donde se encontraba Rachel-

Tú eres Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora