-¿Por qué tengo que acompañarte yo? -le pregunto intentando no ser demasiado directa.
-No lo sé ni yo -responde Kagami.
Ya ha pasado una semana entera desde que volví a Tokio para seguir con las prácticas y las clases, y desde que Kagami ha vuelto de Estados Unidos por propia elección. He decidido como una persona madura a no meterme en la vida de los demás; incluso la de un amigo y compañero de clases. Si él ha necesitado por alguna razón a Estados Unidos, es que lo necesitaba por que sí y porque podía permitírselo aún estando en una institución con clases continuas.
Caminamos por la calle en pleno comienzo de otoño, vistiendo un abrigo por encima de las ropas necesarias para lo que vamos a hacer. Yo, claramente, una ropa informal y cómoda; mientras que él lleva el uniforme de Seirin -el chandal largo del equipo para el exterior- por debajo. A parte, lleva una pequeña bolsa de entrenamientos colgando del brazo. De repente. Kagami acelera el paso y me veo obligada a hacer lo mismo para no perderlo de vista. El frío congela mis mejillas coloreando éstas de un rosa pálido, seguramente.
–Riko ha dicho por donde se han ido Kuroko y Furihata, pero yo no los veo –digo–. ¿No te parece irónico?
–Más bien curioso –replica él–. ¿Tú no eras tímida y callada?
Arrugo la nariz en una mueca.
–Intento no hacerlo con las personas en las que confío –acelero más el paso. ¿Cuánto puede acelerar estando él solo?–. Tú me caes bien, Kagami-kun.
Noto que un sonrojo aparece por sus mejillas, pero lo hace disimular subiéndose una mano al rostro para evitar que sea visible. Esbozo una sonrisa que no evitó ocultar. Después de todo, no debo porque sonrojarme teniendo a un amigo y compañero delante. Confío en él lo mismo que él confiaba en mi cuando vino con todo el equipo de Seirin a la biblioteca a buscarme por recomendación de Teppei, la persona que me empujó a seguir mi motivación. Es gracioso, ya que empecé mis estudios de enfermería a principios de curso, y ellos me vinieron a buscar por la mitad de éste; y actualmente continuo mis estudios por ambas partes –habilidades y necesidad por trabajo– durante el torneo y mi etapa estudiantil. Parecía como si Teppei hubiese leído el futuro y hubiera contactado con Riko para que ellos me vinieron a buscar en el momento después de que él pusiera su ojo sobre mi.
Llevo toda la vida esperando una oportunidad en la sociedad que me haga, no sé, ser feliz con lo que hago. Estudiar enfermería lo consigue porque de esa forma puedo estar con conocidos que, con el paso del tiempo, se han convertido en mis amigos. También es una buena forma de olvidar mis problemas. Sí, incluso yo tengo problemas más graves que tener un novio fuera de control, familia con problemas de comunicación y un «compañero de equipo» con una actitud algo destacable entre los demás.
Estudio las piedras del suelo una vez los pasos de Kagami frenan al haberse adelantado unos centímetros. Cada poro de mi piel se abre cuando levanto a cabeza encontrando frente a nosotros a toda la Generación de los Milagros vistiendo los chándales largos de su equipo, Kuroko y Furihata delante de ellos. De repente me siento fuera de lugar. ¿Riko sabía de esto? ¿Nos han mandado porque sabe que Kagami sabe sacar las cosas fuera de lugar con sólo unas pocas palabras? Murasakibara está a mi izquierda comiéndose una bolsa de patatas mientras se pelea con un chico de pelo verde –Midorima Shintaro, supongo– porque no quiere prestarle unas tijeras. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir sin creerme en que lío nos hemos metido. Son compañeros desde hace dos años, pero el ambiente es tenso a pesar de que se comuniquen como amigos de toda la vida... Miro a Furihata. Él también lo ha notado, de ahí su rostro contrariado y que haya retrocedido unos pasos tras Kuroko. Éste mantiene una conversación silenciosa con el que creo que es el capitán de la Generación de los Milagros: Akashi Seijiro.
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BEFORE the FALLEN -[Murasakibara Atsushi] [Kuroko No Basuke]
FanficDesde hace meses, Eden Fujimoto y Atsushi Murasakibara son pareja. Las dudas sobre su relación se cierne sobre ella cuando uno de sus compañeros le cuenta los cambios de humor de su pareja en el campo; por si fuera poco, los miembros de la Generació...