Capítulo 3

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Mimi

- ¡Hola! -dije mientras mi mejor amiga me daba un abrazo rápido.

- Buah, Mimi, dime que no es cierto que casi atropellas a Ana Guerra. ¿Es cierto? -preguntó Amaia mientras caminábamos hacia clase de historia.

- Ha sido culpa suya.

- Pero se ha puesto en medio de la calle así sin más, ¿o cómo? Mimi, que quiero tu versión de los hechos, de verdad no quiero pensar que lo has hecho adrede para darle un susto, ¿eh?

- Amaia ya, cálmate, que no soy una asesina. Ya te he dicho que ha sido culpa suya. Se ha atravesado, sin más, pero no ha pasado nada grave -respondí mientras entrábamos y nos colocábamos en última fila, donde estaban nuestros pupitres.

- Vale, vale, te creo. -dijo zanjando el tema- Oye, ¿qué has puesto en la pregunta tres que han mandado de tarea?

- Toma, copia -le dije pasándole mi cuaderno.

- Jo, Mimi, muchísimas gracias, de verdad, no sé que haría sin tí -dijo sonriendo y empezando a copiar lo más rápido posible.

Sonó el timbre y vi cómo Amaia aumentó la velocidad para copiar las últimas frases de mi respuesta. Entró la profesora por la puerta y ella me devolvió mi libreta.

- Gracias, gracias -me dijo y yo le devolví una sonrisa.

Amaia era una de las pocas personas a las que soportaba en este instituto. Mi mejor amiga. Era una chica mona, un poco más baja que yo, cabello largo y un poco ondulado en las puntas. Nos conocimos los primeros días de colegio porque yo estaba comiendo sola en el patio y ella se me acercó a preguntarme si quería almorzar con ella.

Lo que más gustaba y destacaba de Amaia era esa personalidad tan peculiar que tenía. Era una persona única. Ayudaba a todo el mundo sin esperar nada a cambio, era graciosísima, muy madura cuando debía serlo y muy infantil el resto del tiempo, y no le importaban las clases sociales y todas esas mierdas que tanto importan en el instituto.

Bueno, y además me aguantaba, que no era poca cosa.

- Si le pones un sombrero quedará más gracioso -dije en voz baja para no llamar la atención de la profesora.

- Ea, qué guapo queda. Ahora hay que ponerle un nombre. ¿Se te ocurre alguno?

- No sé...-dije y miré el libro de historia- ¿Napoleón?

- Buah, me gusta, eh. Es original -dijo riendo bajito- ¿Y tú que has dibujado? -le enseñé mi cuaderno y enseguida abrió los ojos y la boca en un gesto de sorpresa- ¡Ala! Pero si somos unas artistas. Me gusta este -dijo señalando un oso que tenía un cartel de "ME ABURRO".

- ¡A ver! Romero, qué conversadora está hoy. ¿Le gustaría platicarnos sobre su respuesta a la pregunta número tres? -enseguida miré a Amaia y vi como se quedaba tiesa en su sitio mirando a la profesora con los ojos bien grandes y cara de niño al que le están por echar la bronca.

- Jo, lo siento muchísimo. Pero que estaba prestando atención, se lo prometo.

- ¿Va a leer su respuesta o no? -dijo la profesora cortando las discupas de mi amiga.

Amaia asintió y leyó en voz alta la tarea, la profesora la felicitó porque la respuesta había sido muy buena.

Es que soy lista.

- Bueno, como esta pregunta puede generar diversidad de apreciaciones, escuchemos alguna otra opinión -dijo la profesora haciendo un paneo general de la clase y finalmente centrando sus ojos en mí- ¿Doblas?

Cuestión de Tiempo (Warmi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora