inicia - 2

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omnisciente 

-que conmovedor. Sin duda fueron corriendo a tu rescate en medio de la guerra. Sin importarles los demás-

Estaba seguro que tenía clavos en el estómago, con las ganas de vomitarlo en el suelo. Las palmas temblantes ante las palabras de la cruel bruja, que como si fuera hablando del clima, se pasaba remelosa alrededor del joven alfa.

-Tu...¿Tú los mataste?- La voz se salió entrecortada sin evitarlo. Cual cebollas enfrente de sus ojos, arden vidriosos.

-Si. Fue tan gratificante. Solo pintarme de gris y ya me parecía a ti. El primero en morir fue tu querido padre- otro cuchillazo le dio al alfa en todo el pecho, cayendo al suelo, con el acónito en el aire quemando su piel, abriéndose junto con la sangre.

-no...-

-tu querido padre era un asesino. Mando a masacras a todas las brujas que quedaban. ¿Y que hicimos nosotros para ganarnos eso?, ¡nada!- esta vez enterró el filo en la costilla, pateándolo al piso.

Peter tocio sangre en el suelo.

-disfrute tanto la venganza. Les di la oportunidad a tus estúpidos padres que se rindieran. ¡Pero no!, ¡ellos no negociaban con brujas!- otra patada en su esternón.

El adolescente se trató de levantar pero los codos temblaron, cediendo por el esfuerzo, cayendo al suelo nuevamente.

-en cambio tu madre fue diferente. ¿Sabías que si ella estaba dispuesta? Rogándome que no te matara...-otra patada fue directo a su mejilla, haciéndolo rodar por toda la tierra.

Stiles comenzó a lanzar ladridos y gimoteos. Con las patas indecisas si salir del hueco o no.

Peter suplico a la luna que por ningún motivo Stiles se hiciera el valiente.

-me revelo la ubicación los aposentos de Irina, fuera del territorio en el norte. ¿Y sabes dónde estaban? Debajo de tu cabaña de libertinajes. ¿Y sabes que más encontré?- la navaja esta vez fue acariciando a lo largo de su espalda desnuda, desde los abultados músculos de sus hombros, bajando por toda su columna vertebral hasta los glúteos desnudos.

Iris se mordió el labio morbosa.

-me encontré a ti, anudado a una puta omega. Mientras tu manada estaba sufriendo, y tus padres desangrándose-

Peter tenia contado con los dedos, las escazas ocasiones en que sintió la sensación húmeda en sus mejillas. Cual niño, llorando herido, tendido en el suelo sin fuerzas.

Aun recordaba la noche. Tenía ganas de coger algún omega para satisfacer sus deseos carnales pasando toda una noche de pasión, sin escuchar a sus padres que se quedara dentro del territorio, que había peligro de algún ataque. Él como el joven caluriendo que era, no los escucho, cogiendo como cerdo, mientras sus padres negociaban salvar su vida.

Al volver a la manada, y ver semejante desastre, se sintió culpable. La muerte de sus padres lo había puesto en una depresión, pero no pudo darse el lujo de pasar luto. Las miradas de todos apenas piso el centro del territorio, le dio ganas de vomitar. Talía no estaba, y él tenía un deber que cumplir.

Conocer esa versión de la historia fue echarle acido a la herida. Pensaba que sus padres siempre habían querido y preferido más a Talía que a él. Siempre diciendo que sería la mejor heredera del territorio con su luna. Y las palabras de decepción que le tenían a él. No se le paso nunca, que esa noche, estarían buscándolo sin importarle nadie, para salvar su vida.

-incluso me das lastima. No mereces esos ojos, ni ser un líder, sin vergüenza.- esta vez la bruja saco de sus mangas una bolsita de tela. Saco un puñado y se agacho enfrente del alfa que se le salían las lágrimas, mirando la copa de los arboles dolido. Con la sangre aun recorriendo sus heridas abiertas, y el acónito en el aire matándolo.

por un raro eclipse (Steter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora