Al día siguiente de que mi corazón casi reventó porque Gabriel me dijo "preciosa" con sus labios pegados a mis pestañas tuvimos la reunión con Hermenegildo Benincasa, era un tipo afable, con cara de mafioso pero debo admitir que tenía manos de enano** porque las joyas que el mismo hacía eran exquisitas, elegantes y dignas de la realeza, por eso era el César de la moda, ya que, así como los Césares, imprimía la opulencia y ardor de Roma a cada país que obtuviera sus joyas.
La junta la llevó Gabriel, ya que si bien, yo soy políglota, no sé Italiano. Hermenegildo es muy amable, pero cuando algo no le gustaba o convenía, simplemente negaba con la cabeza y decía "finito", por esta razón decían que hacer tratos con el, que le interesaran, era muy difícil. Sin embargo la propuesta de Gabriel pareció interesarle, ya que, siendo que Hermenegildo solo hacia joyería digna de la realeza o para gente muy rica, Gabriel tenía una propuesta más fresca y juvenil, fina y elegante, pero a la vez con vanguardia, tenía anillos con huellas de gato, aretes con motas de mariquita, relojes con cubierta que imitaban el caparazón de la tortuga, collares con cola de zorro, entre otras piezas. Hermenegildo quedó en realizar los trabajos muestra y, si eran exitosos, se reproducirian en masa para todo el mundo.
Después de la reunión, decidimos rentar un par de bicicletas para pasear por el paisaje florentino, y posteriormente iríamos a cenar, antes de partir hacia Venecia al día siguiente, de modo que volveríamos a dormir en Fragolina...
Oh no, esa habitación otra vez no...
Primero dimos una vuelta por el pueblo, y pasamos a cenar pasta hecha de forma artesanal, era definitivamente otra cosa comer lasagna en Italia. La acompañamos de vino rosado del Zinfandell, y regresamos las bicicletas a donde las rentamos, para posteriormente regresar al hotel a pie. Estaba apenas oscureciendo cuando llegamos.
Subimos a nuestra habitación, y dijo que se daría una ducha para dormir, de modo que asentí y me tumbe en la cama cuan larga soy.
Sin embargo no pude evitar echarle una ojeada a Gabriel mientras se bañaba. Lo que vi era para inmortalizar en óleo o en una escultura, una espalda atlética, ancha, que caía en una cintura breve, sus glúteos firmes, se notaba que se ejercitaba, al darse la vuelta y cerrar sus ojos grises mientras se lavaba el pelo, vi un torso perfectamente trabajado, un sexo la verdad bastante grande y los brazos fuertes y musculosos.
Si antes te deseaba a rabiar, ahora no te sacaré de mi cabeza Gabriel...
Escuché que salió y me dijo:
- ¿No quieres darte un duchazo, francesita? ¿O como todas las francesas, no vas a lavarte?
- No seas idiota Agreste, si me baño diario, y eso de las francesas es un mito.
- Vale vale, está deliciosa el agua.
Me metí, más que nada para refrescar mi cuerpo del ardor de que había sido presa hace unos instantes. Me quite mi precioso y floral vestido, mis zapatos, la lencería y me metí al agua, cerrando los ojos y, así, acallando mi mente.
POV Gabriel
Me vestí rápidamente, y decidí echarle un ojo a Nathalie, se notaba a leguas que tenía un tipo estupendo y un cuerpo esculpido por angeles, pero quería corroborar. Lo que vi me perseguirá de por vida.
Era alta, su estrecha espalda se abría en una cadera amplia, los brazos largos y cremosos, un trasero alto y firme, se notaba que la chica había sido nadadora o muy deportista, pues ese cuerpo estaba trabajado, la cintura era estrecha, calculo que tenía unos 58 centímetros. Al girar me sorprendí aún más, unos senos grandes, altos y con unos rosados pezones, su vientre fino y plano, su sexo fino y depilado, sin mencionar que se veía jodidamente sexy con ese cuerpo mojado, el cabello azabache lleno de espuma y sus rojos y gruesos labios entre abiertos. Me fui a la cama y cerré los ojos, la chica me gustaba, pero después de ver aquéllo, ya era mero deseo lo que ella me provocaba. En lo que yo pensaba ella salió ya empijamada y cubierta con una bata negra encima de su pijama de short de bananas.
POV Nathalie.
Vi a Gabriel mirarme muy extraño mientras me comentaba de la ida a Venecia al día siguiente, sin embargo yo, era sabedora de que yo también le veía así, aunque yo suelo ser excelente para ocultar ciertas cosas.
Nos dormimos y al día siguiente partimos hacia Venecia, llegando allá almorzamos una pizza Margherita, con sodas Sanpellegrino, de postre pedimos un enorme pastel de chocolate con salsa de frambuesa para los dos, y café expreso, al terminar de comer quisimos dar un paseo en góndola.
Ay no, Venecia es la cuna de los enamorados, esto no me puede pasar a mí...
Nos subimos a la góndola y empezaron a pasear la por la hermosa Venecia, en cierta altura del paseo, me tomo por los hombros y me dijo:
- Eres la única mujer con quién podría compartir un momento así...
Sé que me derreti, porque sentí mis mejillas arder, le sonreí, y me respondió con un beso breve en los labios, haciéndome con ello sonreír ampliamente. No solo era odioso todo el tiempo, pero el que pudiera ser así de lindo y gentil, me preocupaba un poco. Me estaba enamorando cada vez más, y, de seguir así, me temo, llegara el punto en que no pueda ocultarlo más...
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De assistant à épouse d'un millionnaire
РазноеSpin-off de La muñeca de Gabriel. La vida de Nathalie Sancoeur desde sus primeros años hasta que conoció a Gabriel Agreste. Ya sabemos su vida de casada y pocas cosas de su infancia por lo que ella ha mencionado, pero ahora iremos más allá de la vid...