"Provocando al enemigo"-

Celos al descubierto

Se acercó a pedir algo mientras le sonreía a Blas. Sentí un calor en todo mi cuerpo que no entendí que era. Apreté mi puño con fuerza cuando vi que se tocaron las manos por encima de la barra y Blas me miraba de reojo como para ¿darme celos?. Ambos sonreían. Mire a Simona para pensar en otra cosa.
<Que te pasa Junior? Tanto te molesta que lo miren?>
Volví a mi lugar cuando Simona chasqueo los dedos.
- eu que te pasa? Estas re en otra vos hoy eh, que día para los Guerrico.-
- Nada no me pasa nada.- conteste de mala gana
- y encima malhumorado, pucha que hay que aguantarlos a ustedes.-
Me distrajeron unos pasos que se acercaban a nosotros.
- Acá esta lo que me pidieron.- habló Blas mientras ponía las cosas sobre la mesa.- Algo mas quieren?- dijo feliz.
Mi cara se transformo. Lo miré. Me miró.
- Nada, andate ya estamos bien.- contesté sin disimular mi enojo
- Bueno per...-
- te podes ir? Gracias.- agregué interrumpiéndolo. Agarro la bandeja y volvió a la barra. Simona me miró raro.
- Bueno no era para que lo trates así tampoco.-
- y bueno se lo merecerá.- respondí
Estaba celoso y se me había soltado la cadena. Sabía que era por eso y como siempre disimular me sale mal. Tome un sorbo del jugo y comí una tostada.
- Voy al baño.- dije levantándome rápidamente
Cerré la puerta con fuerza detrás de mi. Me lave las manos y las seque, para luego pasar lo que quedaba de mojado por mi cara. Frote mis ojos.
<Calmate, respira> pensé.
Parece que Blas me había visto porque lo siguiente que vi fue a el abriendo la puerta.
- Todo bien?- me preguntó haciéndose el desentendido
- Que queres?-
- porque me tratas mal? Te hice algo?- preguntó mientras lavaba sus manos
- Nada, te digo una cosita nada mas.- dije dándome vuelta para quedar frente a frente.- este es el bar de mi hermano sabes, a el no le gustaría que los empleados se distraigan mucho con los clientes, no da viste.-
Blas sonrió pícaramente.
- estas celoso por lo qué pasó en la barra o me parece a mi?- acortó la distancia entre nosotros.
- Que mierda decís men? Ademas no vi nada no ando persiguiéndote .- respondí nervioso. Me miro fijo. Se había dando cuenta que mentía.
- estas seguro?.- me subió un poco la remera para acariciarme la cintura.- yo vi que miraste...y mucho no te gusto.- dijo triunfante
Me saco de las casillas. Tanto que cuando estaba por abrir la puerta, me arrepentí y la cerré bruscamente de nuevo. Lo agarre por las muñecas y lo acorrale entre mi cuerpo y el lavamos. Lo mire fulminando mi mirada con la suya.
- porque no me admitis que te encanto y dejas de darle vueltas al asuntito?- dije firme. No creí que esas palabras iban a salir de mi boca pero salieron.
Me agarró por la nuca y me besó sin decirme nada. Sus besos eran desesperados. Abría y cerraba la boca con un ritmo parejo. Yo repetía su acción. Nos besamos como si no nos hubiésemos visto por mucho tiempo.
De un movimiento abrí sus piernas y lo subí al lavamanos. Me acariciaba el pelo casi tan desesperadamente como sus besos.
Se separó de mi por falta de aire y me miro a los ojos.
-Creo que ya te respondí.- dijo bajándose para abrir la puerta e irse dejándome así, queriendo más. Respiré.
Todo lo suyo, cada beso, cada centímetro de su cuerpo gritaban provocación.
¿Quería jugar? Bien, iba a tener su juego.