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Marion dormía como un bebé, se había recostado en la banqueta, utilizando las piernas de Alessio como almohada, mientras respiraba apaciblemente. Tenía un abrigo encima que creyó haber visto en otro lado, pero no estaba seguro.

Soltando un suspiro avanzó hasta él y trató de despertarle, pero el chico era un peso muerto en esos momentos.

—No te molestes —comentó Alessio—. Ya lo intenté todo, pero está bien muerto, no mentía cuando dijo que era malo bebiendo —explicó, riéndose al tiempo que levantaba una botella en su mano izquierda.

El comentario hizo enfurecer a Giordano, pero no dijo nada, en su lugar se recriminó por no haberse apresurado a salir y por haberle pedido que se fuera.

"Estúpido" se dijo a sí mismo "Eres un estúpido"

Tomando una larga respiración se apresuró a levantar a Marion en brazos para llevarlo a la cabaña. Un año atrás él había intentado hacerlo cuando estaban en la escuela y había tenido que llevarlo en la espalda porque pesaba, al parecer, el tiempo en el gimnasio había hecho efecto porque en ese momento no había tenido demasiados problemas para llevarlo cómo a una princesa.

Marion lo iba a matar si se enteraba.

—¿No quieres que te llevemos en la camioneta? —preguntó Marcello, quien estaba saliendo en ese justo momento del salón—. Si tienes que caminar así hasta tu cabaña vas a terminar quebrando tu espalda —había un cierto tono de humor en su voz, pero Giordano casi pudo palpar una pizca de preocupación que se coló en su tono.

—Está bien, no está muy lejos —respondió, declinando la invitación y comenzando a caminar lejos del salón, era cierto que no estaba muy lejos, pero había preferido mantener su distancia con el asistente de Marcello antes de que sus instintos le convencieran de retorcerle el cuello al tipo.

Detestaba la idea de que hubiese convencido a Marion de hacer algo que normalmente no haría ni en sueños, parecía que le había cogido confianza de inmediato y eso ponía muy celoso al tiempo que lo preocupaba de muerte. 

—¿Y si te hubiera hecho algo? —preguntó, aunque estaba seguro de que el chico no le estaba escuchando.

Era horrible sentir celos en una situación como esa, él era, por lo general, un chico confiando de sí mismo y le parecía patética la manera en que se estaba comportando cuando su preocupación principal debería ser otra. Era irracional, se estaba sintiendo como un patán y sabía que Marion no se lo merecía así que estaba tratando muy duro de frenarse, pero eso sólo conseguía que comenzara a acumular tensión.

Soltando un suspiró divisó la cabaña en la que se estaba quedando y tuvo que realizar malabares para abrir la puerta, entrar en el lugar y acomodar a Marion en la cama.

Parecía que la suerte estaba de su lado, porque en ese justo momento sus padres aparecieron por ahí con cena, así que cuando Maximilian preguntó por su hijo él pudo decir que ya estaba durmiendo, cosa que el hombre insistió que comprobar por si mismo. Una vez más la fortuna le sonrió cuando el hombre solo echó un vistazo desde la puerta, de no ser por eso, quizás hubiera captado el ligero olor a alcohol que salía del muchacho y entonces ya no habría maestro de ceremonia para el día siguiente.

El camino de Giordano (LCDVR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora