Fragmentos de memoria - Cap 4.

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Dante.

Después de que la fiesta terminara, Nero se fue un poco desanimado ¿Qué debía hacer?

Ya sabes lo que debes hacer.

Pensé soltando una sonrisa.
Iba a darle una gran sorpresa a mi pequeño angelito platinado.
Pasaron unos minutos, ya estaba listo.
-Bien-dije aclarando la garganta.
Estaba ante el cuarto de Nero, tomé el picaporte y empujé hacia el otro lado.
-¡Jo Jo Jo!-dije con un tono de agudo-Feliz navidad.
Nero se sobresalto y observó confundido el momento.
-Pero que demonios-dijo abriendo los ojos de par en par.
-Santa claus a pasado por aquí y te ha dejado un regalo-dije divertido mientras cerraba la puerta detrás de mi.
Estaba envuelto en cinta de regalo y en mi cabeza llevaba adornado un moño rojo y no, no llevaba ropa, sólo boxer.
Una almohada voló por mi cabeza.
-¡Sal de mi cuarto maldito pervertido!-ladró.
-¡Hey! ¿Así tratas a tu regalo?
Otra almohada voló por encima de mi cabeza.
-¡Lárgate!
Me abalancé sobre él tomando sus muñecas las cuales puse a sus lados.
-Suéltame maldito pervertido-gruñó forcejeando.
-Forcejea todo lo que desees, no te dejaré ir-dije sonriendo.
Forcejeo y forcejeo hasta que se rindió. Un punto para mi.
-¿Ya te has calmado postrecito?-pregunté divertido.
Me dio una mirada llena de odio, sólo reí hacia ello y me acerqué a su rostro.
-¿Q-Qué crees que estás haciendo?
Lo estaba intimidando y eso me gustaba.
-¿Qué? ¿Acaso no puedo acercarme a mi novio?-ronronee.
Tragó fuerte y dijo.
-Y-Yo no soy tu novio.
Solté una ladeada sonrisa.
-Si, si lo eres-asentí con suavidad mientras me acercaba esta vez a sus labios.
Su rostro se tiño de carmín en cuanto rocé mi labios con los suyos.
-Hey ¿Sabes que le he pedido a santa claus?-dije.
-Q-Que.
-A ti-ronronee.
Se tenso bajo mi cuerpo y comenzó a forcejear nuevamente.
-Eres un viejo pervertido ¡Suéltame!
Apreté aún más sus muñecas y dirigí mis labios por la piel de su cuello. Deseaba sentir su sabor una vez más. Su aroma era embriagador me hacía salir de mis casillas.
-Nero-susurré presionando mis caderas contra las suyas.
Oí un leve gemido suyo en cuanto mordí una débil zona de su cuello.
-Música para mis oídos-dije divertido.
Tenía los ojos cerrados y las mejillas rojas. Su respirar estaba inestable.
-Nero-nombre nuevamente.
Frunció los labios al oírme. No pude resistirme y le devoré la boca introduciendo mi lengua en su cavidad sin permiso alguno. Jadeó en mi boca, su cuerpo se movía bajo el mio con lentitud y deseo. No podía detenerme aunque quisiera no podía.
Lentamente fui soltando sus muñecas y descendí las manos hasta atraparlas en su cintura.
-Nero-susurré.
Amaba decir su nombre.
Sus manos transformadas en puños se depositaron sobre mis hombros.
-Nero-volví a nombrar-Di mi nombre.
Abrió apenas los ojos y me observó estaba perdido.
-Di mi nombre por favor-pedí.
Volvió a cerrar los ojos y apenas abrió los labios.
-D-Dante.
El corazón comenzó a latirme con ferocidad. El oírlo nombrarme de esa manera me volvía loco.
Tomé su playera y se la quite.
-D-Dante-me llamó.
-Tranquilo-dije mientras depositaba besos en su cuello y descendía.
-N-No, espera es que.... ¡Agh!.
Mordisquee su tetilla y comencé a juguetear con ella por algunos segundos. Aveces podía oír que le robaba algunos bajos gemidos y que poco a poco su cuerpo se tensaba. Descendí por su pecho dejando un rastro de besos y mordidas hasta llegar a su abdomen.
-D-Dante, d-detente-musitó.
Depositaba besos allí y comencé a desprender su pantalón. El primer botón, el segundo y el tercero hasta....
-Por favor... Dante-sollozó.
Alcé el rostro y abrí los ojos de par en par al ver que soltaba lágrimas.
-Nero-nombré acercándome a su rostro-¿Qué sucede?-pregunté llevando una mano a sus cabellos.
-N-No puedo hacerlo-negó desviando el rostro a un lado.
Un click hizo en mi cabeza. Había olvidado por completo que había perdido la memoria, apenas llevaba tiempo conociéndome y yo aquí tratando de... ¡Qué idiota que soy!
-Lo siento Nero-dije apenado.
Sólo asintió sin verme.
-¿Puedes.... dejarme sólo?
-Nero.
-Por favor-pidió por lo bajo.

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