-¡Nunca sabrás cuanto los odio, Taehyung!- se quejó el pobre Jungkook con el ceño fruncido al notar la presencia de Yoongi y Jimin en los pasillos de la escuela.Yoongi estaba agarrado de mano con Jimin, ambos reían y hablaban. Algunas veces se besaban de pico mientras las chicas alredefot gritaban al verlos tan felices del uno al otro.
-¿Porque los odias tanto?- preguntó Taehyung mientras su lengua succionaba sonoramente su paleta de fresa rosada. Después de todo, le encantaba comer y más si su mejor amigo Jeon lo acompañaba.
-¿¡Porque!?...pues- Pensó un poco y se quedó en blanco. Digamos que sólo le molestaba no ser así de feliz como ellos. Jungkook sólo quería a alguien como Jimin, pero Yoongi se metió en su camino y ahora sólo le quedaba a ese Tae peresozo y coqueto -Sabes lo mucho que me atrae Jimin, y verlo con Yoongi me molesta, me desagrada mucho la idea de que sean novios. Yo quisiera tomar su apreciado lugar.-bufó el menor y miró a Tae con su ceño fruncido, estaba muy molesto.
-Hey tranquilo- Taehyung se acercó por la parte de atrás del pequeño Kookie y observó su espalda bien marcada, la cual le parecía muy tentadora y sensual. Digamos que a el chico paleta le gustaba como su mejor amigo se enojaba y parecía todo un adolescente rebelde con tatuajes en su piel.
-¿Porque no pasas tiempo con tu mejor amigo?- Asi es, digamos que el amor platónico de Taehyung tenía nombre y apellido...Jeon JungKook.
Cuando se conocieron por primera vez él quedó encantado nunca había visto a un chico con tantos tatuajes en su piel, de carácter algo fuerte y vurgar y uno que otro defecto que le llamó su atención.
-Si sólo pudiera separarlos, sería tan felíz- admitió Jungkook mientras miraba con odio a la pareja favorita de todo el colegio. Le daban náuseas al pensar o imaginar en lo que hacían a solas esa pareja. Pero lo que Jungkook no sabía era que Yoongi y Jimin no había hecho nada malo, seguían siendo vírgenes e intactos.
Taehyung al escuchar el quejido y el odio de su persona favorita, lo hacía sentir mal, ya que él sabía que si sólo se confesaba podía hacerlo felíz. Aún más felíz que Yoongi y Jimin.
¿Lo que lo detenía? Era que Jungkook deseaba a Jimin, y si sólo Taehyung planeaba algo, podría hacer ese deseo realidad. Todo por ver a su pequeño sonreír y felíz.
Taehyung no sólo estaba enamorado, sino que obsesionado. Le gustaba espiar y acosar a Jeon en casi todos lados. Se dedicaba a tomarle fotos en lo secreto y escribirle cartas de amor para luego quemarlas...matando cada palabra que no podía pronunciar.
-Me imagino que no te quedarás con los brazos cruzados, ¿que piensas hacer Kookie?- preguntó Tae, él mismo sabía lo peligroso y malvado que era Jungkook, capaz de matar o manipular para obtener lo que desea...una persona sin control alguno.
Era este tipo de persona tierna e inocente por fuera pero, por dentro tenía un alma venenosa y cruel. No le importaba nada ni nadie, ni si quiera su mejor amigo. Y ese era el nuevo conflicto. Taehyung lo ama y a el no le importaría eso, él sólo quería la pura alma de Jimin. Y haría lo que fuera para tenerla entre manos.
-Tengo muchos planes para ellos dos, poco a poco los voy a separar...de la manera más dolorosa y cruel que pueda existir- contestó el chico forrado de tatuajes que terminó riendo malvadamente mientras quitaba bruscamente los brazos de Tae para que dejara de abrazarlo. A Taehyung le pareció muy tierna esa risita, aunque su chico fuera todo un criminal.
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Oreo «Yoonmin»
Fiksi Penggemar¿Quien diría que una confesión de amor cambiaría la vida de siete chicos? ¿Que todas las fuerzas del mal irían tras ellos para romper su tan amistosa armonía? ¿Quien pensaría que todo esto comenzaría con un maldito paquete de galletas? •Shipps•...