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Narra Taehyung: Era sabado, 11:50 de la noche.

La lluvía fría tocaba mi piel con sutilidad, mientras salía de mi auto negro y con tintes muy oscuros en sus ventanas. Cerré la puerta del vehículo y observé el edificio que estaba unos pies delante de mi. Un escalofrío intenso recorrió mi cuerpo no sólo por la lluvia, sino por lo que iba a enfrentar ahí dentro.

¿Porque vine aquí? Si hasta mi cuerpo sabe el daño que recibiré al hacer tal cosa. Ah, claro. Hago todo esto por JungKook, esa persona tan macabra, masoquista y manipuladora que he conocido. No se porque desde pequeños le amo tanto, si después de todo ni él mismo se ha dado cuenta de estos sentimientos que guardo en mi interior.

Comencé a caminar despacio por esos lares, hasta que mis pies llegaron a enfrentar un elevador, no quiero quedarme estancado ahí por horas de la noche, así que sería mejor subir lo más rápido posible por las escaleras. Me traería problemas y mamá se volvería loca al verme llegar tarde, bueno, más loca de lo que está ahora no puede estar.

Busqué la entrada del pasillo lleno de escalones y comencé a subirlos con mucho cuidado, sin tocar ningún pasamanos ya que estaban oxidados y podridos.

Suspiré y respiré profundamente varias veces para poder recuperar mi aliento. Pesando bien, mejor huviese tomado el acensor.

Había subido todas las jodidas escaleras, estaba algo debíl pero al menos vivo ¿Eso era lo que importaba no?

Mis ojos analizaron cada rincón sucio de ese eidificio, hasta encontrar una entrada familiat. La puerta que me quedaba por entrar, estaba hecha de metal. Tenía rasguños y algunas manchitas secad que parecían ser sangre, combinadas con oxído y el asqueroso moho. Estaba tan sucia y desagradable, tal y como las personas que estaban esperandome allá dentro. Y de tan sólo pensar que Kookie quiere ser como ellos, me enferma.

Con mi mano toqué tres veces la puerta y los pequeños murmuros que se escuchaban antes se desaparecieron en el ambiente al primer toque. Tragué en seco, mientras mordía mis labios rosados y tiernos, escuchando como unos pasos pesados se acercaban. La puerta se abrió lentamente, dejando a que mis ojos se encontraran con unos cabellos rosados y púrpuras.

-Ravi- susurré bajo pronunciando su nombre, mientras que los ojos de ese tigre en defensa me observaron de pies a cabeza, analizando mi vestimenta. Él es fuerte, serio y lo más importante, es la mano derecha del jefe. Por sólo darle ese puesto, ya tenías que respetarlo tal como si el mismo fuere el encargado de todo. Pero algo tenía en común, N y Ravi eran tan macabros que si juntaban su maldad quemarían el mundo como el infierno.

-Al fin llegas- miró su reloj que estaba en su muñeca y sonrió al ver la hora -12:05 llegas un poco tarde, ya sabes que significa eso- no dejé de mirarlo a los ojos y agaché mi cabeza, estaba apunto de llorar. No quiero estar aquí, para nada. Pero JungKook quiere esto, y si él lo desea yo estaré y resistiré hasta la muerte si es necesario. Porque...yo de verdad lo amo.

-Ju-JungKook ¿Está aquí?- pregunté casi temblando, si él no está aún me puedo lanzar por las escaleras e irme corriendo de estos maniáticos.

-Si, de hecho, él se iba a encargar de castigarte si no llegabas- Ravi rió par de carcajadas mientras rascaba un poco su mentón. Luego abrió más la puerta y se apartó del camino para que yo pasara.

Justo cuando entré pude identificar el olor intenso a nicotina, alcohol y sexo. El lugar estaría completamente oscuro sino hubiera una vela encendida y un cigarrillo que provenía de alguien y tal como lo adiviné, era N el que estaba sentado en el medio de esa sala, con JungKook a su izquierda y Ken a su derecha.

-Vaya vaya, no creí que llegarías-comentó el líder con un tono burlón hacia a mi -Debo admitir que eres muy valiente, casi todos desaparecen al ser amenazados- noté de reojo que Kookie sonreía cuando N se burlaba de mi, al menos está contento con ese tipo.

-Me disculpo por la tardanza- solté con un tono serio -No era mi intención ofenderle llegando cinco minutos tarde- escuché un suspiro de parte de Ravi quien cerró la puerta sonoramente y se colocó a mi lado. Listo para sacar sus garras y atacar mi cuello indefenso.

-De eso iba a hablar presisamente. No has venido aquí en meses, quiero saber el porque de ello- N coml buen lider, se levantó de su asiento y caminó despacio hasta a mi. Sus dedos tomanron el cigarrillo que tenía entre sus labios, lo arrojaron al suelo para darle una pisada cruda y apagarlo.

-Y-Yo...- mordí mi labio inferior, al sentir la respiración de N en mis labios, sentí como me ponía rojo al tenerlo tan cerca y oler el humo qie salía de sus fosas nasales -No, no quiero ser la mascota de este grupo...todo lo que me hacen, me duele, me lastima y me causa dolor por semanas. Son muy malos conmigo, yo no quería esto- dije cerrando mis ojos, no tengo el valor de ver a el jefe a los ojos. Me van a castigar por no cerrar mi pico y ser tan mal agradecido.

-Asi que ¿Ya quieres rendirte? ¿Quieres que te recuerde todo el dinero que te daré si continuas?- sentí sus dedos fríos en mi mejilla, como me acariciaban lentamente. De tanto tacto, ya podía escuchar los sucios pensamientos de N al sentir mi inocente piel.

-Si, ya me quiero olvidar de todos ustedes, bastardos- susurré y sentí la lengua de N en mis labios de repente, luego sentí sus labios junto a los míos. Su beso me hizo dejar que su lengua entrara en mi boca, invadiendome por completo. Todos los demás nos observaban con una sonrisa, son unos sádicos, enfermos y raros.

Después de besarme y dejarme todo babiado y deseoso por más, él le hizo una seña a JungKook y Kookie se acercó a nosotros sin pensarlo dos veces.

-Es todo tuyo conejo malo, yo tengo asuntos que resolver algunos asuntos del negocio dd drogas con EXO- el lider hizo una reverencia leve y se dirigió a la puerta junto a Ravi y Ken. Me sorpendió que Ken no digera una palabra, él suele ser más agresivo de todos ellos.

-¿Quien diría que fueras mío para esta noche?- JungKook habló mientras me tomaba por detrás de mi cintura. Susurando a mi oído me pasmé ej esas paredes de ladrillos -Te castigaré duro TaeTae- me sobre salté un poco al escucharle, te amo mucho Kookie, pero no quiero que me toques de esta manera.

-JungKook, ¡Para! ¡Se que no eres como ellos!- le supliqué con mi voz quebrantada y debíl, no podía casi moverme gracias a su agarré.

-¿Me estás diciendo que no soy tan malo como ellos?, ¿Que no soy el mejor criminal? Que gran error has cometido Taehyung- me empujó al suelo y caí golpeando mi mejilla, provocandome un rasgullo rojizo.

-N-no me refería a eso- chillé en el suelo y JungKook se colocó encima de mi y acontinuación escuché un "click click" de parte de él.

-Si te mueves te juro que te dispararé tu jodida cabeza, y creeme que lo disfrutaré mucho- me tensé inmediatamente al sentir la punta fría de una arma que apuntaba a mi cabeza. ¿Porque vine aquí?, ¿Como es que amo y soporto tanto a este hombre?

JungKook bajó mis pantalones lentamente sin quitar el arma. Luego mordió uno de mis glúdeos -Kookieee No, ¡Por favor! ¡Me harás daño!- grité tratando de respirar bien y no temblar mucho. Me sentía ansioso, ya que no era la primera vez que me violaban por aquí, pero si la primera vez que JungKook lo hacía.

-¡Callaté cobarde!- me golpeó la cabeza con el arma, tan fuerte que comencé a ver las cosas no tan claras, todo estaba patas arriba y poco a poco todo se fue poniendo negro.

-Prometo no tardarme mucho TaeTae. Pero eso si, no prometo aque te podrás levantar y caminar despues de esto- su malvada y burlona risa fue lo último que escuché, para irme en blanco.

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Oreo «Yoonmin» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora