Capítulo 3:

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Capítulo 3:

Esto era lo único que me faltaba, tener alas ahora ya no podía ser más extraña, alas, cola y orejas de gato. Cuando pude controlarla volví a mi balcón, entré a la casa dando pasos firmes  ¿Cómo podía ser tan mala para todo incluso para suicidarme?... Saqué un cuchillo de la cocina, tome una de mis alas, ambas estaban cubiertas de plumas negras y brillantes. La estiré, iba a cortarla, pero una ráfaga de viento entro por la ventana, el cuchillo quedó flotando por unos segundos mientras una figura aparecía de apoco, era un chico, cabello largo, negro, piel clara y ojos grises que casi parecían blancos, como de cristal. Apareció totalmente, él tenía el cuchillo en sus manos.

-¿Quién eres? –le pregunte, impresionada por la forma que apareció, desde la nada.-

-Soy Ashmer –Contestó simplemente.-

-¿Qué haces en mi casa? Estaba en algo importante –dije sin mirarlo a la cara-

- Si, intentando matarte  -tiró el cuchillo al piso y dio un paso hacia mí- Y yo vine a impedir eso.

-¿Por qué? –él se encogió de hombros-

-Eres de mi especie y vengo para que vuelvas a tu mundo –sonrió- supongo que ya te diste cuenta de que no eres de aquí.

-Claro que me di cuenta –miré al piso, un par de lágrimas cayeron, no me había dado cuenta de que estaba llorando, sequé mi cara con la manga y lo miré- no te ves como yo. –Él se veía relativamente normal-

-Espérame un segundo –Desplegó sus alas, su cola y orejas salieron al mismo tiempo. Alas negras, nuestro color de orejas y cola eran diferentes, las mías eran totalmente negras y las de él grises con una mancha en la oreja derecha.- Soy como tú.

-Eres como yo –me acerqué- ¿me dejarías… -le toqué sus orejas y sus alas. Se estremeció y paré.- Eres como yo… ¿De dónde vienes?

-Vengo de otra dimensión, quiero llevarte allá, al lugar donde naciste, a donde perteneces.

-A donde pertenezco –suspiré- ¿Qué es lo que soy?

-Eres una Gargel –lo miré sin entender, él siguió explicando- una especie de criaturas antiguas, en nuestra tierra existen los brujos y hechiceros, ellos eran una especie de brujos, hijos de animagos y ángeles. Se dice que son los seres que poseen la magia más poderosa.

-¿Eran? –le pregunté, negó con la cabeza-

-Es que actualmente no quedan muchos de nuestra especie.

-Entiendo –contesté, él me ofreció su mano-

-¿Vas a venir conmigo? –No sabía que decir, esto era lo que he querido desde siempre ¿no?, encontrar a alguien como yo y escapar de este lugar en el que no tengo futuro y no puedo ser yo misma.-

-Si –Saltamos del balcón y volamos hasta lo más alto del cielo en rumbo a la costa, llegamos al mar, se veía el reflejo de la luna. Escuchaba en mi cabeza a la voz decir: donde se esconde el sol en el agua salada tienes que nadar con él hasta el fondo, pero aquí no hay sol.- ¿Cómo llegaremos sin sol?

-No necesitamos el sol  -Se metió en el agua oscura y desapareció, lo seguí. Al salir hacia la superficie del mar ya no estábamos en la tierra.-

-Bienvenida a Nihil –dijo Ashmer, luego se dio impulso y salió volando del agua. Intenté hacer lo mismo, me costó mucho, mis alas estaban mojadas pero con un par de aleteos se secaron. Me guio hasta un roquerío ahí aterrizamos- Aquí las cosas son un poco distintas a la tierra –dijo poniendo sus manos sobre mis hombros.-

- ¿Qué tan distinta? –No le tenía miedo a las cosas desconocidas, de hecho estaba emocionada, tenía ganas de aprender.-

-Mucho, desde la forma de vestir, las mujeres usan vestidos, cuando van a ver al rey se va con vestido largo de fiesta, si vas a cualquier otro lugar puede ser corto, hasta cinco centímetros arriba de la rodilla. Todo funciona con magia, por lo tanto hay que tener cuidado de que cosas hablas y en donde, por ejemplo acá no hay problema, nadie  más conoce este lugar. No confíes en todos, puede ser peligroso. Oculta tus alas y todo en general, no deben saber lo que somos. Cuando lleguemos a la ciudad iremos a ver al rey, para que te conozca, tienes que portarte muy bien con él. –no podía terminar de procesar las cosas que decía, tendría que seguir ocultando quien soy, esto no era lo que buscaba al dejar la tierra.-

-¿Por qué seguir ocultando que soy Gargel? –él respiró profundo-

-Te dije que somos poderosos y ¿Qué es lo que quieren todos? Poder y son capaces de matar por eso. –Asentí-

-¿Y por qué iremos donde el rey?

-Porque hay un grupo de  magos y se supone que cada uno puede tener un aprendiz… Yo te quiero como mi aprendiz y para eso tengo que llevarte ante el rey –lo miré sorprendida-

-Pero te vez joven, como de mi edad, pensé que estabas recién aprendiendo –él rió-

-Tengo 18, de hecho soy el mejor mago del lugar, el rey me quería como su ayudante pero no acepté y ahora que ya he cumplido la edad correspondiente para enseñar fui en tu búsqueda. ¿Quieres ser mi aprendiz? –Si quería quedarme en este lugar, tenía que aprender magia y mejor que fuera con este hombre casi desconocido que con un total desconocido.-

-Bueno, pero hay un problema

-¿Cuál?

-No sé ocultar esto –dije moviendo las alas, sacó un collar de su bolsillo y lo puso en mi cuello, era una piedra negra con forma de rombo, pasó su dedo por encima y cambió a un color azul.-

-Mírate en el agua –dijo con tranquilidad, le obedecí, ya no tenía nada, me veía normal, excepto por los ojos que se volvieron de un violeta más llamativo. Me fijé que el tenía el mismo collar, pero de un color más rojizo, tampoco se veían sus alas.-

-Esto es genial

-Esto es magia –contestó él- Cierra tus ojos –lo hice y al abrirlos de nuevo me di cuenta que ya no iba con el pantalón y la blusa que llevaba, si no que tenía un gran vestido y él iba de traje.-

-Gracias –dije apenas.-

 -De nada, ahora tenemos que irnos. –detrás de las rocas nos esperaba un gran carruaje con dos caballos, subimos y empezamos el viaje.-

Ella es la salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora