¿Quien diría que una confesión de amor cambiaría la vida de siete chicos? ¿Que todas las fuerzas del mal irían tras ellos para romper su tan amistosa armonía?
¿Quien pensaría que todo esto comenzaría con un maldito paquete de galletas?
•Shipps•...
Cerré la puerta de mi vehículo con una sonrisa que nadie la podía borrar. Me coloqué el cinturón de seguridad y luego le heché una gran mirada a él auto que permanecía al lado calentando motores. Mirando a ese hombre que se atrevió a coquetearle a mi novio. Maldición, no dejaré que nadie lo toque...ya no más. Nadie me faltará el respeto de esa forma. Esto de que todo el mundo pueda tenerlo y yo no me enferma. Simplemente me pone en un estado en el que ni yo mismo me puedo controlar.
Agarré el volante y miré el semáforo que transmitía una luz de color rojo intenso. Respiré hondo y solté un suspiro mientras me fijaba en ese color que me trasmitía tantos nervios. Miré a Jimin quien estaba mirandonos desde la acera de la calle sin ninguna expresión. Creo que debe estar molesto conmigo, lo ignoré y luego lo aposté con un desconocido. Si pierdo...lo perderé tal vez para siempre. Pero si gano aún asi estará molesto conmigo, mierda, la he jodido.
Tenía que darle toda una vuelta a la cuidad y luego volver al mismo semáforo donde estaba ahora. Sería dificil ya que él auto de ese tal Ken parecía ser recién comprado, no tenía ni una mancha o defecto físico.
La luz roja cambió a una verde. Los motores gruñieron como leones, hundí con mi pie el pedal para arrancar y dejé que la adrenalina recorriera mi cuerpo. .
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Narra Jimin:
Me senté en la orilla de la calle. Manteniendo mis manos en mi boca, mordiendo mis uñas para controlar mis nervios. Habían pasado cinco minutos desde que vi como los autos salieron a toda velocidad dejando polvo en el aire. ¿Como estará Yoongi? ¿Acaso va en la delantera? Joder...espero que este bien y no pierda el control como lo hace aveces. La semana pasada se había cortado su mano por accidente, supuestamente estaba cortando unas papas para la cena y se enojó consigo mismo porque no las había cortado bien. Siento que cada ves pierde el control y que no se puede aguantar a hacerse daño.
