Capítulo 15

330 18 0
                                    

Tras un vuelo de dos horas, donde estuve hablando con Darío de la breve cena que tenía esa noche con el cliente, llegamos a España y sin darme cuenta, los pensamientos hacia mi amor del pasado volvieron a ser como eran cuando le vi por primera vez en muchos años. Y pensar en que podría volver a verle durante esa estancia en España, me ponía los pelos de punta. No tan solo porque tenía que denunciar lo que había hecho durante el tiempo que estuve ausente de la vida de mis hermanos y de él, si no, por mi marido.

En la casa que mandó construir tras un lugar reducido a cenizas y escombros, me puse mi vestido lardo de color blanco con flores oscuras y claras. Pero solía hacer con cada vestido largo que escogía, solía hacerme un recogido con trenzas a su alrededor.

Mientras que me maquillaba en breve, observé a través del espejo, como mi marido se ponía esa camisa de seda de color blanca y más tarde cogía su pajarita de color negro.

Vi por unos instantes, como él se acercaba a mí y mis piernas comenzaron a temblar de manera en que no sabía cómo reaccionaría.

Él se estuvo poniendo la pajarita mirándose al espejo, mientras que yo intentaba no pensar en que le tenía a mi lado. Pues sabía que podía ocurrir algo inesperado.

Terminé de maquillarme y fui hasta mi armario para coger un abrigo para esa larga noche.

En unos segundos noté, como él me pasaba su mano por mis brazos y después me decía:

―Estás preciosa.

―Gracias ―le respondí.

De pronto, miré una fotografía mia en la cual era la Inés de antes y sabía que tarde o temprano volvería a mi antigua vida. A la que tanto he extrañado.

―Cuando decida regresar a mi pasado como la mujer que era, creo que me vendría aún más pequeño ser aquella chica humilde que fui hace tanto tiempo. Tan pequeño como a un insecto que quizás se podría aplastar.

―¿Por qué dices eso, cara mia?

―He conseguido tanto en este breve tiempo a tu lado, que no volvería a ser la misma Inés Barquero que antes. No merecería tener el apellido después de todo.

―Pues ahora solo limítate a ser Katherine Palmieri.

―Katherine Palmieri es solo un personaje inventado por ti. En realidad, soy Inés Barquero. Una chica humilde que no debió de encontrar nunca sus verdaderas raíces.

―Doy gracias a ello. No me había encaprichado con una mujer, desde que quise cuidarte y protegerte.

Hice una breve pausa. No sabía si decía la verdad y tenía miedo de todo lo que tenía y venia de mi marido. Pero sobre todo en eso de que se haya enamorado de mí.

―Podemos irnos. El cliente no tardará en llegar al restaurante que Ignacio reservó esta mañana.

Para Ti Es Mi Voluntad (Química Entre Nosotros I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora