•Simplemente Perfecto•

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Notas del fanfic:

10/Octubre/2018

Konban ha Tomodachi's~ ¡No estaba muerta, estaba de parranda! Okno (? Estaba pagando mis pecados amiguitos, no volveré a juntarme con King... Maldita pereza :'v

Haciendo recuento de los daños, reprobé unas 4 materias... ¿Poquitas, no? ¡En toda mi vida nunca reprobé!

Charlie, hoy vengo inspirada.jpg xdxd

Musuko: ¿A quién chingados le hablas? :v

Musume: ¡A mis lectores! ¡Tú cállate enano! >:u

*Así Musuko se fue a un rincón a llorar*

Pues un pequeño fanfic, era para el 8 de octubre, pero como tenía tanta tarea no pude subirlo. El ocho es un día muy importante para mí, pero no pregunten porqué, solo gózenlo.jpg uwu


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¿Cómo decirte y explicarte la forma en que te amo? Porque sinceramente, no sé por donde empezar. Porque para mi, ante mis ojos, eres perfecto.

Sanji, no sé cómo darte las gracias. Que cuando te conocí me pareciste la persona más linda y amable, un "amor", no como el idiota de Luffy o el imbécil de Law.

Las conversaciones que llevábamos eran simples y cortas, hablando de vez en cuando y de temas triviales. No sabiendo que seríamos tan iguales. Me hacía feliz, pensando que eras la única persona que me comprendía y sin que yo me diera cuenta, sabías del dolor con el que cargaba.

Pude pasar más tiempo contigo, descubriendo todo lo que te gustaba en partes, hallando cosas que también me agradaban. Y aunque no me di cuenta de que te quería, tú diste el primer paso, y te confesaste una noche de Febrero.

Tenía miedo, en demasía, miedo a que te fueras de mi lado, dudando en darte una respuesta.

Dijiste que lo intentáramos, y ahora sólo con el hecho de decir tu nombre hace que mis pensamientos sean dominados por la sensación de lo que llaman "mariposas". Que el cuerpo me tiemble y me den escalofríos de recordar los apodos que me das; "marimo", "mi amor", "cariño"... Que son los que me encantan en especial.

Ya no puedo concentrarme, es por eso que me vez pidiéndole los apuntes a Usopp. Cuando hago operaciones, siempre te pido ayuda, sólo para escuchar cómo hablas, ese hermoso tono de voz que ninguna otra persona más tiene. Esas palabras que me hacen suspirar, me embruteces cuando te escucho y siempre dices: "Deja de distraerte con mi voz". Pero es que no puedo evitarlo, adoro cuando hablas.

En todas las veces que me aburro en el día me dedico a pensar, siempre estando tú presente en mis pensamientos, preguntándome qué estarás haciendo, si estarás bien, o cosas así. 

Al principio de nuestra relación yo te apoyé, en los momentos que no podías más y te estresabas, en los que te lastimabas a ti mismo. No podía permitir que siguieras, no quería, que detuvieras las heridas que te causabas. Te detuve, porque ver cómo tu piel blanca llena de marcas me dolía.

Me dolía que lo hicieras, por esa razón te hice prometer que no lo harías. Sin embargo, yo te fallé. Te prometí no volver a marcar mi piel, la cual ya esta manchada y no tiene arreglo, confiaste en mí, y tú sólo me comprendiste y me dijiste palabras de amor; "Está bien, te sigo amando de todas formas". Pensé que te enojarías, pero hiciste lo contrario, lo tomaste tranquilamente y eso calmó mi creciente miedo. Siempre te dije que consiguieras a alguien mejor que yo, algo mejor para la maravillosa persona que eres. Te negaste, diciendo que fui lo único que te hizo sentir.

Otras ocasiones pensaba que no funcionaría, que pronto iba a acabarse ese amor. Un día hablamos sobre eso y prometí secuestrarte. No diste objeción, hasta dijiste que tendrías listas algunas cosas para cuando lo hiciera. Cuánto me reí ese día, que en ninguna ocasión nos peleamos, que lo único que hacíamos era apoyar al otro con todos esos traumas retumbando. Desde siempre fui una persona fuera de lo común y encontrarte a ti fue lo más surreal que pudo haberme pasado, pues nos dimos cuenta que los dos éramos completamente iguales. Al punto que ambos comentamos "Esto empieza a dar miedo".

Fue tiempo en que tú tuviste que cuidarme, con toda esa ansiedad y temor que tenía, repitiéndome cuánto me amabas para que dejara de lado toda esa angustia y dejara de hacer esas flores rojas en mis extremidades. Ambos teníamos cambios de humor, voces en nuestras cabezas que lograban convencernos de ciertas circunstancias. Calmando todo eso con el amor que los dos nos fuimos dando.

Estuvieron diciéndonos que no duraríamos, pero ocho meses ya son mucho ¿No? Eso prueba que estaban equivocados y puedo echarlo en cara, que puedo burlarme en la cara de Nami y su tonta apuesta. Aunque después de lo que fuimos pasando, eso me da igual y es más destacable para mí cuidarte y seguir apoyándote, siendo una manera de agradecerte.

Lentamente tuvimos nuestros momentos en los que solo los dos comprendíamos, anécdotas que te pasaron y yo contándote los sucesos de mi día, pues es difícil para mí recordar el pasado.

Igualmente lo tomaste con calma, prometiéndome recordarme cada mínima cosa, tanto cosas grandes, como nuestro aniversario o días importantes.

Pero eso fue al principio, quizá estemos a la mitad, o ni siquiera la mitad, quizá esto sea un cuarto del tiempo que quiero estar contigo o tú conmigo.

El tiempo que quiero estar contigo podría decírtelo, pero para mí es habitual no contarte, para darte curiosidad y que me convenzas con cosas como el mandarme un audio en mensaje para guardarlo y escucharlo cuando no estés y me sienta en la mierda. Tú le diste un sentido a mi vida, un propósito por el cual me levanto cada mañana, haciendo mi mejor esfuerzo para darte todo lo que quieras y te mereces cuando estés a mi lado.

Un día, en el que te fallé preguntaste algo que me descolocó, sorprendido por la incógnita; "¿Te gustan los anillos?". No supe qué responder, en parte me agradaban, pero solo dijiste que los comprarías para cuando yo no me sintiera bien, para hacerme recordar que tenía a alguien a quien le importaba. No supe darte una respuesta y aún así declaraste que lo harías, yo diciendo que no tenías que gastar dinero.

Puede que lleguen adversidades, pero sé que los dos podremos contra ellas, como decirles a tus padres y a los míos que estamos saliendo.

¿De momento qué haremos? Seguir haciendo reír al otro, compartiéndonos canciones e imágenes graciosas, hablar sobre animes y películas, hacer planes malvados para molestar gente, jugar videojuegos como LOL y que al final nos terminen violando.

Porque simplemente me gustas, todo lo que haces lo adoro. Porque simplemente te amo, fuiste la única persona que me quiso.

¿Quieres más razones? Pues entonces lo diré; porque eres simplemente perfecto...

—Oi, marimo, ¿qué estás haciendo? —Escuchó risueño al rubio, mirándolo por sobre su hombro escondiendo la carta entre sus libros de texto.

—Ah... Nada, estaba esperándote cejas de caracol —Contestó levantándose, su espera dio fin pues los dos saldrían a algún lugar después de clases.

—¿De verdad? Yo vi que estabas escribiendo algo, déjame ver —Sonrió, sabía que Zoro no se negaría a un pequeño puchero.

—No —Dijo y se mofó de su rubio adorado, le encantaba que le hiciera pucheros junto con suplicas de "Dime" —Me, ¿ya podemos irnos, bebé? —Se burló estando seguro que Sanji se avergonzaría un poco por el apodo que usaba siempre cuando estaban solos.

—Malo —Río, devolviendo su jugada —Está bien, amor —Ayudó con lo que tenía de libros en las manos poniéndolas en las suyas, la mitad podía soportarla y así pudo tomar la mano del moreno.

—¿Qué jugada fue esa? También eres malvado, pero aún así te amo —Le  plantó un casto beso en sus hebras rubias y éste aprovechó para darle uno en los labios.

—También te amo Zoro —Dijo sonriente de tener a un lindo marimo como novio.

Ambos chicos se retiraron felices, con la seguridad de que ambos estarían juntos siempre.


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