Capítulo Cuatro.

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Oh no, eso no lo iba a tolerar. Alguien tenía que enseñarle a éste idiota que ser un bravucón no soluciona sus jodidos problemas.

- ¡Oye! - le grité para llamar su atención.

Todos en la cafetería giraron al verme sorprendidos, no creían lo que estaba haciendo.

- Vaya, vaya... La bruja llego a hacer su magia - comenzó a reír.

Gire los ojos.

- Escucha imbécil - me levanté y camine hacia donde él se encontraba. Una mano me detuvo.

- No.... - susurro Ryan.

Me zafe de su agarre y seguí caminando hacia Elliot.

- Eres valiente al meterte conmigo.

Me sonrió con descaro.

"Vete" le susurre al chico de lentes que se encontraba mirándonos.
Se levantó del asiento.

- Gracias - me contesto.

- Hey, Hey, ¿a dónde crees que vas Frodo?

Vaya que era bueno con eso de los apodos.
Comenzó a tartamudear, Elliot le agarró el hombro.

- Déjalo ir - le exigí mientras arrebataba su mano del hombro del chico.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo... ¿Qué rayos sucedía con éste chico?

Me miro detenidamente durante unos segundos tratando de comprenderme, minutos después se dio la vuelta y se fue con el vacío de su caminar.

Regrese confundida a mi asiento.

- Vaya que eres valiente, chica - dijo Clark.

- ¿A qué te refieres? - le pregunté.

- Él es Elliot Paterson, antes era nuestro amigo pero le sucedió algo muy desagradable, desde ahí todo cambio, él no era así, te puedo asegurar que era la mejor persona que podías conocer - me confeso.

- ¿Qué fue lo que le paso? - pregunte preocupada.

- Lo lamento pero eso no me corresponde a mí contártelo.

Silencio incómodo.

- No te preocupes, lo entiendo.

¡Aléjate de mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora