Espero a Harry sentada en el café cercano al hotel en el que me hospedo. He tratado de vestirme lo más encubierta que he podido. Una casaca, unos lentes oscuros y una pantaloneta me resultó lo más apropiado.
Ayer fue un lío tremendo. Lo digo por Gwen y sus temores. Me pregunto quién era Harry, como lo había conocido, hace cuanto ocurrió y más temas anómalos que no deseo compartir.
Prometió no inmiscuirse en mi vida más de lo normal, tuve que alzar la voz un par de veces pero nada que no haya podido arreglar. Ella no se volverá a entrometer en el tema Harry Styles, eso ya está fichado por mí.
Miro la ventana del local, está da a la autopista repleta de automóviles. No es que sea la persona más puntual del mundo pero Harry y Shannon se están tardando un poco. Me fijo en el pequeño reloj en mi muñeca, son las tres de la tarde. Supongo que esperar unos minutos no me hará daño.
—Lamento llegar tarde, a veces el tráfico Londinense se puede poner salvaje —Dice una voz agitada, levanto la mirada que estaba puesta en el tablón de vidrio y me encuentro con él, está sonriéndome y respirando dificultosamente. Se me acerca dudoso y planta un beso en mi mejilla.
—No pasa nada. De todas maneras, Shannon aún no llega —le digo. Harry asiente y se acomoda el cabello. —Siéntate —le indico, al ver que se queda parado esperando a que diga algo.
—¿Shannon es agradable? —pregunta.
Puedo ver cierta angustia revoloteando en su mirada, el entrecejo fruncido ayuda en mi hipótesis.
—¿Por qué lo dices? —inquiero, él se encoje de hombros.
—No lo sé, tal vez no quiera invertir en unos chicos como nosotros. Somos principiantes, nadie nos ha escuchado.
—Lo dudo. Tiene un ojo muy selectivo a la hora de escoger talentos —le digo. —Además, te he escuchado y se lo he comentado. Le caerás muy bien —agrego.
En su mirada aparece una ráfaga de paz, me alegra saber que mis palabras le han reconfortado aunque sea un setenta por ciento.
El trabajador del local se nos acerca con dos cartas. Lleva un sombrerito muy curioso en la cabeza, de esos que te obligan a usar porque es parte del uniforme del lugar.
—Bienvenidos a Kellington, donde tenemos el mejor Cappuccino de la cuidad —dice, el trabajador. Coloca una carta en el lado de mi mesa y uno en el de Harry. —¿Puedo tomar sus órdenes? —pregunta.
—Okay —susurro, soltando un suspiro. Miro a Harry, le indico que observe su carta y pida algo. —Apostaré por un té, de preferencia un Lancashire —le digo al trabajador. Él me sonríe y se gira a Harry.
—Igual —murmura. Este asiente y sale de nuestro panorama.
Le presto atención a Harry, este juguetea con sus dedos y no me mira. Tiene la vista en sus manos y nada más que eso. Una silueta corpulenta ingresa por la puerta de cristal y se sitúa en mí enfrente, Shannon.
—Te juro que he salido con varios minutos de anticipación, incluso más de los necesarios —me dice, yo solo río. —Lamento haberte hecho esperar.
—Tranquilo. Te quiero presentar a Harry —le digo, señalando hacia el ruloso. Él inmediatamente se levanta de su asiento y le estrecha la mano a Shannon.
La conversación va tranquila, Shannon se ha pedido un Cappuccino cargado sin azúcar. Él ha congeniado muy bien con Harry, inclusive han hecho un par de bromas acerca de mi actuación en los BRIT’S del día de ayer.
—Conozco a Chloe desde que era una adolescente niña. En ese tiempo trabajaba en Los Ángeles, ahora estoy acá porque tienen un buen mercado artístico —comenta, Shannon. —Como decía, sé reconocer una estrella cuando la tengo enfrente, querido Harry. Chloe me ha mencionado que tienes una banda, un grupo de chavales que tratan de hacerse conocidos. Yo los puedo ayudar —termina diciendo, enorgulleciéndose por sus logros.
Veo el rostro de Harry. Hay una mezcla de admiración y felicidad. Eso es bueno, eso ayuda bastante a la hora de querer hacer algo.
—Pero, aunque Chloe me haya dicho que cantas muy bien, yo no sé cómo lo hacen tus demás compañeros —dice, Shannon.
—Tienen talento, puedo dar testimonio de ello —farfulla, Harry.
—Sí, puede ser. Necesito escucharlos en vivo —sentencia mi voluminoso amigo.
—Podemos acordar una salida para que los conozcas —le digo a Shannon. —Así puedes pedirles que canten algo para ti y saber si es que les darás la oportunidad.
—Resulta que estoy ocupado todos los días, no puedo hacer un hueco en mi agenda —dice. Miro a Harry, puedo ver el pánico y el terror formándose en su rostro.
—¿Y si los conocemos ahora? —pregunto, el ruloso castaño levanta la vista hacia mí y me sonríe. —No estás ocupado hoy, ¿verdad Shannon?
—No. Es una estupenda idea, ¿Qué te parece Harry? —pregunta.
Y es ahí donde todo se reduce a la decisión del castaño. Le noto titubear un momento pero asiente enérgicamente al siguiente. Veo que empieza a escribir en su teléfono celular, tal vez son mensajes a sus compañeros diciéndoles que iremos a conocerlos.
—Se reunirán en mi casa, estarán ahí en quince minutos así que tenemos tiempo para llegar lentamente —musita. Parece un poco nervioso, tal vez inclinándose más ha perturbado.
—¡Muy bien! Pagaré la cuenta y nos iremos —dice, Shannon. Harry interfiere pero él le responde que es una cortesía.
—Tal vez debamos tomar un Taxi —comento, cuando noto que las personas se detienen un momento mirarme. Se están dando cuenta de quién soy y no quiero ser reconocida en estos momentos.
—¿Aún no te acostumbras a las miradas? Recuerdo como si fuera ayer el día en el que firmaste tu primer autógrafo. Me dijiste: “Shannon, qué debo escribir”, días de antaño —dice, con cierta nostalgia fingida. Noto a Harry prestarle mucha atención mientras yo solo atino a reírme.
—Shannon, tomemos un taxi. No quiero repetirlo —murmuro.
—Vale, vale. La reina ha hablado —dice.
Tomamos un automóvil amarillo, sería mejor si es que fuéramos en uno de nuestros vehículos privados pero nadie los trajo. Yo vine caminando porque el Hilton solo está a un par de cuadras y Shannon, no tengo idea de cómo llego al igual que Harry.
El ruloso le indica la dirección y se mantiene al tanto de que calle debe tomar el conductor. Miro mi celular, tengo un mensaje de Gwen.
“No tardes, no puedes estar fuera tanto tiempo y peor aún si no llevas seguridad”
Okay, al menos se preocupa o tal vez solo puede ser un reflejo de dominio. Guardo el artefacto en mi bolsillo y le sonrío a Shannon que me está mirando.
El automóvil se estaciona en una calle un tanto desierta, Esta vez es Harry el que paga. Descendemos del vehículo y nuestro amigo ruloso nos señala una casa. La fachada tiene un estilo muy clásico, con un pequeño muro que separa una de las otras y un par de arbustos rondando sus alrededores. Él abre la pequeña rejita negra, dándonos acceso al campo que tiene como patio delantero.
Da dos toques en la puerta caoba y un chico de ojos marrones nos da la bienvenida. Al verme se queda estático, No despega sus ojos de mí y es Harry el que le hace reaccionar. Con un empujón suave le hace moverse del lugar, abre el portón por completo y nos indica que pasemos.
Adentro nos esperan sentados cuatro muchachos más, contando con el que nos abrió la puerta.
Todos se me quedan mirando, pienso que tal vez sea porque llevo algo raro en el rostro, una basurita quizás. Aunque la idea de que nunca han visto una artista me asalta al instante.
Bueno, será una tarde larga y recién empieza.
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Fairytale. |Harry Styles|
Teen FictionCuando la joven, talentosa y galardonada Chloe Evans se cruza con su más grande fan, Harry Styles. No piensa en absoluto mantener una relación amical con él, ella solo desea ayudarlo a cumplir su más grande sueño. pero conforme se van conociendo, Ch...