Encontrarse: Shalom

6 1 0
                                    

  Ese día como cualquier otro se levantó y comenzó a alistarse como siempre. Sus vestimentas en suaves tonos amarillos y naranjas y no pudo evitar mirar con orgullo la flecha azul en su cabeza. Ciertamente hacía dos meses de tal acontecimiento, pero permitirse mirarla cada tanto era un lujo que se podía tomar. Observo su acaramelizado y corto cabello que aun ni siquiera llegaba a tocas sus hombros. No podría negar que rapar su larga melena color caramelo, valió totalmente la pena.
  Pudo ver detrás de ella la sonrisa socarrona de su amiga.

- Ay Shalom… No tienes caso. – Sus ojos café burlones la miraban divertida
- Déjame tranquila, cuando tengas los tuyos estarás igual – dijo Shalom con su característica sonrisa radiante.

  La chica ahora se vio algo decepcionada. Soltó un pequeño resoplido y apartó la mirada.
  Shalom sabía por qué, ella era unos años mayor y aun no recibía sus flechas. Tener las flechas hace a alguien un verdadero maestro y es un gran honor.
  La maestra sonrió con dulzura.

- El momento llegara Opal, la mayoría obtiene sus flechas incluso de más grande…

  Opal puso los ojos en blanco y la maestra siguió con su tarea. Ese día no era tan como cualquier otro en realidad, no. Estaba haciendo una pequeña bolsa con un poco de ropa extra por si acaso. Ya le había preparado la silla a Adda, solo le faltaba despedirse.
  Estaba nerviosa pero más que nada eran ansias por crecer más espiritualmente y como persona.

- ¿Se puede saber cuándo volverás? – dijo Opal con cierta molestia.
- Cuando sea el momento.
- ¿Por qué eso me suena a demasiado?
-Opal…
-Arg… –  soltó luego de un bufido. – Es que… Somos nómades, sí, pero la verdad suena a que no piensas volver y eso es raro.
- Necesito encontrarme a mí misma... – interrumpió Shalom ahora más seria. Se sentó en la cama y suspiro. Opal nunca comprendió eso de su amiga. Los nómades aire normalmente viajan por el mundo, pero ella prácticamente hablaba como si no fuera a volver en mucho tiempo.

  Shalom no guardo muchas cosas más, de hecho, solo había guardado unas dos prendas más de repuesto para un viaje que iba a durar demasiado tiempo. Ella no necesitaba nada más.
  Cosas de nómadas aire.
 
La maestra, tardo horas en lo que era un muy escaso equipaje. Pero ella era así siempre, o tal vez era su indecisión a lo que estaba por hacer. Shalom no era lo que se le podrá decir, determinada, no. De hecho era un poco insegura e indecisa. Podría parecer alguien determinada a la hora de decir que iba a viajar a donde la lleve el destino y seguramente por mucho tiempo (el suficiente, como ella decía). Pero la verdad era que por dentro no era tan así.
  Tal vez por eso cuando estuvo lista, se quedó pensando:
  "¿Y ahora qué?"
  Finalmente salió con la mirada de Opal sobre ella, quien la siguió después.
  Opal era con quien más empatía sintió siempre. Tal vez porque en secreto tenían dudas e inseguridades sobre lo mismo, ellas y su cultura. Una lo notaba en la otra, sin embargo no siempre coincidían en eso. La maestra aire, se daba cuenta que Opal no parecía entenderla cuando ella hablaba de “encontrarse a sí misma”.
  En parte entendía esto. Los nómades aires suelen vivir con una fuerte armonía y un gran sentido de lo que son y cuál es su propósito. Pero Shalom… Siempre fue diferente.

- ¡Hola Adda! – dijo alegremente mientras acariciaba la cara de su bisonte. – ¿Estas lista, chica?

  Recibió un gruñido como respuesta, y Shalom sonrió.

- Ya voy a avisarles a los demás.

  Shalom no respondió y se aseguró de haber acomodado bien la silla de Adda y poner su pequeño equipaje en ella.  Acariciaba distraídamente su bisonte, a quien ya había sacado del establo.
¿Dónde iría? "Podría ir por el templo aire de oeste, ooh el templo aire de oeste, era precioso. Aunque tal vez podría ir al templo aire del norte… pero debería considerar llevar alguna capa o algo más abrigado."
-¡Shalom!
  La mencionada dio un fuerte respingo y se llevó una mano al pecho mirando a la causante de tal susto con algo de reproche. Podría jurar que hasta Adda se asustó.
-Espíritus, Linne…
-Oh, lo siento olvido que los nómadas a veces son muy silenciosos y… pensativos
-Vaya susto – dijo Shalom para ahora soltar una risita. – No somos pensativos, pero tus gritos pueden causarle infartos al mismísimo avatar.
  Linne soltó una risotada y se acercó al bisonte para acariciarla, haciendo que esta gruña gustos.
- Te llamé varias veces y no contestaste Shalom, casi como cuando meditas…
- Eso es porque estaba pensando donde ir antes de dejarte a donde quieras, Linne.
-Ah, eso.
  Shalom la miro de soslayo. Era probable que ella también este insegura sobre el viaje, tal vez el primero que la llevó hasta ahí, había sido demasiado atrevimiento para ella. Sin embargo ninguna dijo más y caminaron unos metros más hasta que vieron llegar unas cuantas monjas más.
  Fue una corta despedida, algunas niñas a as que ayudo con su aire control estaban ahí. Siempre tuvo mucha afinidad con los niños, definitivamente iba a extrañarlas. Algunas buenas amigas además de Opal estuvieron ahí.
-¿Es hora de partir ya?
  Shalom se dio vuelta y esbozo una tímida sonrisa hacia la señora que la miraba con calidez.
- Si hermana, es hora.
  La hermana Iio era sin dudas, a una de las personas que más admiraba y apreciaba, fue ella quien con sabias palabras luego de darle una manzana, dijo que elija muy bien, pues el bisonte que elija, será su compañero para toda la vida y tendrán un vínculo irrompible. Entonces mirando a su alrededor apareció la pequeña Adda que de inmediato se lanzó hacia ella convirtiendo desde ese momento, en su fiel compañera.
-Si esto va hacer que encuentres tu paz, entonces espero que tengas un buen viaje
-Gracias Hermana…
  Shalom acorto la distancia para darle un fuerte abrazo que fue correspondido. Al separarse pudo sentir su mirada de aprobación, dándole la determinación que le faltaba para subir a su bisonte, y luego ayudar a Linne.
-¿Estas segura de esto Lin? Has pasado por mucho, tal vez deberías descansar un tiempo…
- No, no quiero abusar de su hospitalidad, además… - Linne suspiro pesadamente. – Es lo que debo hacer.
  Shalom miro una vez atrás, y luego decidida dijo:
- ¡Adda, yip yip!

~•~

Nota:
Espero que les haya gustado este comienzo! Es una historia que escribí hace años jajaja y nunca la publiqué en ningún lado.
Si, ya sé Opal y Linne son muy" leyenda de Korra", porque a Linne le dicen siempre Lin xD Pero decidi dejarlo asi, ademas esto lo escribí desde antes de que salga la leyenda de Korra, así que en fin jajaja espero les haya gustado. Y perdón si hay errores de ortografía, ando a full, cuando pueda corrijo!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 21, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Hacia dónde vamos desde aquí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora