El 31 de Octubre (nunca trae nada bueno)
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El Gran Comedor se mantenía en un silencio incómodo.
Los alumnos de las cuatro casas comían inquietos, sin poder disfrutar del todo de la deliciosa comida. Nadie se permitía relajarse en una jornada tan peligrosa, y mucho menos soltar su varita.
Algunos miraban fijamente a la puerta que permanecía cerrada, seguramente esperando a que entrase por allí algún ser maligno. Otros no apartaban la vista de la mesa de los profesores, presidiendo en lo alto de las otras cuatro, para poder asegurarse de que nadie intentaría hoy nada sospechoso.
Y todos, absolutamente todos los estudiantes giraban sus cabezas en algún momento hacia la mesa de Gryffindor, para comprobar que cierta cabellera morena no se había movido de su sitio.
Se trataba de un Harry Potter que, abrumado por aquel sentimiento de inseguridad que recorría la estancia, miraba su pedazo de pastel de calabaza como si fuese lo único que quedase en el mundo. El pastel entero, claro, porque no había probado bocado en toda la velada.
No había podido.
Sabía que si levantaba la vista no vería solo las decoraciones de Halloween o las cuatro mesas repletas de comida naranja. Sabía que vería las miradas expectantes de los alumnos, e incluso la de algunos profesores que vigilaban que no hubiese incidencias relacionadas con él durante el banquete.
La tensión se palpaba en el ambiente, como si todos estuviesen preparados para cualquier imprevisto que surgiese. Como si estuviesen esperando a que algo saltase por los aires para levantarse dispuestos a hechizar a la amenaza. Como si estuviesen seguros de que Harry Potter iba a volver a causar problemas.
Era un sentimiento horrible.
Incluso el chico de las cartas le había pedido que se mentuviese fuera de problemas. ¿Qué significaba eso? ¿Se preocupaba por él o solo quería que siguiera vivo para salvar su trasero, como todos en Hogwarts?
La tensión empezaba a poder con él.
Entonces, como todos esperaban, sucedió algo.
El jugo de calabaza de todos los vasos flotó, escapando de sus barreras de cristal, y se volvió de color granate. Empezó a arremolinarse y a girar como un torbellino que, curiosamente, al salpicar solo mojaba el suelo. Se estaban formando canales de... ¿Vino?
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La Magia de tu Sonrisa (o cómo descubrir a tu admirador secreto)
Fanfiction(DRARRY) o (HARCO) Harry Potter tiene un admirador secreto. Un desconocido alumno de Hogwarts ha decidido gastarle una broma muy pesada para acabar con su paciencia. Como si no tuviera suficiente ya con intentar sobrevivir su último año en Hogwarts...