- Claro que lo recuerdo padre, pero cuéntame ¿No estaba en New York?- preguntó Paloma.
- Si hija, pero ahora se vino a vivir aquí a México y todo indica que trabajará en la agencia- dijo Eduardo.
- ¿Y a qué viene todo esto?- preguntó Paloma.
- A que debes estar lista antes de las 8pm- dijo Eduardo.
- Está bien papá- dijo Paloma con duda.
*SE ESCUCHA SONAR LA PUERTA*
- Hija, debo colgarte luego hablamos- dijo Eduardo colgando el teléfono.
*PRONTO LA PUERTA SE ABRIÓ*
- ¿Me puedes explicar por qué no me informaste que Adrián trabajaría aquí?- dijo Victoria enojada.
- Amor pero ya lo habíamos hablado- dijo Eduardo sorprendido.
- Y yo te dije que no estamos para contratar a nadie- gritó Victoria.
- Y yo te dije que sería el responsable, déjame ayudar al muchacho- dijo Eduardo enojado.
- ¡Por Dios Eduardo!, igual debes consultarme- dijo Victoria.
- Haber Victoria ¿Qué problema hay? ¿Qué te pasa? o acaso crees que no me di cuenta de lo nerviosa que estabas- dijo Eduardo un tanto enojado.
- Hay Eduardo, lo único que yo quiero es el bienestar de la empresa ¿Qué tonterías estás hablando?- dijo Victoria más enojada.
- Haber amor, ya no peleemos ven dame un beso y perdóname- dijo Eduardo atrayendo de la cintura a Victoria.
El beso era suave, él rodeó sus brazos en la cintura de Victoria, mientras ella las rodeaba en el cuello de él. Hace mucho tiempo no tenían relaciones así que ellos pensaron que era el momento.
Eduardo la subió de un tirón al escritorio tirando todos los papeles que había encima del mismo, ella llevaba un vestido sastre que la ayudó a abrir las piernas para que Eduardo se pusiera en el medio de ellas.
Él iba besando su boca, luego corrió esos cabellos marrones a un costado para darle paso a besar el cuello de ella. Victoria jadeaba de placer y más cuando el tocaba su cuerpo por encima de la ropa. Así que él la tomó de los muslos y subió su vestido mientras ella sin dejarlo de besar comenzó a desabrochar primero la correo y luego el pantalón de él para que Eduardo con una de sus manos tomara la ropa interior de Victoria quitándosela para que la tomara por completo.
Victoria gimió de placer al sentirse llena por su esposo, los movimientos eran tranquilos hasta que Victoria dijo.
- ¡AH! ¡AH! más fuerte- gritó Victoria entre gemidos.
- ¡SHUU! nos pueden escuchar amor- dijo Eduardo en el oído de su esposa mientras la seguía penetrando.
- Eduardo.. la puerta- decía Victoria con la voz entrecortada.
- No me obligues a separarme para cerrarla- dijo Eduardo jadeando.
- Nos van a ver- dijo Victoria gimiendo.
- No lo harán- dijo Eduardo tomando a Victoria de la cintura jalándola hacia la silla de él para que ella quedara encima de él.
Victoria se encontraba sentada encima de él moviéndose con un ritmo fuerte, mientras Eduardo la tomó de los hombros del vestido desvistiendola de la cintura para arriba.
Ella seguía moviéndose mientras él le besaba los pechos varios minutos hasta que los dos llegaron estasciados al orgasmo.
- ¡Dios eso estuvo muy bueno!- dijo Eduardo besando a Victoria.
- Si mi amor- dijo Victoria saliendo de encima.
Una vez que ya se habían terminado de cambiar, Victoria le dio un pico a Eduardo y salió acalorada de la oficina.
Ella iba tirándose aire mientras se peinaba, pasando por el vestidor encontrándose con ese muchacho.
- ¡Vaya Victoria! Si que nos hemos encontrado hoy- dijo Adrián divertido.
- Si, yo pensé que ya te habías ido- dijo Victoria sonriendo mientras se tiraba aire con las manos.
- Beatriz me está imprimiendo unas cuentas que Eduardo quiere que revise- dijo Adrián mirando como Victoria estaba muy acalorada.
- Ah muy bien, entonces te veo más tarde. Con permiso- dijo Victoria agitada.
En ese momento sale Eduardo en el mismo estado que Victoria pero él llevaba al en particular.
- Gretta por favor imprime nuevamente los contratos por que se me echaron a perder- dijo Eduardo tirándose aire con los papeles.
Victoria se dio cuenta y tenía pena. Mientras Adrián también notó ese detalle por lo que primero miró a Eduardo y luego a Victoria.
- Adrián ¿Aún por aquí?- dijo Eduardo.
- Si, estaba recogiendo las cuentas. Pero Eduardo estás con la cremallera abierta- le dijo Adrián a Eduardo por lo que él se puso de todos los colores mientras cerraba la cremallera.
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SE SOLICITA UN AMOR
RomanceLa vida puede cambiarte en un minuto y eso lo sabe muy bien la señora Victoria Balvanera, dueña de la agencias de publicidad más importantes de México. Lleva un matrimonio sólido con su esposo Jose Angel Arriaga y con su única hija Flavia, pero todo...