un Beso

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Otro aburrido y jodido día transcurría para Katsuki, los pájaros cantaban dulces y armoniosas melodías, el viento soplaba suave acariciando las amarronadas hojas de los árboles y cierto peliverde de tez pálida y pecas seguía respirando; sin duda era molesto.

La campana del receso sonó, permitiendo que todos los alumnos, tanto de la clase 1A como las demás, se dispersaran por la institución y que cada quien se acercara y charlara con su grupo de amigos. — Oi, Deku. — pronunció el ojirubí con el entrecejo arrugado. — ¿Sí, Kacchan? — contestó el doncel de verdes hebras crispándose. — Sígueme. — le ordenó el más alto al de menor estatura, escondiendo ambas manos en los bolsillos de su holgado pantalón a la vez que caminaba fuera del salón.

Si bien nuestro querido musulmán había aceptado sus sentimientos por Izuku, seguía odiándolo por hacerle sentir mariposas en el estómago cada vez que pesaba en él; en su carita decorada con pocos puntos negros en los mofletes, en su peculiar rubor que siempre estaba presente allí, en sus ojos semejantes a grandes y brillantes esmeraldas. Todo de él, lo volvía loco, y por eso lo odiaba.

Más sin embargo, ese dichoso día, el rubio cenizo se había decidido a soltar la liebre y declararse, pero no le saldría así como así; Katsuki se avergonzaba con bastante facilidad aunque lo negase, sin duda le costaría esfuerzo, sangre y sudor confesar sus sentimientos.

Ya estando detrás de la escuela de héroes y el pecoso contra un muro, el ojirubí miraba a su tierno 'enemigo' con el ceño fruncido, en verdad odiaba a ese chico, ¡¿Por qué tenía que ser tan perfecto?!

— ¿Q-qué sucede, Kacchan? — cuestionó con notable nerviosismo el de verdes orbes, observando los hermosos ojos de su compañero con algo de miedo por lo que fuese a decir.
— ¿Quién mierda te dio permiso de hacer que unas jodidas mariposas se muden a mis tripas? — preguntó retórico y sonando furioso el contrario, a la vez que un leve rubor se instalaba en sus mejillas.

Una disculpa fue pronunciada por el de menor estatura, quien seguía confundido y nervioso. — ¿Y quién te dio permiso a disculparte? — volvió a cuestionar el rubio sin cambiar su tono. Izuku no entendía nada, si su compañero estaba enojado con él, ¿por qué no aceptaba una disculpa?

— Lo diré de una puta vez. — afirmó la bomba con patas agachando la mirada para ocultar el rojo en sus pómulos. — Me gustas, Deku. — espetó mirando al suelo.

¿Izuku había oído bien? ¿Su amigo de la infancia se le acababa de declarar? Lo sospechaba un noventa y nueve por ciento, pues el volumen en el que aquella frase había sido dicha no era muy alto, a pesar de que el lugar estaba bastante callado.
La cara del peliverde se tornó roja cual manzana recién cosechada, sus manos comenzaron a sudar y su corazón latía con la rapidez que los colibríes mueven sus alas. — ¿Y-yo te gusto? E-eso.. Yo te gusto.. p-pero ambos somos chicos y sería complicado pensar en un futuro donde queramos tener hijos.. A-aunque no estoy diciendo que me gustaría tenerlos, bueno, sí me gustaría pero seguimos siendo muy jóvenes.. — murmuraba entre tartamudeos continuos, manteniendo su zurda en su barbilla y la otra debajo del codo izquierdo a modo de soporte.

El ojirubí gruñó por lo bajo y apretó los puños, ya se estaba hartando de esa actitud por parte de su amado, es decir, de su compañero.
Respiró hondo y juntó todo el valor que tenía, levantó la mirada y estiró la mal atada corbata ajena hacia sí, uniendo los labios de ambos en un beso que ambos, secretamente, anhelaban hacía mucho tiempo, un beso que dejó a Izuku hecho piedra, un beso que sería digno de película.

Segundos tarde se separaron y se contemplaron el uno al otro hablando con nada más que sus ojos, comunicándose sin palabras, mirándose y sabiendo que los sentimientos por ambas partes eran los mismos..

Aquel momento que sería recordado por el resto de sus vidas, cuando por primera y única vez sintieron más que amistad por una persona, y se volvieron a besar, bajando sus párpados para quedarse ciegos; ciegos del mundo y de lo que en él habita, concentrando toda su atención en el afecto mutuo que tantos años se habían esforzado en esconder detrás de burlas y peleas, ya no tenían que esconderlo más. Se amaban, se amaban y eso era lo único de lo que estaban seguros.

Separaron sus labios cuando oyeron la campana sonar, y aún avergonzados volvieron a su aula, mirándose de vez en cuando a medida que las clases pasaban, sonriendo tontos y aguantándose las ganas de volver a besarse.

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...

Años después, en un altar estando el rubio y el peliverde vestidos con trajes y luego de ambos pronunciar 'sí, acepto', ese beso se repitió, llenando el lugar con aplausos y silvidos.

En cierta forma, ya no era tan molesto para el cenizo que cierto peliverde siguiese respirando

Bueno, lo acepto, me quedó mucho más corto de lo que creí. No sirvo para esto ;w; -cries-

Pero hey! Si te gustó por favor vótalo, y cualquier sugerencia o propuesta será bienvenida en los comentarios

PD: estoy pensando en hacer un libro de muchos One-Shots, les gustaría?

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2018 ⏰

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✘un Beso✘ 💚KatsuDeku💛 {One-Shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora