yestoday - luwoo

de música retro, labios paspados y almas gemelas

Frío.
Kim JungWoo trataba de limpiar, aunque sea un poco, el polvoroso disco de The Ronettes que anteriormente había pertenecido a su abuelo.

Con un toque de melancolía que se perdío entre suspiros, logró colocar el disco del icónico girl group de los 60's en el tocadiscos con grabador de alambre.

Una secuencia de sonidos majestuosos inundaron los oídos del joven Kim, a la par que inconsciencientemente el ritmo de la música se había aporedado de sus cuerdas vocales y su ser en sí. Tarareó suavemente la letra y melodía de la pieza artística con una tranquilidad tan apacible, como si todo a su alredor fuera de porcelana como para quebrarse al mas mínimo acto. En su canto, evitaba las palabras desconocidas para su escaso conocimiento del inglés. Eso sí, el acento de la vocalista era la gloria misma para el chico en ese momento.
Arrastró sus piernas lentamente por la habitación, disfrutando el momento y viviendo la música.

Hasta que escuchó aplausos.

-Nunca dejas de sorprenderme, bebé-. JungWoo sintió palidecer por un combo de problemas a la vez. El hecho de no haber cerrado la puerta con llave de su pequeño apartamento, el que Wong YukHei lo haya visto de esa forma y, para cereza del pastel, el apodo que su menor había usado con él.

-Y-Yukhei-. JungWoo apagó rápida y casi bruscamente el reproductor de música- ¿Hace cuánto que estás ahí?

-Lo suficiente como para confirmar que cada día me encantas mas, Hyung. No tenías que apagarlo. Oh, por cierto, traigo palomitas. Así que no puedes echarme.

-Oh-balbuceó entre pequeñas risitas nerviosas- ¿No deberías estar estudiando?

YukHei soltó una carcajada ante la cual JungWoo no se pudo resistir a esbozar una sonrisa tímida.

-Solo tu eres tan iluso como para pensar que estaría estudiando una noche de viernes-. JungWoo observó los brazos descubiertos de el chino temblando por la temperatura y se alarmó instantáneamente. YukHei, al notar su expresión, reaccionó- ¡Oh, Hyung, no te preocupes! Deberías saber ya que soy de sangre caliente. Ah, espera. Todos los humanos son de sangre caliente, ¿no?
Y mientras el apodado Lucas seguía cuestionándose temas triviales, su mayor ya había salido disparado de la habitación a buscarle algo lo suficientemente adecuado para mantener protegido a su menor frente al clásico frío propio de Corea.

Luego de que el más bajo se haya asegurado de haber abrigado completamente a YukHei, este ultimo se dedicó a abrir el paquete de palomitas mientras le imploraba a JungWoo que ponga música de su tocadiscos de nuevo.

-No sabía que tenías un tocadiscos-. Declaró el chino mientras masticaba- Eso es genial. Solo las había visto en películas en blanco y negro antes.

-Era de mi abuelo. El tenía bastantes discos que solo se podían reproducir por medio de estas cosas.

-Eres afortunado, considerando el hecho de que eres fanático de las cosas anticuadas-. JungWoo rió suavemente.

-Dejame explicarte, Xuxi-. El menor sonrió luego de escuchar el cariñoso sobrenombre que tanto añoraba- Los 60's fueron una época simplemente espléndida. La música, la cantidad de descubrimientos y acontecimientos importantes y relevantes. La cultura, la ropa, la estética, ¿te imaginas estar en un bar sesentero y bailar a la par de una rocola? Sería precioso.

-Ajá, si quitamos de lado que la sociedad era una mierda retrógrada en aquel entonces-YukHei se mordió el labio levemente, fijándose en los de su amante a la vez- Aunque no es como si hubiese cambiado mucho.

-Bueno, tienes un punto a favor-. JungWoo frunció el ceño de manera casi imperceptible-Pero tú no lo entiendes, Xuxi.

YukHei se bajó del taburete y se terminó de tragar la ultima palomita que se había llevado a la boca, mientras se acercaba de manera peligrosa hacia su mayor.

-Hyung, no. No lo entiendo.- JungWoo sintió que debía alejarse del castaño o se dejaría llevar, pero no lo hizo.

-N-no tienes por qué, de todos modos.

JungWoo sintió la cálida respiración de YukHei en su cuello. Se sintió un maniquí; sin poder articular palabra alguna. Peligro, peligro, peligro.

-Hyung, escúcheme-. YukHei estiró su mano hasta la barbilla de JungWoo y, como si estuviese tratándo con un ángel, lo acarició. Suave, así era JungWoo- Yo no entiendo tu gusto por esa época ni ninguna mierda relacionada. Pero te juro Woosie, de verdad que lo hago, soy capaz de viajar a los años 60, al futuro y a la prehistoria con tal de ver ese brillo presente en tus ojos.

YukHei lo estaba mirando tan fijamente, y Dios. JungWoo estaba temblando. Quería abrazarlo toda la noche, sentir su calmada respiración en su cuello, aferrarse al chino mas que nada en este mundo. Admirarlo y escucharlo reír, provocar esas risas y mas en su menor favorito. Ya no quería esconderse dentro de esas cuatro paredes. Y a través de la mirada fija de YukHei, JungWoo sintió como el chino le gritaba todo eso y más. Tan solo con una mirada.

-Y-YukHei... Somos dos hombres.

-¿Y eso que importa?

-Y-yo...

-Hyung, estás temblando. Tus labios están temblando. Y están paspados.

-Será por la sal de las palomitas... Y el frío.

-¿Sabes, Woosie? Tal vez fuimos otras personas en los 60's, y estuvimos juntos. Y bailamos en rocolas mientras escuchábamos música de tocadiscos y otras cosas anticuadas. Tal vez también habían palomitas en aquellos tiempos. Y en esta otra vida nos volvimos a encontrar. Algo así como las almas gemelas.

-¿Crees en las almas gemelas? Wow... Eso... me sorpende de tu parte.

YukHei rió.

-Tus labios en serio que están paspados.

JungWoo debía alejarse, debía.

Pero no lo hizo. Y mucho menos cuando sintió los carnosos labios de YukHei sobre los suyos.

Suave, delicado, como si fuese porcelana, perdidos el uno en el otro.

Sus labios sabían a sal. Salados, como YukHei. Salados, como JungWoo, perdidos el uno en el otro.

-¿Te digo algo? No me gusta mucho tu música vieja porque prefiero mil veces a los Gun's and Roses-. Espetó el mas alto entre besos mientras JungWoo reía, aun aferrado a su menor.

-Tonto, son épocas y géneros musicales muy diferentes.

Luego de algunos besos mas, surgió otra vez una trivialidad de la mente del chino.

-Hey, ¿no es gracioso que seas tu el de los labios paspados cuando yo soy el que llegó a tu departamento a invadirte en medianoche con una camiseta sin mangas en la noche más fría del año?

-No entiendo del todo lo que quisiste decir, pero si. Casi tan gracioso como tu teoría de las almas gemelas. Ojalá sea cierta.

-Lo es, te lo aseguro.

JungWoo sonrió sinceramente ante esas palabras y YukHei se sintió completo junto a JungWoo y su preciosa y dulce sonrisa. Estaba cumpliendo su propósito: hacer feliz al chico que amaba.

-Te propongo algo-, comenzó el mayor-pondré una canción que me guste a mí y después pondrás una tú. Y así sucesivamente, para turnarnos. ¿Qué dices?

YukHei sonrió.

-Te amo, JungWoo.

Y así, entre besos salados y caricias infinitas, las mejores canciones de los Gun's And Roses y los hits más destacados de los 60's, Kim JungWoo y Wong YukHei se declararon su amor.