Único

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El joven entró llorando a su casa, cerrando de un portazo la puerta, sus sollozos salían libremente, dejándose escuchar por quien estuviese cerca.
Él, que estaba sentado en el unico sillón de la sala, se angustió al verlo de esa manera, tan vulnerable y destruido. Cerró con rapidez el libro sin olvidarse de poner el separador en la pagina que había quedado para luego dejarlo sobre un cojín, levantándose a penas el chico entró.

— Peter, ¿Qué pasó?

Se acercó hasta él preocupado, siendo apresado por los brazos del castaño y sintiendo como su remera negra se humedecía por las tibias lágrimas que soltaba el contrario. Pasó sus brazos alrededor del joven para darle un abrazo afectuoso.

— Du-duele..

— ¿Qué duele? ¿Te lastimaron? — lo alejó unos centímetros para comenzar a revisarlo, por su cara, brazos, hasta alzó su remera para ver si tenia hematomas de bajo de esta.

No, eso no..

— ¿Entonces?

Peter agarró la mano que Loki tenia en su mejilla para llevarla hasta su pecho, a la altura del corazón, el mayor lo sintió latir con rapidez, aun no sabia por completo lo que él quería decirle.

— ¿Esos chicos de la otra vez te dijeron cosas de nuevo? — dedujo, frunciendo el ceño por la ira.

Su furia aumentó cuando él asintió con la cabeza, dejando ver sus hermosos ojos marrones bañados en lágrimas de dolor. Lo volvió a abrazar para que pudiera  descargarse y dejara de llorar.
Hace unas semanas atrás habían comenzado las clases en la escuela a la que Peter iba, era una escuela privada a la que logró ingresar con la beca Stark que se daba una vez por año. En ella había un grupo de chicos que lo molestaban por ser diferente, por tener un pequeño problema.

Confía En Mis Palabras, Los Demás Mienten (SpiderFrost)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora