Samuel salió de su casa, corriendo con lágrimas, lo más rápido posible, ver a su abuelo con tantos aparatos, lo hizo sentir raro, preocupado, sus padres desde la cocina lo oyeron salir, pero no sé preocuparon ya que Samuel, cuando venian a la granja el iba a dar vueltas para ver a los animales, después de haber corrido durante algún tiempo, se dio cuenta que había llegado a la granja vecina, no estaba muy lejos de la granja de su abuelo pero se sorprendió de haber podido llegar tan rápido se sentó en una roca del suelo para recuperar el aire.
En la granja, su madre, estaba todavía preparando el café mientras su marido la observaba, ellos hacía mucho que no podían estar juntos ya que los horarios de trabajo no los dejaba, ella normalmente hacia turnos de tarde y acababa algo de noche y el tenía varios horarios diferentes había días en los que trabajaba de noche y otros de madrugada,
- ¿El niño estará bien? - le pregunto Laura ya sirviendo el café
El la seguía observando - si... Ya sabes que el conoce la granja perfectamente - le respondió finalmente suave
Ella le dio una taza de café y se sentó con su marido en la mesa de la cocina - habeces me siento muy mal, ya casi no estamos todos juntos - le contó ella con algo de nostalgia
El tomo un sorbo de café - ya lose, amor, yo me siento igual - le respondió
Cuando acabaron de beber subieron a la habitación del abuelo, ellos al verlo pusieron una cara de pena, el abuelo era un hombre fuerte y sano verlo en una cama con tantos aparatejos era muy triste.
Samuel todavía sentado en la roca tomando el aire dándose ánimos para volver donde su abuelo descansaba no quería verlo en ese estado, de pronto de la granja vecina salió una niña más o menos de su edad corriendo hacia la roca donde Samuel estaba sentado el asustado se escondió detrás de la roca pero luego mentalmente se dijo "¿Porque me escondo?, Realmente no e echo nada" la niña cuando llegó se sentó encima de la roca puso sus manos en su cara y comenzó a sollozar si antes Samuel estaba asustado ahora realmente quería salir corriendo esto era muy raro miró detenidamente a la niña ella tenía el pelo negro con ricitos y una diadema negra con un vestido blanco su piel era blanca pero no estaba pálida el quería ver su rostro pero está lo tapaba con sus manitas mientras sollozaba el se armó de valor
- ¿Te..encuentras bien..? - pregunto tembloroso
Ella en ese momento se percató de su presencia y se llevó un susto salto en la roca poniéndose de pie girándose en su dirección así si le pudo ver bien el rostro ella tenía unos ojos grandes azules ahora llorosos una nariz pequeñita graciosa y unos labios rosados muy lindos el en su interior se dijo que fue la niña más bonita que el nunca allá visto
- ¿Tú.. quién eres? - le pregunto ella con una voz dulce pero algo asustada ver a ese niño allí de repente de verdad le había asustado
- yo soy Samuel - se presentó el respondiendo a su pregunta la observó volver a sentarse
- yo soy Miou - le respondió el la observó srntarse otra vez en la roca a mirando el suelo
- ¿Miou? - le pregunto estañado sentándose junto a ella - vaya...que nombre más extraño no lo había sentido nunca
Ella pareció sonreír - en verdad me llamo Priscila pero de pequeña no sabía decirlo y como me gustaban los gatos asi que me comenzaron a llamar Miou - explicó calmada
El la observó sorprendido - vaya...cómo mola - alago
- si... - contesto
- oye - la llamo el ella se giró para mirarle - ¿Porque estabas llorando? - le pregunto
- esque desde que mamá murió papá siempre me deja con el tío en la granja y ya no pasa el tiempo conmigo - le explicó volviendo la vista al suelo el la miró culpable no quería hacerla sentir peor - ¿Y tú qué haces aqui? - le pregunto
- mi abuelo se enfermo - respondió algo triste y se giró para observarla en verdad era una niña muy bonita - ¿Cuántos años tienes? - le pregunto el infante
Ella levantó la vista y con sus dedos le saco seis dedos - tengo seis - le dijo mirando sus propios dedos
El le sonrío sintiéndose algo mejor, algo - yo tengo siete - seguidamente levantó los siete dedos
- ¿Vives en la granja de al lado? - ella le pregunto emocionada por si podía hacerse un nuevo compañero de juegos
- no... - respondió a el no le molestaría vivir en la granja sería muy divertido vio como la niña puso un puchero y se río - pero cuando venga a visitar a mi abuelo podemos jugar - le invito
Ella asintió repetidamente con la cabeza emocionada el niño se alegró de ver que Miou se encontraba mejor y para su sorpresa el también estaba mejor
- pero no sé cuándo volveremos a la granja a si que te are una promesa - le dijo ella lo miró extrañada - ¿Tienes en casa algún rotulador? - ella asintió confundida - ¿Podrías traerme lo? - ella volvió a asentir antes de salir corriendo a buscarlo
Mientrastanto el buscaba piedras por el arrededor cuando la niña volvió corriendo hacia la roca con un rotulador en la mano el ya había encontrado las piedras
- mira...- dijo el mientras escribía algo en las piedras en una puso "Samuel" y en la otra "Miou" - yo me quedare con la que pone tu nombre y tú con la que pone el mío - ella lo miró confundida pero aún así asistió tomando la piedra en la que ponía "Samuel" - cuando nos encontremos de nuevo tú me dirás qué tu padre vino a buscarte y yo que mi abuelo está bien y nos intercambiaremos las piedras - dijo poniendo la del nombre de " Miou" en el bolsillo
Ella sonriente le tendió el dedo meñique y el los entrelazó - es nuestra promesa- finalizó ella de pronto de la granja salió un chico alto llamando a Miou "es hora de cenar" le gritó cuando la localizo ella un poco triste miró a Samuel este le sonrío ella no pudo evitar devolverle el gesto se acercó despacio a el se puso de puntillas y le plantó un tierno beso en la mejilla
- hasta pronto... - se despidió ella dejando a un chico más sonrrojado que un tomate tocándose la parte que los labios de la chica habían estado
- si... - susurro para el mismo sabiendo que ella no le escucharía seguidamente se fue camino a la granja de su abuelo con más ánimo que nunca
FIN
Ahh me cuesta mucho subir ya que tardo mucho en escribir cada capítulo creo que este es el final no se si are un epílogo o algo ya lo pensaré bye 😘
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Nuestra promesa
RandomSamuel, era un niño de 7 años que vivía con su madre y su padre, un día su abuelo se enferma y tiene que ir a visitarlo ahí encontrará a una niña, y juntos harán una promesa, ellos, mas tarde, tienen que separarse, pero como el destino es caprichoso...