Jungkook POV
Una vida en una falsa sensación de ahogamiento constante es una existencia más nefasta que morir por falta del aire al fondo de una cascada en una tormentosa noche oscura, bajo una atmósfera consumida. Si murieras ahogado, el agua entraría en tus pulmones agudizando ese dolor punzante en el pecho que te causa la falta de oxígeno. Los oídos estallarían por dentro sin soportar más la presión. Sufrirías por un tiempo, el que fuera capaz de soportar tu cerebro encendido hasta que tus nervios se escaparan de control, tus extremidades se contorsionaran y el cuerpo entero padeciera espasmos. El cerebro se apagaría y no pasaría mucho tiempo hasta que tu cuerpo se sumiera también en la quietud eterna. Habrías atravesado una muerte lenta, tortuosa, pero se acabaría. Acabarías definitivamente con el sufrimiento irracional que provoca este mundo y pasarías a... a nada más, ahí acabaría tu existencia. No creo en la vida después de la muerte, la trascendencia terrenal no es más que una mentira de los poderosos para controlarnos con el arma del miedo a morir mientras nuestros corazones irradien vida humana. No hay vida después de la muerte, pero tampoco la hay después de haber nacido. Somos una mentira alienada, nos engañan. Disfrazan el hecho de que nacer en esta sociedad de mierda es la peor maldición que Jehová pudo lanzar sobre Adán y le dan el equívoco nombre de "Derecho a la vida". Sin embargo no nos ofrecen el derecho a la muerte. El suicidio es considerado pecado y el asesinato la más cruel de las liberaciones. Te dejan vivir muriendo día a día mientras la sociedad te consume, el amor se aprovecha de ti y los altos mandos te controlan cual marioneta, pero no puedes clavarte una estaca en el corazón porque no es racional querer abandonar el mundo de esa forma tan vacía, sin una razón objetiva, una que no sea tu propio dolor interno. No puedes morir así, sin contribuir con tu muerte al beneficio del estado, dando tu vida por la patria en medio de una guerra, por ejemplo, o muriendo de hambre abandonado a tu suerte en un callejón cuando ya no sirvas para luchar.
Es por eso que creo que una mejor opción para dejar de sufrir podría sercaer por un acantilado una noche de tormenta. Así al menos, te crean o no las venenosas lenguas humanas, podrías alegar haber resbalado por la humedad de las piedras cuando te sometan a interrogatorio el Día del Juicio.
El dicho es erróneo, porque Dios no puede juzgarme por suicidarme y, si tan justo es como mencionan, tampoco lo haría. Él comprendería la razón de mis acciones. Puede que incluso me hubiera desviado del camino aquel día nefasto en que conocí al hombre que ahora mismo debería estar compartiendo el otro lado de la cama conmigo. Así ni me hubiera casado con él ni me hallaría ahogándome en mis propias lágrimas esta fría madrugada de desolación.
Mi rostro se halla deformado en la peor mueca de angustia que he protagonizado nunca en este teatro que es la existencia. Una tragi-comedia de las de Sófocles con un final de muerte y desasosiego que nos deja un amargo sabor de boca y sin embargo no podemos evitar sentirnos atraídos por ella. Mis ojos rojos y cansados se hayan atrapados en la visión que se me presenta desde esta posición, tirado y abandonado solo en mi cama de matrimonio con mi mano reposando inmóvil sobre las sábanas transparentes. El único rastro de humanidad que presencio en esta cama es mi mano inanimada y aparentemente sin vida en medio del colchón. Detrás de ella el vacío me grita con una presencia abrumadora y se me encoge el corazón afectado por la agonía de esta soledad. Yoongi no está del otro lado de la cama y es un hecho al que debería haberme acostumbrado hace tiempo. Cuento las noches que he pasado en soledad desde el casamiento con la misma facilidad con la que pensamientos apocalípticos nublan mis mente.
Por encima de mi cabeza el teléfono brilla encendido. Lleva así desde la última vez que llamé a su número y no se dignó a contestarme. Eso fue hace casi veinte minutos y no guardo la esperanza de que responda a mis llamadas pérdidas, sé que Yoongi ni siquiera se preocupará por devolverme las llamadas y levanto yo mi teléfono del colchón, incorporándome con un movimiento pesado del cuerpo y lento. Nuestro cuarto se ha convertido en un escenario patético donde sólo se han presenciado gritos, reproches y discusiones estos transcurridos tres años, pero no risas, aparte de las de Yoongi cuando se ha reído en mi cara llamándome paranoico, celoso y a veces hasta hijo de puta. No soporto verme dentro de estas cuatro paredes vacías y carentes de fotografías orgullosas de nuestro matrimonio. No existen los finales felices. Sólo los finales emotivos.
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Hundido [YoonKook]
Fanfiction"Que el amor duele es la forma más bonita de decirlo. El amor, el mal amor, te descalabra, te fulmina. Te destroza por dentro. El amor mata los corazones, pero los mantiene latiendo aún vacíos." ~Jungkook POV ~OneShot