4: Excusa

1.1K 72 14
                                    

¿Aceptar o no? Esa era la cuestión. Si tomaba una decisión, acarrearía consecuencias.

Tiró una almohada sobre él. No tenía ánimos para levantarse. Gritó ya que la almohada provocaba que los gritos se sofocaran.

-¿Finn?-Jake sonaba preocupado-. ¿Qué estás haciendo?-Le quitó la almohada de la cara.

-Nada, Jake-Se sentó en la cama.

-¿Vas a ir?

-No lo sé -Se sinceró él -. Tengo sentimientos por la princesa Flama. Sin embargo, ella solo me ve como un amigo. Jamás volverá a verme cómo antes. Todo porque fui un estúpido -Se derrumbó en el colchón-. No voy a ir.

-Finn, ella quiere que asistas-Comentó Jake-. Si te envió la invitación, espera que estés ahí. Sería malo decepcionar a una dama.

-Jake, déjame ser el adolescente depresivo una vez en mi vida-Expresó Finn con voz lastimera.

-No. Arriba, hermanito-Tiraba de su brazo para levantarlo-Irás a ese baile, te guste o no.

-¡No vas a obligarme, Jake!

"¿Por qué había aceptado ir?", pensó Finn mientras se acomodaba la corbata antes de entrar al reino del fuego. Por suerte había recordado que Flambo le pusiera ese hechizo para que no se quemara por el fuego.

La Reina Flama conversaba con uno de sus familiares que le reclamaba constantemente que hablara con uno de los príncipes que había asistido. Ella parecía aburrida y sonreía por cortesía. Pan de Canela estaba a su lado jugando con su lobo de fuego.

-Por eso, Reina, usted debe conseguir un esposo-Le recordó su tía.

-Sí-Aceptó por cortesía, aunque si fuera por ella, la haría tragar sus propias palabras.

-Ahora mismo voy a presentarte a ese chico de por allí -Señaló a un príncipe que conversaba con su hermano animadamente.

La muchacha se alarmó. ¿Cómo se atrevía a ser tan insistente?

Divisó a Finn, entre la multitud de invitados, y sus ojos se iluminaron.

-Lo siento, querida tía, pero hoy estaré con Finn el humano. Es mi invitado especial-Hizo una reverencia como despedida y se acercó rápidamente al muchacho.

Su tía parecía arder de rabia, literalmente ardía.

-Gracias por venir-Se aferró a su brazo y lo condució lejos de la vista de su tía.

-¿Qué sucede?-Dijo sonrojándose por la cercanía de la muchacha.

-Lo siento, Finn-Soltó su brazo y se separó de él -. Como te mencioné en mi carta, estoy sufriendo presiones para que consiga un rey. Creí que si te invitaba como mi acompañante iban a dejarme en paz-Le explicó.

Su corazón se contrajo al escucharlo de sus labios. Debía disimular lo que sentía.

-¡Soy una excusa!-Expresó molesto por la sinceridad de Phoebe.

-Básicamente. Pero recuerda que tú me usaste para pelear contra el Rey Helado por tus locos sueños, sin mi consentimiento -Le recordó. Luego, comenzó a reír -. Aunque ya te perdoné por eso. ¿Podrías quedarte conmigo toda la noche?-Le pidió suplicante-. Vamos, Finn. Por favor.

-De acuerdo-Se rindió él -. Phoebe-Le sonrió.

Por una razón le gustaba que la llamara por su nombre. La forma en la que lo decía producía ciertos cosquilleos. Ocultó su sonrojo mirando a otra parte.

-¿Cómo han ido las cosas aquí, Reina Flama?-Preguntó.

Y volvían a la misma relación de formalidad. Esa distancia que había entre los dos se volvía a presentar.

-No seas tan formal, Finn. Después de todo fuimos novios.

Ella hacía parecer todo demasiado fácil. Actuaba cómo si nada hubiera ocurrido. Más él sentía su corazón arder.

-Tengo que irme, Reina Flama-Hizo una reverencia-. Jake, me está esperando en la Casa del Árbol.

-¿Fue por algo que dije, Finn?

"Sí. Porque actúas cómo si lo nuestro nunca hubiera ocurrido", pensó para sus adentros.

-Me siento indispuesto.

Phoebe estaba a punto de reír. Se estaba comportando demasiado formal.

-Ya suenas como la nobleza del Reino del Fuego-Hizo que la mirara a los ojos-. Sé cuándo mientes, Finn. Prometiste que no habría secretos entre nosotros.

-Lo prometí. Te diré la verdad-Tomó su rostro y lo acercó más hacia a él -. Te amo-Besó su frente.

¿En los labios? Ni hablar. Finn nunca la obligaría a besarlo, si ella no lo deseaba.

Phoebe se quedó estática. No había venido venir la confesión y el beso en la frente.

-Que pases una buena noche, Phoebe-Le dijo él separándose de ella.

Comenzó a perderse entre la multitud, dejándola sola y con una sensación que había negado tanto tiempo en sentir. Se debatía entre dos cuestiones: seguirlo o no.

-Ve tras él, Phoebe-Pan de Canela puso una mano en su hombro.

-No-Expresó terminante ella-. La fiesta continúa y si me voy ahora, me matarán.

-La fiesta puede estar sin la Reina un tiempo, Phoebe. Si sientes que quieres ir tras él, ve porque sino te arrepentirás -Le aconsejó.

-Gracias-Lo abrazó.

Salió corriendo hacia donde se había ido el muchacho anteriormente.

Pan de Canela sonreía. Su amiga estaba aceptando los sentimientos que tanto había reprimido.

"Sé feliz, Phoebe".

Llamas ÍgneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora