Tu dulzura en su mirada

Cineman

Al día siguiente, cuando Marinette llegó a la escuela...

--¡Hola, chicas! --saludó, sobresaltándose al ver que alguien que no esperaba acompañaba a Juleka y a Rose--. Y hola, Lu-lu-luka.

--¡Hola, Ma-ma-marinette! He venido a traer a Juleka... y también porque quería verte a ti.

--¿A mí? Sí, hacía tiempo que no veía... que no te miraba... es decir, que no nos veíamos.

--Marinette, ¿tienes planes para esta tarde? ¿Te apetecería venir al cine conmigo? Tengo dos entradas, y...

--Yoo, estooo, pues claro que me encantan las pe-lipéculas, es decir, el cine, y... pero no, las de miedo no me gustan nada, no será una de esas de sustos y mieeedo, ¿verdad? Aunque si voy contigo, quizás no me de tanto miedo --se sonrojó.

--Entonces, ¿vendrás? No te preocupes, no es una peli de miedo.

--Bien, bueno, vale.. me gustará.

--Perfecto. Ah, hola Adrien.

--Hola, Luka. Hola, Marinette.

--Ho-hola.

Adrien, sorprendido por la conversación que había escuchado al llegar, hizo un gesto vago con la mano.

--Voy a... tengo que... voy para... allá.

--Hasta luego.

--Hasta luego.

En cuanto se alejaron, una cabecita negra asomó desde su bolsillo.

--Vaya, Plagg, ¡es Luka! No soy yo quien le gusta. Es Luka --dijo, abatido.

--Vamos, chico, no dramatices. Es que, hasta ahora, tampoco es que le hayas prestado demasiada atención; es lógico que se cansara de esperar a que te fijaras en ella. En fin, si necesitas animarte, estoy dispuesto a compartir una montaña de queso contigo.

--Gracias, supongo.

--La verdad es que, para lo guapo que eres, te lo montas muy mal con las chicas --se carcajeó el kuami.

--¡Plagg! Esto no tiene gracia. 

--Bueno, si te vas a poner así de antipático... todavía puedes... ¿intentar conquistarla?

--No sé, Plagg. Es que Luka... lo cierto es que parece un gran chico. Y es mayor, interesante, toca la guitarra...

--Bah, y tú el piano. Aunque la verdad es que suena bastante más divertido dar conciertos de rock que practicar escalas a diario --reflexionó.

--A eso me refiero. Además, vive en un barco; ¡un barco! ¿Y yo? Yo vivo en una maldita prisión. Y pueden ir al cine, o a donde quieran... ¿recuerdas cuando lo intentamos nosotros? ¡Fue un desastre! Con toda aquella gente persiguiéndonos, mi guardaespaldas convertido en un gorila gigante... puff. Está mucho mejor con él, Plagg. Ella merece ser feliz.

--Así que, déjame adivinar... te conformarás con su bonita amistad.

Adrien suspiró.