Capítulo 22.

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— Padre...— le llamó.

— Dime Lu, como va todo, ¿Y tu contenedor?— Satanás miraba a su hijo mayor, Lucifer, hermanastro de Belcebú.

—Esta todo bien. Tenías razón, el chico que te dijo Bel, es el hijo directo de Drácula y Morgana, es muy poderoso, pero no lo suficiente para mí— dijo con aire de superioridad y una sonrisa ladina en sus dientes blancos.

— Esas son maravillosas noticias— Satanás sonrió también, concordando con su hijo— ¿Y tu contenedor? Ese chico,¿ Cómo se llamaba?— preguntó, con fingido desinterés.

Lucifer suspiró y se sentó en la silla frente al escritorio de su padre.

— Con mis apariciones en la tierra superior a estado débil, me cuesta trabajo mantenerme concentrado, pero no es nada que no pueda manejar.— vuelve a sonreír— LuHan, se llama Luhan- le aclara a su padre que lo mira con atención.

—Aja, como sea, tu vida depende de la de él y la de él de ti, así que se precavido. No quiero que Kim te lastime de nuevo, ese rasguño fue casi mortal para ambos— le recordó.

—Si padre— contestó Lucifer.

—Como sea, quiero que realices cuanto antes tu cometido y vuelvas acá— le habló severamente.

—No es como si fuera taaan débil— dijo, quitandole importancia.

—Claro, pensaría eso si realmente fueras inmortal, pero resultas ser tan frágil como un mortal Lucifer, recuerda eso, no quiero que te salgas del plan. Cumple y vuelve, o mejor no vuelvas si no cumples— le sonrió de manera sarcástica.

Lucifer solo lo miró, no protestó, porque aunque no le gustara, su padre tenía razón, el era tan débil como un humano, hasta un auto podría matarlo, todo por haber interferido en el embarazo de la madre de LuHan, ahora se veía amarrado a el hasta la muerte, y ese, era realmente un problema, por dos razones:

1) Su "contenedor" era muy débil, se enfermaba con facilidad, su sistema inmunológico no trabajaba bien, así que eso hacía que su propia salud pendiera continuamente de un hilo, al igual que la de LuHan.

En algunas ocasiones, utilizaba sus habilidades y poderes para que su contenedor se curara más rápido, solo por si mismo, no por LuHan.

2) Cuando LuHan pereciera -porque tarde o temprano lo haría- el también moriría, ya que estaban conectados más allá del sistema inmunológico, sino que también mental y físicamente, así dependiendo ambos del otro. Por eso, aquella vez que fue herido por el hijo de Drácula, LuHan despertó con un zarpazo en el costado. Pero, Lucifer tenía una oportunidad de no perecer con LuHan, solo debía ir continuamente con un oráculo para que le predijera cuando iba a morir, y al saberlo con anticipación, podría colgarse de otro humano, justo en el momento en que su vínculo se rompiera el tenía que amarrar su vida a otro humano.

Se puso de pie y caminó hacia la salida de Morgana, a Lucifer le parecía tan ridículo el nombre y masoquista, esa oficina se llamaba así porque su padre amo a una ángel caído con el y ella al final lo cambió por el Señor Drácula. Su padre se había negado a cambiarle el nombre, por motivos sentimentales, al menos si no la tenía a su lado, le pondría así a la oficina en la que más tiempo pasaba.

—Me retiro padre. Permiso— se despide Lucifer, haciendo una leve reverencia luego de ponerse de pie.

—Ya te dije, con cuidado, te estaré vigilando, pero si te pasa algo no interferire— le advierte, de una menera severa y que a Lucifer le hace gracia al pensar que ese demonio es su padre, debería ser en quién el pueda apoyarse cuando se sienta desfallecer, pero no podía, no tenía a nadie, su padre se mantuvo ahí, pero solo para que pudiera cumplir un objetivo en un futuro, no por aprecio, no por su valor como hijo...

—Esta bien padre, no me pasará nada— le contestó, simpre lo hacía, siempre le contestaba de esa manera, para que su padre tuviera una visión menos débil de el y no se sintiera defraudado de cierta forma, porque Lucifer sabe, que su padre siente lastima por el, y se siente defraudado...

Lucifer debió haber encabezado la venganza de su padre contra el primogénito de Drácula, pero por su condición, Satanás engendró a otro demonio, aunque este no superaba el poder de Lucifer, era más fuerte, mucho más fuerte en lo que Lucifer no podía y jamás podría ser.

Se retiró, con mil pensamientos en su cabeza, como cada vez que salía de Morgana, habían tantas cosas que no le gustaban y quería cambiar, pero no podía, a pesar de poseer poderes que los humanos solo soñaban, eso y otras cosas lo hacían enfadar tanto, su hermano Belcebú, era otro motivo de enojo; tenía un corazón tan blando para algunas cosas, si cometía errores su padre lo perdonaba sin preámbulos, pero si el se equivocaba lo sermoneaba por dos noches, diciéndole lo irreponsable, irracional, estúpido que había sido, mientras le señalaba con lapiz rojo donde fallaba, entre improperios y bendiciones (como es un demonio, bendiciones es lo peor que le pueden dar) que le lanzaba, haciendo énfasis en su más grande error, intervenir en el embarazo de la madre de LuHan.

Antes de eso el y su padre solían hacer destrozos juntos, como una relación de padre a hijo humana, pero luego de eso, su padre comenzó a rehuir de el, como si tuviera alguna de esas enfermedades contagiosas de las que se mueren los humanos. Solo lo llamaba para lo justo y necesario a Morgana y si fuera por él lo hubiera desterrado del infierno, sino fuera porque le podía ser útil para otro papel que formaba parte de lograr su venganza.

Recitó unas palabras en latín y se transportó a la apestosa tierra humana, con su forma atómica parecida a la de los humanos, que también resultaba idéntica a la de LuHan; donde su víctima aguardaba a pocas cuadras de donde apareció y para más coincidencia, en el lugar en que su víctima se encontraba era en la casa de su querido hermano Belcebú, o más conocido para los humanos como "Kris Wu"

Sonrió con malicia, y caminó a paso relajado hasta la casa de su "hermanito", le daría una pequeña visita amistosa...

A medida que se acercaba a la casa, las vibras negativas que habían lo llamaban cada vez más, como si de un imán se tratara, aceleró un poco el paso y antes de aparecerse en el radar de Belcebú, que conocía muy bien, se transformó en un ente y flotó todo el trayecto que le quedaba hasta llegar a la casa, traspasó la puerta y pudo apresenciar la escena en donde, una pequeña discusión entre el demonio y Príncipe Vampiro se desarrollaba; por un lado Bel parecía realmente desconcertado y por el otro el chico de ojos azabache contenía una gran ira en su interior, al igual que dolor, lo vio salir de la casa y lo siguió sigilosamente; Lucifer pensó que en cualquier momento estallaria, se saldría de sus cabales y tal vez dañaría a alguien pero, no era muy fructífero para el que explotara ahí, en la calle, necesitaba que esa ira siguiera acumulandose en su interior, con otras emciones negativas para luego, hacerlas explotar en el momento y lugar preciso.

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