Parte única.

155 5 0
                                    

Aquel novio que llevábamos un mes, rozó mis labios cortamente para después irse corriendo de mi apartamento por la vergüenza.

Sonreí por inercia, Park JiMin, mi novio, es de lo más adorable.

En cuanto iba a cerrar la puerta de mi apartamento, un gran y musculoso cuerpo me lo impidió, adentrándose en mi hogar y cerrando la puerta detrás suyo con gran brusquedad.

Jeon Jungkook.

Su presencia me ponía los nervios de punta y esta no era una gran excepción.

—¿Q-qué sucede?—tartamudié al ver su gran semblante enojado.

Él rió irónico.

—¿Qué me sucede, Min Sook? te ha besado—se acercó peligrosamente a mi, haciendo que por el miedo y los nervios retroceda—. Y te he dicho miles veces, que tú eres mía.

—P-pero él y yo somos novios y...

—¿Qué?—rió, poniendo sus grandes manos alrededor mío, apoyándose en la mesa donde yo me había alojado cuando él decidió hacerme retroceder—. ¿Me dirás que lo amas, Sook? ¿Después de que hemos tenido dos grandes encuentros excitantes este mismo mes?

Me quedé en silencio al oír eso de su boca. Era cierto, pero no, no se lo diría a la cara.

—Eres una chica mala, Min, y las chicas malas merecen un gran castigo.

Sus grandes malos levantaron mis muslos, haciendo que me siente en la mesa de aquel comedor de mi propia casa.

Rápidamente desabotonó mi camisa blanca de la escuela, dejándome solo en brasier, pero no tocó ni un centímetro de mis pechos, de hecho, sus manos bajaron a mis muslos de nuevo, pero esta vez llegando a mi femininidad.

Di un respingo al sentir sus manos bajar rápidamente mis bragas, pero sin quitar mi falda.

Quitó mis zapatos con rapidez, pero no mis medias. Ahí me di cuenta de que él estaba totalmente vestido, pero no le sacaría ninguna prenda, porque él sabría que me gustaría verlo desnudo y se aprovecharía de eso.

Con rapidez sus dedos se deslizaron por mi clítoris, moviéndolos rápidamente de arriba hacia abajo, masturbandome.

Me miraba fijamente, esperando una reacción de mi parte y lo logró, sonriendo de manera ladina.

—Mgh~

—Escuchate, mirate, estás tan mojada que podría bebermelo todo—se acercó a mi oído, sin detener sus movimientos—. ¿Quieres eso, Min? ¿Quieres que lama allí para beberme todos tus fluidos?

Oh dios, sus palabras morbosas hacían que mi intimidad se mojara cada vez más e imaginarmelo lamiendo allí abajo no ayudaba en nada.

—Dimelo, Min, ¿quieres que lo haga?—preguntó esta vez alzando la voz, rozando nuestras narices, sin aún detener sus movimientos—. Y deja de morderte el labio, quiero oírte, quiero oírte como disfrutas esto tanto como yo.

—Ay dios, claro que sí—gemí inconsciente, cerrando por unos segundos mis ojos por el placer que me brindaba.

Sonrió satisfecho y detuvo sus movimientos. Se sacó la corbata de su gran traje que llevaba, confundida vi como me amarraba las muñecas con ella, dejando mis brazos inmóviles.

No dije nada, pero me parecía de lo más confuso que hiciese eso ahora y no las otras dos veces en las que tuvimos esta clase de encuentros.

Con su mano derecha la posicionó en mi pecho y me echó hacia atrás, haciendo que recueste toda la espalda en la fría mesa.

Hard + jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora